Seminario: “Charla antes del Puja del día de la Madre, sobre los niños”.

University of Birmingham, Birmingham (England)

Feedback
Share
Upload transcript or translation for this talk

Seminario: “Charla antes del Puja del día de la Madre, sobre los niños”. Birmingham, Reino Unido. 21 de abril de 1985.

Por favor estad sentados. ¿Gavin no ha venido? ¿Gavin no está aquí?

Las mujeres con los niños también deben sentarse en el puja. ¿No han llegado todavía? Alguien debe ir y decírselo.

Yogui: Alguien con coche por favor que vaya al lugar principal y le diga a todos que deberían venir. Preferiblemente un hombre con coche.

Shri Mataji: ¿Qué están haciendo?

Yoguini: Tenemos que tener preparadas las habitaciones para las doce.

Yogui: Madre, nos han dicho que tenemos que preparar nuestras habitaciones hacia las doce, así que esto ha causado un poco de confusión.

Shri Mataji: ¿Por qué?

Yogui: Porque las autoridades quieren que les devolvamos las habitaciones hacia las doce.

Shri Mataji: Oh, ya veo. Entonces …

Yogui: ¿Deberían limpiar también sus habitaciones rápidamente?

Shri Mataji: Sí. Pero terminaré el puja bastante pronto, alrededor de las once y mediad. Podrían haber ido entonces. Porque si empezáis tarde, será tarde otra vez. En cualquier caso tengo que terminar el puja pronto, porque me tengo que ir antes.

Yogui: ¿Pueden los que tienen coche ayudar a traer a los demás?

Shri Mataji: O podrían estar de camino. ¿Vienen todos juntos? Mirad si están viniendo juntos. Ve rápido, ve. Incluso los que tienen niños deberían venir. Pídeles que vengan.

Yoguini: ¿Telefoneo a Mr C.P.?

Shri Mataji: No es necesario. Lo haremos desde, hola, lo haremos desde la estación.

Yoguini: Sí, Madre.

Madre: ¿Entonces qué hay del seguimiento? Vendrán aquí. Podéis tener la sala, creo. Algunos deberían quedarse en la sala. De acuerdo, las habitaciones se pueden desocupar, porque habéis llamado a la gente para que vengan.

Yogui: Pero han cerrado las habitaciones con llave.

Shri Mataji: Aha. Podéis dar las habitaciones que …

Por favor estad sentados. Todos los niños se deben sentar aquí, en silencio. Veamos. Unas niñas muy majas, sí, muy majas. Venid, todos deberíais sentaros. Los niños deberían estar en el programa. ¿Quién está ahí? Todos los niños pequeños deberían estar aquí.

Hoy quiero hablaros de los niños, porque ayer hablamos del Muladhara. ¿Por qué no somos tan colectivos, cuando lo deberíamos haber sido aún mucho más? Si observáis, hemos sido condicionados desde que éramos muy pequeños. En la vida occidental estamos encerrados en nuestras casas. No tenemos relación con los demás. En la infancia se nos mantiene extremadamente protegidos.

Creo que en este país los padres tienen miedo a perder a sus hijos, porque realmente se pierden. Cuando se hacen adultos, la mayoría de los hijos dejan a sus padres y se van de casa. Dejan plantados a los padres. Sienten que sus hijos van a dejarles con el menor pretexto. Así que les enseñan a no hablar con nadie, a no estar con nadie; abrazan a sus hijos todo el tiempo, cuidan de ellos y no pueden ver a un hijo suyo hablando con otra señora. Se sienten celosos. Y sienten que perderán a su hijo porque creen que [los demás] no pueden darle el amor adecuado. Si otra persona puede darle amor a su hijo sienten que van a perderlo.

Y el niño, a su vez, se vuelve tan individualista que desarrolla una preferencia por un tipo muy particular de persona y entonces, después de un tiempo, esa persona empieza a dominar a ese niño y los padres lo pierden. Es una sociedad muy enferma en ese sentido. En lo que respecta a los niños es una sociedad enferma. No sabe cómo educar a sus hijos. En India sucede justamente lo contrario. Creo que esta es una de las razones por las que los indios se vuelven colectivos con mucha rapidez. Es porque en la infancia, cuando somos niños o cuando se tienen niños, se considera de mala educación coger a tu propio hijo en presencia de los demás, absolutamente de mala educación.

Por ejemplo, cuando llevaba a mi hija a casa de mis suegros no podía coger al bebé en el regazo, excepto cuando le daba de mamar, así que, ellos tenían que decirme: “Más vale que le des de mamar, ya le toca”. Nunca pedí: “Dame a la niña, voy a cogerla”. Nunca. Se considera de mala educación. Y ahora veo por qué se hacía así. Era de mala educación coger al niño en el regazo en presencia de otros para decir: “Este es mi hijo”. Era visto como algo muy grosero y maleducado, como si no fuésemos de buenas familias y no supiésemos cómo comportarnos ante los demás. Incluso decir: “Este es mi hijo”, no estaba permitido. Decíamos: “Este es tu niño”, a la hora de presentarlo. Es algo sorprendente, ahora que me doy cuenta el por qué en nuestra sociedad no debemos decir: “Este es mi propio hijo”. En cualquier sitio debíamos decir: “Este es tu niño”. Ni siquiera la casa, nunca le diríamos a nadie: “Esta es mi casa”. “¿Vendrás a tu casa, por favor?” Ya veis, toda nuestra tradición cultural nos da esta colectividad.

Ya os he dicho también por qué la gente está tan orientada al sexo y es tan sensible a la hora de tocar a otra persona. No importa quién les toque, sienten algo raro. La razón es que no se han desarrollado otras sensaciones dentro de vosotros. Eso es porque siempre abrazáis a vuestro propio hijo. El niño solo conoce a la madre o al padre. El niño está con vosotros todo el tiempo. Como resultado de esto, lo que ocurre es que el niño nunca siente otro tipo de relación elevada con los demás. Cualquiera que sea la otra persona es una identidad diferente y cuando crecéis y tocáis a alguien, de repente, no podéis sentir lo sublime. Cuando sois inocentes, cuando sois un niño… Quiero decir, nunca dormíamos con nuestros padres. En India es muy común el que, por ejemplo, si yo estoy en casa, mis hijas traerán a sus hijas para que duerman conmigo o con mi marido o con sus hermanos. Si mis hermanos están allí o sus hermanos, entonces, llevarán a sus hijos a que duerman con ellos, no con ellos mismos.

Ellos quizás ya entendían la razón psicológica porque es un país muy tradicional. Comprendían que la razón psicológica detrás de esto es que el niño se acostumbra a otro hombre, a otra mujer y a esa situación sublime, esa consciencia elevada, cuando son inocentes. Así pues, se desarrolla una relación de inocencia. Nadie siente nada raro si alguien lo toca o algo así. Esta es la razón de que, cuando un hombre toca a un niño pequeño, el niño tiene una sensación rara. Esto es absurdo, porque debéis creer en el principio de la colectividad.

He visto que en este país la gente abraza demasiado a sus hijos. Y esto es algo muy equivocado, el tener todo el tiempo al niño en el regazo, el llevarlo en brazos. Es demasiado. Si os excedéis tanto en esto veréis que estos mismos niños os odiarán. Porque en la infancia desarrollan la sensación de que se están haciendo las cosas en exceso y no lo pueden expresar. Dejad que el niño juegue cuanto quiera, cogedlo solo cuando sea necesario. Dejad que otros cojan al niño, no vosotros.

Tenemos una comunidad muy grande de sahaja yoguis aquí. Lo que veo es que las madres llevan al niño en brazos todo el tiempo o el padre. ¡No!, dádselo a otras personas. Dejad que los niños estén con otras personas, que duerman con otras personas, que disfruten del amor de los demás, y no tengáis miedos. Os querrán mucho más. Por esto creo que lo primero que hacemos es crear una especie de estigma, una especie de sentimiento extraño que luego se convierte en esas relaciones pervertidas, porque sienten que estar con otra persona no está bien.

Podéis enseñar a los niños todo esto de una forma muy fácil si lo intentáis mientras son pequeños. Otra cosa que veo es que, por ejemplo, me sorprendió que -en el despacho de mi marido- a todo el mundo se le llamase por su nombre, a un diputado de (Sir) C.P. le dicen: “Tom”. Hasta al chófer lo llaman Tom. Pero nosotros somos muy diferentes. Es decir, que mi marido en concreto es muy particular. Nunca llamará -ni a su chófer- por su nombre sino “Sr.”, así que, no se atreven a comportarse mal.

Las relaciones tienen que establecerse en la infancia. Vi que algunas personas a él lo llamaban Gavin y niños pequeños llamándolo Gavin. Nosotros nunca lo llamaríamos así. Incluso si habéis visto a mis nietos, ellos dirían: “Tío Gavin”, como mucho. En una relación más formal, dirán: “Sr. Brown”. Nunca lo llamarán Gavin. ¡Así no se hace! Tía, tío, tiene que establecerse una relación. No solo es que el padre y la madre sean importantes, sino que he visto que les arrebatáis vuestros hijos a los demás.

Queréis aferraros a vuestros hijos y tenerlos así agarrados todo el rato. Por eso escapan de vosotros. Es demasiado y no hay necesidad de ello. Los niños son muy independientes. Pueden cuidarse ellos mismos. Pueden arreglárselas solos y vosotros, solo por tenerlos contentos, los lleváis de tiendas, les hacéis comprar cosas, les conseguís cosas y se acostumbran a ello. Queréis satisfacerlos de esta forma. ¡No! Tenéis que saber que los niños son muy inteligentes y que tenéis que moldear sus mentes de acuerdo con vuestro propio entendimiento de la colectividad.

Y si no lo hacéis se volverán como los demás niños, que son unos verdaderos vagabundos. Los he visto. Como os dije, un día que volvía de Oxted, había por ahí unos niños de unos ocho o nueve años, no muy mayores. Eran de algún colegio público, no tenían disciplina. Entraron en mi compartimiento -era un compartimiento de primera clase- y llevaban unos objetos punzantes, puede que unos cuchillos o unas navajas. Empezaron a rasgar los asientos sin razón alguna; a mí no me hicieron nada, por supuesto, pero estaba muy preocupada. Dije: “¿Por qué estáis haciendo esto?” Y ellos contestaron: “¡Cállate!” Así que, me levanté y fui a otro compartimiento y lo dije: Había dos chicos que viajaban con ellos. Estaban fumando, sentados plácidamente en el otro lado. Así que, fui a decirles lo que estaban haciendo aquellos chicos. Ellos entraron y les dieron unos buenos cachetes, les abofetearon, les empujaron y los niños ni siquiera se echaron a llorar, nada de eso. Los sentaron otra vez en sus asientos y en la estación siguiente entró el jefe de estación diciendo: “Bien, ¿y ahora qué hacemos?”

Debéis aprender a disciplinar a vuestros hijos a partir de ahora. ¿Por qué no pueden estar sentados tranquilamente en el programa? ¿Qué es lo que les pasa? Hay que hacerles sentir las vibraciones desde el principio. Hay que hacer que se sienten con los demás. Es porque ven que sus padres son “suyos”, pero los demás no. Así es cómo también se desarrolla el racismo, porque piensan que las personas que no son blancas no les pertenecen. Este tipo de temperamento de escorpión, este carácter siniestro -de serpiente- lo desarrollan cuando empezáis a guardarlos exclusivamente para vosotros.

Por el contrario, si les dejáis que se abran, que hablen con todo el mundo, que abran sus corazones a todo el mundo… Hasta los adultos sienten pánico de coger al niño de otro, lo he visto. Preguntarán diez veces: “¿Puedo coger al niño?” ¿Qué daño pueden hacer? En India, si se va a casa de alguien, suelen coger al niño en brazos. Y dicen que es para protegerlos de las enfermedades y todo eso. Pero al contrario, los niños desarrollarían más inmunidad. Los niños sobreprotegidos corren un gran peligro, porque no tienen inmunidad para nada. Imaginadlo en nuestro país, donde tenemos todo tipo de parásitos. Aun así, vivimos mejor porque somos inmunes a muchas cosas. Así es cómo vosotros os volvéis muy débiles en cuanto a la salud.

¡Imagináoslo! Fui a Australia y allí había tres o cuatro chicos indios. Vinieron a ayudarme en la cocina, a levantar todos los objetos pesados. Yo le pregunté a uno de ellos: “¿Por qué no les pedís a estos niños que hagan algo?” Dijeron: “Solo son agradables para la vista, Madre, pero no tienen fuerza. No tienen ninguna fuerza”. Lo he visto. Y esto ocurre más en países como Inglaterra, donde el clima es tan malo que tenéis a los niños en casa. No salen. Encerráis a vuestros hijos todo el tiempo. Se vuelven egoístas. Se vuelven muy mezquinos y cortos de miras. Haced que se abran.

Ahora tenéis una comunidad. Tenéis una comunidad digna de confianza. Si vosotros no lo hacéis, entonces aparecerá una persona dominante, se apoderará de vuestro hijo y lo utilizará; os chantajeará por el niño, hará todo tipo de cosas. Pero si simplemente dejáis que el niño juegue por ahí con todo el mundo, simplemente si le dejáis hacerlo, las enfermedades desaparecerán. Os sorprenderéis. También, si tenéis un problema, por ejemplo, con el back Agnya y son los demás los que lo cogen (al niño), entonces el problema desaparece. Porque si alguien tiene mejores vibraciones los bhuts se van. Pero si constantemente cogéis al niño y vosotros tenéis obstruido el back Agnya, si no soltáis al niño el niño tendrá que sufrir.

De hecho, nosotros mandamos a nuestros hijos cuando son muy pequeños con otras personas, confiándoselos y ellos quieren a los niños. Aquí la gente no cree que a los niños se les pueda querer. Así que, tenemos que confiar a nuestros hijos a otras personas y esta es la razón por la que siento que los niños se vuelven tan exclusivos, se pegan a vosotros, no pueden acercarse a nadie.

Pero en India, no sé si habéis visitado alguna vez un hogar, los niños serán los primeros en recibiros. Os dirán: “Muy bien, siéntate”. Luego os ofrecerán algo si no hay nadie en la casa. Os cuidarán y lo sabrán todo acerca de vosotros, lo que dijisteis, lo que pedisteis, lo que queríais y todo con mucha dulzura. Todo les queda grabado. Lo hacen para cada tío, para cada tía y se acuerdan de todo eso durante toda su vida. Me encontré con esos niños a los que cuidé en su infancia y se acordaban de todo lo que les dije, de los cuentos que les conté y de cómo cuidaba de ellos y se acordaban de cosas muy, muy pequeñas y, ¡es tan dulce saber que todavía se acuerdan de todas esas cosas!

Uno de ellos trabaja ahora en el Banco Mundial. Consiguió un gran trabajo en el Banco Mundial. Vino a verme el otro día y se echó a llorar como una niña pequeña, en mi regazo. Yo le dije: “¿Qué te ocurre?” Dijo: “Tía, me acuerdo de todos aquellos días”. ¿Veis? Me tiene tanto cariño que una vez fue a una tienda y vio un sari, que solía llevar yo, el mismo tipo de sari, de color amarillo. Ella dijo: “Es el sari de mi tía”, y entró y compró ese sari. Decía: “Es el sari de mi tía”. Y ella ya era bastante mayor.

Los niños se acuerdan de todas estas cosas tan pequeñas, de todas estas cosas elevadas, nobles, de todas las cosas que son muy puras. Pero vosotros no les dais libertad, domináis a vuestros hijos demasiado. Y luego también los niños intentan llamar vuestra atención todo el tiempo, porque están acostumbrados a eso. Os harán diez preguntas seguidas, hablarán demasiado, dirán esto y aquello y vosotros os cansaréis. Lo sé.

Cuando venía en el tren, había una señora viajando conmigo. Era la mujer de Clive, ¿cómo se llamaba? Viajaba conmigo y con su hijo. Y la pobrecilla no podía hablar conmigo porque tenía que contarle cuentos y, luego, otras cosas y no podía dejarlo. Dije: “No le hagas caso. Simplemente deja de hacerle caso por un momento”. Y el niño ahora está mejor.

El mismo consejo le di a Bárbara. Su hijo es muy bueno. Fue a Warren cuando estaba allí. Se acercó a todo el mundo. Les preguntó a todos. Se paseó por todo el hall y miró a todos. Pero en India los niños hacen esto. Se preocupan por todo el mundo. Irán a comprobar sus vibraciones. Con toda esta exclusividad y dominación, realmente odiaréis a vuestras madres y a vuestros padres cuando seáis mayores si son tan posesivos. Esto es ser posesivos y tener miedo a perder a vuestros hijos. En realidad, los perderéis de verdad si tenéis esa clase de miedo y domináis a vuestros hijos.

Esto es lo que he visto, que los niños que querrían estar en el programa se quedan fuera con las mujeres, como castigo. ¿Por qué? Haced que se sienten, estarán bien. Estarán quietos, no harán ningún ruido. Pero esta asfixiante atención hacia vuestro hijo… Y he oído también que en los ashrams, las mujeres que tienen hijos no hacen ningún trabajo. Simplemente no hacen ningún trabajo. Cuidan de los niños y se acabó, el resto del trabajo en el ashram lo hacen otras personas.

Para tener un niño, no hacéis gran cosa. No hay nada grande en que hayáis tenido un niño, eso lo primero. Son sahaja yoguis y me están confiados a mí no a vosotros, así que, no los malcriéis. Ninguna madre debería quedarse en casa o en la habitación con el niño, cualquiera que sea el caso. Dejad que el niño juegue con los demás, que se quede en el salón. Pero ellas cogerán al niño, se quedarán en la habitación, darán de comer al niño, cuidarán de él. Solo tienen un trabajo, que es el de cuidar al niño, nada más. Es como un chantaje emocional, pienso yo, que cojáis al niño y os sentéis allí con él y digáis: “¡Oh, estoy cuidando del niño!”; así que, los demás dicen: “¡Oh, claro, es una madre!” Yo tengo un montón de niños aquí. Esta maternidad no debería daros esa idea tan rara de que ahora sois tan especiales que solamente os deberíais sentar y no hacer nada más.

En mi familia tengo once hermanos y hermanas. Y mi madre, creo que fue Presidenta en un congreso en Nagpur, en Madhya Pradesh. Fue a la cárcel cinco veces, siendo una mujer muy correcta. No toleraba ninguna tontería por parte de sus hijos, y esto es otra cosa, que si el niño le hace algo a alguien… He oído que los niños son muy indisciplinados, que pegan a los demás, les tiran del pelo, dicen toda clase de tonterías y los padres nunca les corrigen, solamente los adoran. Y cuando los niños crecen, echan a patadas a los padres; hemos visto que esto ocurre. Porque son almas realizadas, no les gustará esta clase de tonterías.

Así que, tened cuidado con eso. Ayer os hablé del Muladhara. Dejad que los niños tengan un Muladhara sano y firme. Dejad que conozcan a otras personas, que sean amables con los demás, que jueguen con todos, que vayan a todas partes, permitídselo. Pero en otras cosas son muy negligentes con sus hijos. ¿Qué es lo que hacen? Ni siquiera dan masajes a sus hijos. Ni siquiera lavan a sus hijos. No mantienen su ropa limpia ni los bañan regularmente. No les dan la comida adecuada. Esto es algo que tenemos que ver, que nuestros hijos deberían hacerse colectivos y muy fuertes en su Muladhara desde muy pequeños.

He visto padres que venían y me decían: “No sabemos por qué nos dejó nuestro hijo de esa manera, cuando creció. Tuvo una buena infancia”. Esta es la razón. Se aburren con vosotros, francamente. Esa es la única respuesta. “De repente, mi hijo se fue, sin más. ¿Por qué? Estaba muy bien hasta ayer. Debía de estar harto y huyó de este lugar”. Así es que, deben tener sus propios amigos y deben salir; veis que es verdad que -en comparación- vuestros hijos no tienen sabiduría propia porque los padres son muy dominantes; no dejan que sus hijos crezcan de forma apropiada, que comprendan a los demás. Sencillamente, no entiendo lo que nos ha pasado, ¿por qué nos va tan mal con nuestros hijos?

Ahora bien, otro asunto que hay que considerar es el de los ashrams, sobre el que no tuve que deciros nada antes, pero ahora debo deciros que tenemos que ser responsables. Eso también está ahí. Si no tenéis un sentido de responsabilidad desde pequeños, nunca podréis desarrollarlo. Como las facturas de la electricidad, que suben sin parar. La gente nunca apaga la luz. Es decir, hay un interruptor que sirve para encender y también para apagar. No solo sirve para encender. Son estas pequeñas cosas, como el gas o la electricidad. Una vez que están en el ashram se despreocupan. Es vuestro ashram. Luego, la comida. La cantidad de comida que se tira es algo sorprendente. No se valora la comida, no se entiende cómo hay que organizarse, porque no hay Gruha Lakshmi, no hay cualidades de ama de casa, porque éstas se quedan sentadas con sus hijos y no hacen nada más.

Si tuvieseis una casa propia, entonces iríais a comprar, cocinaríais, cuidaríais de vuestro hijo, limpiaríais vuestra casa, los utensilios, lo haríais todo vosotras mismas. Pero en el ashram piensan: “Ahora tenemos un bebé, así que, tenemos que cuidar de él. Vamos a cuidarlo y a sentarnos”. A mí me encantaría jugar con los niños todo el tiempo y no tener nada que hacer con vosotros. Pero, ¿puedo hacer eso? ¿Puedo hacerlo? ¡No puedo! De la misma manera, debemos entenderlo.

No deberíamos malgastar la comida. Hay mucha gente en este mundo que se está muriendo de hambre. No tenemos ningún derecho a malgastar la comida en absoluto. Quiero decir con esto que os sorprendería saber que incluso la gente más rica de India nunca dejará nada en el plato; los más ricos entre los ricos. Y cuando estábamos en el ashram de Gandhiji, hasta Maulana Azad y Jawaharlal Nehru, tenían que lavar sus platos. No debían echarse más comida. Si repetían, no debían dejar nada de forma que otros no pudiesen comer.

Se despilfarra la comida y la electricidad, se derrochan otras energías, sin entender que eso significa dinero. Por eso nunca tenéis dinero. Debería haber una buena organización respecto a lo que vais a cocinar, a lo que vais a tomar, a cuánto va a usarse. No debería malgastarse nada. He visto esta tendencia yo misma, es muy común. No tienen respeto por la comida. Por eso los niños tampoco tienen ningún respeto por la comida.

Antes de que la comida se sirva, debemos sentarnos con la idea de que “ahora vamos a comer”. Es una “yagnya”. Y tenéis que tomar esa comida con una oración, bendecir esa comida, dar las gracias a Dios porque tenéis comida. Está en el Padre Nuestro, y después estáis más satisfechos y llegáis a sentir: “No, no deberíamos malgastar nuestro dinero en la comida de esta forma”.

Hay otras muchas cosas que uno debería saber acerca de los niños; deberíamos saber sobre sus vibraciones. Deberíamos estar alerta en cuanto a sus vibraciones. Intentad descubrir qué es lo que va mal en ellos. ¿Qué hacen? Por ejemplo, veis que un niño se está portando mal. No estéis tras él siempre igual. Llamad al niño una vez. Haced que se siente y decidle: “No deberías hacer eso. Cuando estás con tu madre, préstale atención”.

Sois vosotros los que vais a modelar a estos nuevos niños, que se os han dado especialmente a vosotros porque sois sahaja yoguis y no para que arruinéis sus vidas. Sabéis que algunos niños se han vuelto locos con este tipo de cosas, como Dutta, que estuvo aquí. Y todo el mundo hizo…no sé, ella misma era tan descuidada, tan negligente que no os lo podéis imaginar. Cuando oí sobre su negligencia y con la suciedad con la que tenía al niño… Me sorprendió que Linda pudiese hacer eso.

Vosotros no deberíais ser como Linda, que estropeó la salud de su hijo, su mente, todo. Si vivís en un lugar limpio y ordenado, a los niños les encantará estar allí. Pero ninguna madre debería quedarse en la habitación con el niño. Esto es una ley. En el salón sí podéis quedaros con vuestro hijo. Y hay que llevar al niño a la habitación cuando duerme. Si no, dejad que esté en el salón. Veréis que el niño será más feliz porque ser colectivo es algo natural.

Es algo natural para un niño mezclarse con los demás, hablar con los demás, conocerlos, es algo natural. La inocencia es así. La inocencia quiere conocer al mundo entero. Ese es el momento; si no dejáis que el niño se mueva, entonces se pervierte, tiene problemas. Por tanto, dadles una vida mejor, una situación mejor, una educación mejor, una disciplina mejor, porque estáis preparados. No les deis lo que tuvisteis vosotros. Este es el verdadero amor; de lo contrario es ser posesivos.

Quería hablaros de esto porque ayer os hablé del Muladhara y estuve viendo y notando lo que les pasa a vuestros niños. Y veo que la disciplina que tienen les llega de vosotros; ¿hasta qué punto sois disciplinados? Y de esta forma hacéis, exactamente, lo que ellos quieren. Saben que pueden manejaros a su gusto. Saben que dependéis de ellos. No podéis existir sin ellos, tienen esa idea. Así que, no os escuchan. Pero si saben que perderán vuestro amor si se portan mal, entonces se portarán muy bien. Son muy inteligentes. Así que, tenéis que jugar bien vuestras cartas y traer a vuestros hijos al entendimiento correcto, porque son niños diferentes, niños especiales que os han sido confiados. No son vuestros hijos. Son mis hijos.

No hace falta tocarlos ni abrazarlos tanto. A veces les rompéis los huesos por cómo lo hacéis. Esto es demasiado. Haced esto con los hijos de los demás y menos con los vuestros. Intentad apartar a vuestros hijos y querer a los de los demás. No sé qué clase de psicología lee la gente pero esto es algo simple y sencillo. Debemos entender que somos sahaja yoguis. Los niños tienen que ser colectivos; si no, tendré que volver a romperme la cabeza con ellos para que sean colectivos. Deberían ser colectivos de forma natural.

[Bueno, Gavin, vamos a empezar el Puja]

Creo que la charla de hoy debería escribirse y enviarse a todos los centros. Es importante. Me encuentro con esto por todo Occidente. Si tienen un hijo, de repente (el marido) se vuelve más que un emperador y la mujer, más que una emperatriz; no solo una emperatriz, sino más que una emperatriz. Ya os dije que los reyes y las reinas no ven nunca a sus hijos, para nada. Quiero decir, este es otro extremo.

A la gente que viene por primera vez no le dejamos que asistan a lo que llamáis el Puja al Guru, porque no entienden muy bien por qué se hace, por qué tiene que hacerse, cómo os ayuda, y comienzan a analizar. Pero si podéis estar sentados sin analizar, habiendo recibido vuestra transformación, con todas las deidades dentro de vosotros, os fortaleceréis y os sentiréis mejor. No tenéis que hacer nada en absoluto. Solo que tenéis que estar en silencio y verlo con entendimiento, ¿de acuerdo? No os pongáis a analizar, porque no vais a entenderlo. Si intentáis analizarlo, os veréis en un lío. Pero si simplemente os sentáis y sentís las vibraciones, sentís cómo fluyen, recibiréis ayuda, ¿de acuerdo?

Así pues, lo primero es que ayer hablamos del Muladhara chakra, así que, hoy es Ganesha. No hace falta hacer mucho al respecto, pero podríamos recitar algo del Muladhara chakra en inglés, y luego echar agua sobre mis Pies, nada más. Luego, vibraré todo esto para vosotros, como ya hicimos antes, y después cantaremos a la Shakti, la energía de Kundalini. Hoy solamente vamos a hacer estas cosas, estoy segura de que la experiencia de ayer os debe haber ayudado mucho a limpiar vuestra cabeza y a dormir bien, estoy segura de ello.

Muy bien. Y hoy también estad atentos en cuanto a estar siempre en consciencia sin pensamientos. No penséis en ello; simplemente, no penséis. Mantened vuestra mente en posición de consciencia sin pensamientos y funcionará mucho más rápido. Porque estáis a un nivel en el cual ahora es fácil comunicarse a través de las vibraciones. Antes era difícil y ahora es mucho más fácil.