Shri Virata Puja

Melbourne (Australia)

Feedback
Share
Upload transcript or translation for this talk

Shri Virata Puja. Melbourne, Australia. 10 de abril de 1991.

A causa de las distancias, y también de que no hay actividad durante todos estos días en Melbourne, he visto que aquí la colectividad no está apropiadamente integrada. Así que, pienso que lo mejor será adorar hoy al Virata. Podemos decir que el Virata es el Padre Primordial o que es aquel que actúa en nuestro cerebro para nuestra colectividad. Cuando la Kundalini se eleva, al final acaba atravesando la zona del hueso de la fontanela. Antes de llegar a este punto entra en el Sahasrara. El Sahasrara es el área límbica del cerebro que está rodeada por mil nervios, y en la terminología médica es llamada área límbica. Estos mil nervios están conectados con los dieciséis nervios principales del Vishuddhi. Por esta razón se dice que Shri Krishna tiene dieciséis mil esposas, porque Él tiene todos sus poderes como sus esposas. Y yo tengo todos mis poderes como mis hijos. Cuando estamos creciendo, en nuestro ascenso, en nuestra meditación tenemos que llegar al Sahasrara. Si el Sahasrara no hubiese estado abierto no podríamos haber dado la Realización en masa. Como está conectado, la colectividad está muy conectada con el momento actual de Sahaja Yoga. Anteriormente solo se llegaba hasta el Agnya chakra; pero cuando alcanzamos el Sahasrara se iluminan todos los nervios, que parecen llamas muy silenciosas bellamente coloreadas con todos los colores. Su apariencia es tan apacible y bella que pienso que no existe en todo el mundo una visión mejor que puedan ver los seres humanos.

Este Sahasrara se abrió; de lo cual, como ya sabéis, estamos celebrando ahora el puja. Pero, para lograr esto, primero tenemos que llegar al colectivo. Por esta razón tuve que poner mi atención en el colectivo. Tenía que observar a las personas, sus diferentes problemas y las permutaciones y combinaciones por las cuales estaban sufriendo. Podemos decir que todas ellas las podemos agrupar en las siete notas mayores. Pero también se dividen en veintiuna: una en el lado izquierdo, una en el lado derecho y una en el centro. De modo que también tenemos veintiún problemas básicos, problemas fundamentales en nuestro interior que tenemos que resolver. Al principio de Sahaja Yoga, yo solamente intentaba curar a la gente de sus problemas físicos, de sus problemas mentales, de sus problemas familiares, de sus problemas financieros, y de muchos otros problemas que tenían en Sahaja Yoga. Y entre tanto tuvimos algunos percances muy grandes. Como ya sabéis, cuando la gente llegaba hasta el Agnya empezaban a dominar toda la atmósfera con algún tipo de autoridad, que no era la autoridad de Dios. Como resultado muchas personas se estancaron en el Agnya. Pero aquellos que han llegado al Sahasrara tienen que entender que la colectividad es la base de vuestro ascenso. Si no sois colectivos, si no venís al centro, si no os reunís con los demás, entonces sois como una uña que se ha separado del dedo y el Divino no tiene nada que ver con vosotros. Estáis fuera del árbol. Seréis igual que las flores que se han separado del árbol, que sin duda pueden existir durante un momento, pero después de algún tiempo mueren y desaparecen. Así pues, es importante para todos vosotros entender la colectividad. Si esto no se establece en Sahaja Yoga, Sahaja Yoga morirá.

Ahora voy a ir a América donde la colectividad debería ser verdaderamente su máximo exponente, pero no es así. Hay muchos problemas de colectividad en América. Aun así, yo diría que ellos se han dado cuenta de una cosa: que deben ser muy colectivos. El problema es que allí hay muy pocos sahaja yoguis, aunque todos ellos entienden su responsabilidad. Todos ellos están trabajando muy duramente. Están extendiendo Sahaja Yoga. Tienen este “Cool Breeze” que han empezado allí. En América están haciendo muchas actividades a pesar de que son muy pocos. Es sorprendente cómo están manejando todo. Y lo hacen de un modo muy bello porque aunque están muy alejados se sienten unidos. Por ejemplo desde Honolulu hasta Nueva York hay una gran distancia. Pero tienen una gran comprensión y mucho amor y sentido de la responsabilidad. Como son muy pocos en cantidad se sienten extremadamente responsables de ser absolutamente colectivos. Por supuesto, ni siquiera se cuestionan el crear grupos. Incluso aunque alguien cometa un error o algo así nunca hablan de ello con nadie más, excepto conmigo. Nunca discuten unos acerca de otros, nunca hablan mal de los demás ni forman grupos.

Los niños están fuera. ¿Quiénes son? Pueden venir aquí, hay espacio. ¿Os podéis mover un poco hacían un lado? Simplemente hacedles un poco de espacio entre medias. ¡Vamos! Los niños se pueden sentar en el frente, no ocupan demasiado espacio. Incluso se pueden sentar en vuestro regazo. ¿Puedes moverte? Podéis hacer un hueco entre medias. Esto es una cuestión de colectividad. Traed a los niños aquí arriba. Todos los niños pueden venir, ellos pueden ayudarme en el puja, son muy buenos ayudando. ¡Sí! Sí, sí, ¡vamos! A los pobres niños les habían dejado fuera. ¿Podéis imaginarlo? ¡Sentaos! ¡Sentaos! ¡Sentaos! ¡Sentaos, sentaos, sentaos aquí! ¡Venid! ¡Venid! ¡Venid aquí! ¡Venid aquí! ¿Quién está fuera ahora? Ved si están los niños pequeños. ¡Vamos! ¡Vamos! Creo que si podéis sentaros en una postura más recogida la gente podrá entrar. Y creo que también es importante abrir la ventana. ¡Sí, hay espacio!, si hay tres cámaras, ¿cómo no va a haber espacio? Creo que puedes dejar una cámara allí y así la gente se podrá sentar dentro. ¡Muy bien! ¡Muy bien! Todos debéis sentaros con una rodilla un poco hacia arriba para que haya más espacio, igual que lo hace Babamama. ¡Dáselo a Chaya! No os extendáis tanto, encoger un poco una pierna sobre la otra. Sí, una derecha de este modo. Incluso es más fácil sentarse de este modo. Es más fácil sentarse así. Este es el sentido de la colectividad. No importa si un centro es muy pequeño, pero todos debemos estar unidos. Todos debemos estar unidos porque no podéis gozar a menos que estéis unidos.

Así pues, veamos ahora cómo nos perdemos la colectividad. Hay una forma muy práctica y realista de comprenderlo. Lo primero que debemos saber es que sin la colectividad no podemos existir. Del mismo modo que el cuerpo ha de estar conectado con el cerebro, igualmente Sahaja Yoga no puede existir sin la colectividad. Una vez que comprendáis esto, entonces, debéis trabajar para que esta colectividad se establezca completamente: tanto exteriormente como interiormente. Incluso lo tenéis que establecer más interiormente que exteriormente. Todo lo que tengáis en vuestro interior se manifestará exteriormente. ¿Y cómo establecemos esto en nuestro interior? Antes de nada, debemos comprender que ahora estamos relacionados unos con otros. Gyaneshwari dijo: “Techi Soyarikhoti”. Lo primero es que, en nuestro interior, debemos observar -a través de la introspección- qué estamos haciendo nosotros mismos en nuestra mente en contra de la colectividad. Cómo está funcionando nuestra mente. Yo no sé qué es lo primero que surge en la mente humana acerca de las demás personas, pero lo primero que debemos saber es que estos son nuestros verdaderos familiares y no ninguna otra persona. Estos niños son vuestros niños, estos hombres son vuestros hermanos y estas mujeres son vuestras hermanas. Todos nosotros somos una gran familia unida. Somos una parte inseparable de un cuerpo y esta mano no puede golpear a la otra mano. ¡Gracias a Dios que esto no sucede! Porque si fuesen igual que los seres humanos, esta mano podría empezar a pensar mal de la otra mano. Pero no lo hace porque están conectadas con la actividad del cerebro. Así pues, lo primero que uno debe entender es que no debemos intentar ver los defectos de los demás, sino las bondades de la otra persona. Esto es verdaderamente lo que más os va a ayudar.

Igual que en India, no sé si aquí también sucede lo mismo pero allí, cuando conocen a alguien, inmediatamente empiezan a pensar cómo pueden aprovecharse de esa persona. Si alguien es el hermano de un ministro, inmediatamente se acercarán a esta persona. Muy bien: “¿Podrías hacer esto por mí? Después, si otra persona dijese: “Yo soy tal o cual…” La gente inmediatamente empezaría a pensar: “¡Oh!, ¿cómo podemos aprovecharnos de esta persona?” Del mismo modo podemos ir incluso un poco más allá, en términos de Sahaja Yoga. Tan pronto como conocéis a una persona no deberíais pensar qué negocio podéis hacer con él. He visto que si alguien tiene dinero, inmediatamente la gente saltará sobre él. ¡Muy bien, hagamos algunos negocios juntos! Incluso en Sahaja Yoga. O si tienen alguna necesidad, inmediatamente empezarán a contratar a esta persona para sus propios propósitos. Por el contrario, lo que debéis hacer tan pronto como conozcáis a alguien es pensar en las bondades que tiene esta persona y en cómo podéis vosotros absorber estas bondades en vuestro interior. Porque nosotros estamos aquí para enriquecernos a nosotros mismos espiritualmente. De modo que lo primero y más importante que debéis pensar es: “¿Qué puedo hacer para absorber en mi interior la bondad de esta persona?”

De este modo buscaréis la bondad de esa persona en vez de buscar sus malas cualidades. Porque las malas cualidades no van a nutriros en absoluto. Además, si alguien tiene malas cualidades no tiene sentido el que vosotros penséis en ello porque, aunque vosotros empecéis a pensar en ello, esta persona no va a mejorar. Es problema de la otra persona. Lo mejor es mirar a la otra persona con adoración y comprensión, con el amor de que él es uno de nosotros y en cómo podemos ayudarle. Por ejemplo, en el caso de la mano yo no tengo que pensar, porque nosotros estamos programados de este modo. Si tengo que sujetar esto, automáticamente usaré mi mano y no mi pie. Sé que mis manos son para sujetar. Pero cuando tengo que caminar no camino con mis manos, porque sé que mis pies son para caminar. Del mismo modo, debéis saber qué sahaja yogui os va a ayudar a nutriros a vosotros mismos. Entonces, inmediatamente, vuestra mente se volverá muy clara. Igual que ahora, un chico de Nueva Zelanda estuvo realmente a punto de morir y, cuando volvió, descubrí que la actitud hacia él no era todo lo amable que debería ser. Aunque esta era una gran oportunidad para ver cómo poner en práctica vuestra compasión. Hablamos de la compasión, ¡compasión! Veamos ahora cómo practicamos esta compasión con este chico que está enfermo. Por el contrario, todo el mundo era muy duro con él, todos hacían comentarios y cosas así. ¡Debemos tener compasión! Madre ha dicho que debemos tener compasión. ¿Con qué vamos a tener compasión, con las paredes? ¿Dónde usamos nuestra compasión? ¿Dónde expresamos nuestra compasión?

El que debamos practicar Sahaja Yoga no significa que continuamente estemos sentados frente a mi fotografía. No significa esto. Significa que pongáis en práctica la compasión, que la practiquéis. Después tenéis que poner en práctica el amor. ¿Cómo ponemos en práctica el amor a los demás? ¿Qué haréis si amáis a alguien? Intentaréis agradarle. Cosas muy pequeñas pueden hacer a la gente muy feliz. Yo sé que todos vosotros tratáis de agradarme mucho, me dais regalos, buscáis cosas buenas para mí, os apartáis de vuestro camino para comprar dulces flores para mí, y hacéis cosas muy bellas para agradarme. Debo deciros que yo estoy muy complacida. Pero estaré más complacida, mucho más complacida, si entendéis la colectividad e intentáis agradar a los demás. Este tipo de persona es la que más me agrada, la persona que tiene su atención en cómo agradar a los demás. Tan pronto como decidáis que tenéis que agradar a los demás, vuestra lengua se volverá diferente. Se volverá mucho más dulce. La lengua que parecía un par de tijeras se volverá tan dulce como la miel. Entonces hablaréis poco, pero realmente verteréis miel sobre la otra persona y la otra persona gozará verdaderamente. Así pues, ¿dónde ponéis en práctica el amor? Haceos esta pregunta: “¿Dónde pongo en práctica el amor? ¿Qué amo?” En nuestra vida amamos nuestra casa, amamos nuestras fotografías, nuestra decoración, todas estas cosas. Pero, ¿pongo en práctica este amor con mi esposa, con mi esposo y con los demás sahaja yoguis?

En nuestra cultura sahaja tenemos que practicar la compasión y el amor, y lo tercero que tenemos que tener es paciencia. Sé que algunos niños quizá son un poco más traviesos que otros. Quizá algunas personas son muy parlanchinas. A veces incluso llegan a darme dolor de cabeza; ¡hablan, hablan, hablan! ¡Hablan demasiado! A veces creo que esto es bueno, porque es un descanso para mi boca. Este es un modo de verlo. Otro modo de verlo es, simplemente, desconectando vuestra mente. ¡Dejadles hablar y que saquen todo fuera! Una vez que hayan acabado y se hayan tranquilizado ya no os molestarán más. Además se sentirán satisfechos de que alguien haya escuchado sus parloteos. Así pues, es necesaria la paciencia. Necesitamos tener tal paciencia, que los demás puedan ver vuestra paciencia. Por ejemplo, yo estuve sentada alrededor de tres horas dando la mano a todo tipo de personas con todo tipo de problemas. La última persona que vino me dijo: “Observando tu paciencia he desarrollado mi propia paciencia”. Y el amor os da paciencia. El amor os nutre. Esto que os estoy diciendo es un método absolutamente práctico. Aquí no he mencionado que confiéis en Dios, simplemente he estado diciendo que confiéis en vosotros mismos. Es algo absolutamente práctico, porque estamos hablando de vuestro cerebro.

Hemos estado diciendo que debemos perdonar a todo el mundo, pero no lo practicamos. Recordamos incluso cosas muy, muy pequeñas, igual que los locos. He oído que la serpiente tiene la capacidad de recordar si alguien le ha hecho daño. Pero he descubierto aquí que los seres humanos también tienen esta capacidad. Recordarán cualquier cosa que haya sucedido hace trece años o hace quince años. Todas y cada una de las cosas; todo lo que les haya hecho daño. Pero no recordarán cuándo ellos han hecho daño a otra persona. No recordarán cuándo han sido desagradables con los demás. Porque así es la mente humana que tiene ego, puede ir haciendo daño a los demás sin sentir nada por ello. Y el superego va recibiendo todos estos golpes y siempre se queja de ello. Así pues, debéis daros cuenta de que vosotros sois los que estáis rompiendo la colectividad.

Antes de nada, aquí tuvimos líderes horribles y por esta razón nuestra colectividad es muy pobre. Pero ahora tenemos personas más sobrias, mejores personas. También estoy pensando poner una persona mayor como vuestro líder en Melbourne. Porque creo que Greg tiene demasiadas responsabilidades. He pensado en Henshaw. Se lo he pedido y él ha aceptado. Así pues, ahora en Melbourne tendremos a alguien que vive en el ashram. Es un hombre jubilado que cuidará de vosotros y hará todo lo posible por cuidar de la colectividad de Melbourne. Vosotros debéis saber que yo tengo una conexión con vosotros a través del líder. Esto no significa que vosotros no podáis estar conectados. Es igual que cuando me pincho un dedo con un alfiler, inmediatamente mi mano se alejará. Quiero decir que esta también es una acción refleja. Pero principalmente todo es informado al cerebro.

Del mismo modo, todo debería ser informado al cerebro. Pero si desde el principio desarrolláis un tipo de actitud crítica hacia vuestro líder, entonces todo se vuelve muy difícil, tanto para los líderes como para vosotros. Lo primero es que no debéis criticar. No uséis vuestro cerebro para criticar, ya hay demasiada crítica en Occidente. Ahora tienen una nueva técnica para criticar. Todo el arte ha terminado a causa de los críticos. Los artistas sienten temor de mostrar sus pinturas, los artistas tienen miedo de mostrar sus creaciones porque serán criticadas. Ahora lo único que queda son críticos y críticos y críticos. Y los críticos critican a otros críticos, eso es todo. ¡No hay creatividad!, ¡nada! Así que, intentad apreciarlo todo. Los niños hacen pinturas, cualquier tipo de pinturas. A veces dibujan mi cara un poco rara, no solo los niños, también los adultos. ¡No importa, yo lo aprecio! Les digo: “¡Está muy bien, maravilloso, muy bonito!” De este modo animo a esta persona. La crítica debe desaparecer de nuestra mente y, en cambio, debemos practicar la apreciación. La apreciación de otros niños y otras personas es muy importante. Pero esto no significa que apreciéis a los demás y torturéis a vuestra esposa o a vuestro marido, esto también es un desequilibrio. La primera responsabilidad es vuestra familia, pero también debéis apreciar a los demás. Esto solo puede suceder cuando no sentís celos ni envidia de nadie. No sé de dónde vienen estos celos. No conozco esta cualidad de los celos ni por qué aparece. Si tenéis celos o envidia debéis usarla para un propósito adecuado. Este propósito adecuado es que debéis sentir celos de una persona que está más elevada que vosotros espiritualmente, y practicar hasta que lleguéis a ser mejores. Si la envidia es para competir, entonces competid con esa persona a ver quién es más compasivo, más amoroso, más abnegado, más paciente. Entonces esta competición se vuelve una competición muy sana y la colectividad se nutre adecuadamente.

Debéis intentar sentir que todos vosotros sois una parte inseparable de una sola personalidad. ¡Tratad de entender esto y practicadlo! Esto os ayudará mucho. Podéis hacer cosas pequeñas, como comprar un pequeño regalo para alguien. Veis algo y pensáis: “¡Oh, esto es muy bueno para esta persona!” Hemos decidido oficialmente que los hombres no deben dar regalos a las mujeres y que las mujeres no deben dar regalos a los hombres. Solamente si sois la hermana rakhi podéis darle un regalo al hermano, pero no de otro modo. Hemos decidido esto porque he visto que esto crea problemas. Esto no significa que odiéis a las mujeres u odiéis a los hombres. Pero hemos de mantener cierta distancia de pureza. Hasta que os volváis completamente inocentes es mejor mantener cierta distancia. Hemos de practicar la pureza y esta práctica de la pureza es: que tratéis de desarrollar sentimientos inocentes hacia los demás. Con la inocencia viene todo lo demás. Todo viene con la inocencia. Si sois inocentes inmediatamente seréis buenos sahaja yoguis. Pero esto tiene muchas facetas. El otro día había una niña que estaba luchando para conseguir un tipo de dulce mientras estaban distribuyendo el prasad. Entonces yo le di un plato pequeño y le dije: “¡Repártelo tú!” Inmediatamente se olvidó de lo que quería, y empezó a repartirlo a todo el mundo con sus pequeñas manitas de un modo muy dulce, muy dulcemente. Debemos practicar esto desde la infancia. Debéis decirles a vuestros hijos: “¡Muy bien! ¡Hagamos esto! ¡Repártelo a todo el mundo! ¡Pon kumkum sobre sus cabezas!” Quizá no lo hagan bien pero no importa. Aprenderán a estar con los demás, a hablar con los demás y a relacionarse con ellos.

El peor enemigo de la colectividad es la agresividad. Algunas personas son básicamente agresivas. Su modo de hablar es extremadamente agresivo. El modo en cómo dicen las cosas es agresivo. Podría ser por cualquier razón, quizá están mejor educados, tal vez vienen de una familia agresiva, a lo mejor tienen un tipo de complejo de superioridad o de inferioridad o un sentimiento de inseguridad, o posiblemente estén poseídos. Entonces intentan dominar y muestran su fuerte sentimiento de superioridad con los demás. Puede que sean inferiores, aunque no necesariamente. Pero esto que ellos hacen, es algo a lo que debemos poner freno. Lo que debéis intentar practicar es la humildad, intentad ser humildes. Hay un chiste entorno a este tema. Un caballero iba subiendo por una escalera y otro estaba bajando. El caballero que estaba subiendo le dijo al otro: “¡Por favor, muévase!” Entonces el otro dijo: “¡Yo no me muevo por un idiota!” Entonces la persona que estaba subiendo dijo: “¡Pero yo sí lo hago!”, y se movió. De este modo funciona la humildad. Debéis ser humildes para aproximaros a los demás.

El idioma inglés es muy humilde exteriormente, debéis decir: “¡Por favor” o “gracias!”, diez veces. Por favor, por favor, por favor, gracias, gracias, gracias. Pero no lo hacen de corazón. Por ejemplo, si no le dices a una persona gracias, esta persona puede incluso llegar a pegarte. “¿Por qué no me has dicho gracias?” Esto no es humildad. Con la humildad de ningún modo agredís a los demás. Y si los demás os agreden, vosotros lo aceptáis como una cosa de niños, como una estupidez, como una tontería que no tiene ninguna importancia. Porque vosotros sois muy poderosos, y podéis soportarlo. Esta es la humildad que debéis practicar. Si tenéis todas estas cualidades os sorprenderá ver cómo perdéis vuestro egoísmo. Vuestro egoísmo empezará a desaparecer. Porque cuando os volváis generosos os daréis cuenta muy pronto de lo horrible que es el egoísmo. Así pues, practicad vuestra generosidad.

Yo sé que todos vosotros estáis deseando gastar dinero para mí. Queréis darme regalos. Ahora hemos parado todo esto. Individualmente no podéis darme ningún regalo ni nada. Pero la generosidad es un término muy general, puede ser generosidad de amabilidad, generosidad de compasión, generosidad de paciencia, y también generosidad de cosas materiales. Si yo veo cualquier cosa, inmediatamente pienso: “¡Oh!, debería coger esto porque podría dárselo a esta mujer o a este caballero o podría donarlo para cierto propósito o para esta organización o para algún trabajo que están haciendo”. Esto inmediatamente viene a mí. Os sorprenderá que si voy al mercado y estoy sedienta ni siquiera piense en ir a comprar alguna bebida para mí misma, esto no viene a mi mente. Ni siquiera he abierto mi frigorífico para mí misma en toda mi vida. Pero para los demás iré corriendo y cocinaré para ellos. Suponiendo que yo esté sola en casa y no haya cocinero, incluso aunque no cocine para mí misma está bien. Si no hay nadie más en casa, si no está mi esposo, no comeré durante dos o tres días. Después los sirvientes se quejarán a mi marido y entonces me doy cuenta de que no he comido nada, porque ni siquiera me había dado cuenta. Si estoy comiendo, simplemente lo hago porque él está ahí, de modo que yo he de comer con él. Yo nunca solía tomar té, pero como a él le gusta mucho el té, yo también empecé a tomarlo y después mantuve la práctica, simplemente por no abandonarla. Después será difícil. Vosotros debéis ajustaros a los demás, no es difícil. Deberíais hacer pequeñas cosas que agradan a los demás aquí y allá. No hay nada malo en intentar agradar. No solo la esposa ha de hacerlo, el esposo también tiene que hacer algo para agradar a la esposa. No es solo entre la esposa y el esposo, también debería serlo entre los niños y vosotros, entre toda la familia de Sahaja Yoga. Debería ser de tal modo que nos ajustemos a los demás. Así pues, practicad este ajuste igual que ajustáis vuestras cámaras. Si no ajustáis la cámara, no obtendréis una buena fotografía. Del mismo modo, a menos que os ajustéis a toda la atmósfera o a una persona no podréis obtener su fotografía real, y entonces empezaréis a luchar con ella. En realidad esta lucha debería estar en vuestro interior. Esta es una historia muy, muy larga. Quiero decir que tal y cómo yo conozco a los seres humanos, y los problemas de la colectividad, algunos problemas ya han sido resueltos por lo cual estoy muy feliz. Ahora la gente no se enamora. Quiero decir que no caen y se hacen un chichón en su cabeza. Ahora estamos mejor a este respecto. Se lo toman con tranquilidad, piensan en ello y se casan, simplemente por el hecho de casarse y no porque se han enamorado. Este es un gran hecho porque esto os dará la purificación de vuestra mente y una mente no está volcada sobre estas cosas absurdas.

Así pues, como os he dicho, practicad todas estas cosas y vuestra colectividad será muy bella. Para ello lo mejor es practicar vuestra meditación colectivamente. En Delhi hemos empezado un ashram y he visto que cada mañana viene gente a meditar colectivamente. Es como un templo, como una iglesia. Muchos de ellos van allí y se sientan a meditar juntos. Meditar colectivamente es el mejor modo de sentir la colectividad. Por supuesto podéis meditar en casa, también os limpiáis para profundizar, pero también debéis meditar colectivamente. Cuando lo hagáis vuestra fuerza reforzará a los demás y, de este modo, la fuerza de todo el colectivo mejorará mucho. Es algo muy grande el que meditéis juntos. Todo el mundo debe entender que debéis hacerlo siempre que tengáis tiempo. Por ejemplo, podéis ir por las mañanas a meditar al ashram. O el domingo por la mañana, naturalmente, podemos ir y meditar en el ashram. Simplemente podéis ir a meditar. Meditar y marchaos, porque yo resido en el ashram. Yo estoy aquí. Así que, dejad vuestra casa y venid a meditar aquí. La meditación os ayudará mucho. Siempre que estáis juntos yo estoy con vosotros, pero cuando estáis separados de los demás no estoy con vosotros. Solamente en las dificultades -cuando se os empuja hacia algunos lugares en los que yo no estoy, en los que vosotros pensáis que yo no estoy- entonces sí estoy allí. Pero si vosotros tratáis de manteneros alejados de la colectividad deliberadamente, entonces no estoy con vosotros. Así pues, tratad de hacer crecer la colectividad en vosotros; de otro modo no podréis profundizar en vuestro Ser, ni convertiros en un gran sahaja yogui. No podréis ser llamados verdaderamente sahaja yoguis. Solamente aquellos que tienen sentido de la colectividad pueden llegar a ser eso.

Tenemos en Melbourne muchas personas delante de nosotros y, cuando la cantidad aumenta, la calidad no debe bajar. La calidad de la colectividad ha de ser muy fuerte creando lazos muy fuertes. A mí me gusta cuando alabáis a otra persona. He visto que, normalmente, cuando estoy en algún lugar la gente solo habla de las personas que son negativas. Nadie habla de las personas positivas, de modo que no les conozco. Principalmente conozco a las personas negativas. Me encantaría conocer a las personas que son muy positivas, que son grandiosas, que están haciendo cosas buenas, y olvidarme de las negativas. Al fin y al cabo ellos desaparecerán de cualquier modo. Así que, lo mejor es hablar de las personas que son positivas, que están haciendo un buen trabajo, que son verdaderos sahaja yoguis.

Os bendigo a todos en Melbourne para que tengáis una bella colectividad y gocéis. Cada reunión debería ser una fiesta en la que todos gocéis.

¡Que Dios os bendiga!

Así pues, hoy tenemos que adorar al Virata. Él no es otra cosa que Akbar, que es el mismo Shri Krishna que se vuelve el Virata.

¡Que Dios os bendiga!

Así pues, hoy tenemos que adorar al Virata. Él no es otra cosa que Akbar, que es el mismo Shri Krishna que se vuelve el Virata. Entoncces podemos cantar una canción, una de Ganesha lo primero para lavar Mis pies y entonces algunas canciones sobre Krishna.

[Marathi: ¿Tenéis las canciones? Tenemos todas las canciones de Vithala, en Maharashtra tenéis todas las canciones sobre Vithala. Primero cantad el Ganesh Stuti y después lavad los pies y después podéis cantar]

Bien, ahora los niños tienen que lavar Mis pies ¿de acuerdo?

[falta la parte de la charla que da al final, luego del Puja]