Shri Fátima Puja

Istanbul (Turkey)

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Shri Fátima Puja. Estambul, Turquía. 18 de mayo de 1993.

(Espero que podáis oírme bien. ¿Me oís? Venid más adelante).

Es muy gozoso que todos nosotros estemos aquí, en Turquía, para celebrar el Puja a Fátima. Como sabéis, Ella fue la hija de Mahoma y se casó con Alí. Tuvo dos hijos: Hassan y Hussein que finalmente fueron asesinados en Karbala por los fanáticos que, en aquellos momentos, se llamaban a sí mismos suníes. Todo esto sucedió porque había fanatismo. El fanatismo hace que las personas piensen siempre que ellas están en lo correcto, que tienen derecho a enfadarse y a persuadir o convencer a las demás personas para que les obedezcan. Este fanatismo está funcionando desde hace mucho tiempo, no es algo nuevo. Es muy obvio que el mayor problema del mundo, hoy día, es el fanatismo.

Fátima perdió a sus dos hijos. Ella fue la encarnación de Gruha Lakshmi y reside en nuestro Nabhi izquierdo. Así pues, todas las enfermedades relacionadas con el bazo, todos los problemas relacionados con vuestro Nabhi izquierdo, solo pueden ser corregidos por Fátima. De modo que tenéis que mantener despierta a Fátima en vuestro interior.

Estamos aquí en la cultura islámica. Podemos decir que este es un lugar con cultura islámica y, en la cultura islámica, al ama de casa se le otorga un lugar muy, muy importante.

En los tiempos de Mahoma había luchas, conflictos y guerras entre diferentes tribus. Como resultado muchos, muchos hombres jóvenes, murieron. Solo sobrevivió la gente bastante mayor y había muchas mujeres. Esta fue la razón por la que Mahoma dijo: “Podéis casaros con cuatro o cinco mujeres. Pero no podéis permitir que se queden solteras, porque entonces tendrán relaciones extramatrimoniales. Esto sería la mayor catástrofe para esta religión del Islam”. Él entendió que -a menos que las mujeres se mantuviesen totalmente castas, absolutamente puras- no podría existir allí el Reino de Dios.

En sánscrito hay un dicho: “…..”, que significa: “Allí donde las mujeres son respetadas, adoradas y merecedoras de adoración -no solo que sean adoradas sino que ellas mismas sean respetables- solo allí existe el Reino de Dios”. ¡Qué gran responsabilidad hay sobre las mujeres! Así pues, de la vida de Fátima debéis saber que Ella no salió de su casa, sino que permaneció como ama de casa e hizo que sus dos hijos crecieran de tal modo que pudiesen luchar en la guerra contra el fanatismo. Su esposo también lo hizo. De este modo la mujer que es ama de casa, muestra lo poderosa que es. Aunque está en la casa y aunque parece una simple madre, es muy poderosa.

Pero hoy día ha aparecido un nuevo tipo de ideas. Los hombres también fueron muy desagradables y muy agresivos con las mujeres. La consecuencia es que hay una gran oposición a los hombres. Se ha creado un gran distanciamiento entre los hombres y las mujeres. Los hombres también se volvieron licenciosos, pervertidos, yendo con malas mujeres. Las buenas mujeres empezaron a pensar: “¿Por qué no nos volvemos nosotras también así?” Y ellas también empezaron a hacer cosas equivocadas, que no deberían haber hecho. De este modo toda la sociedad se ha desmoronado.

Ahora bien, los hombres son responsables de la política y de la economía, así como de la administración de la nación; pero las mujeres son responsables de la sociedad. Tanto si está en el hogar como fuera de él, si trabaja en el hogar o fuera, ella es la responsable de mantener la sociedad. A veces parece que la mujer es dominada, que el marido la domina o que la familia del marido la domina, pero es la cualidad de la mujer la que eleva el nivel de la sociedad; no solo eleva el nivel sino que, entonces, también es respetada en la familia. El papel del ama de casa es muy importante. Quizá no nos demos cuenta de ello.

Ahora vemos aquí muchas luces. La electricidad está funcionando. Pero, ¿cuál es la fuente de esta electricidad? ¿No es mucho más importante que estas luces? Así pues, los hombres no son nada más que la energía cinética, pero la energía potencial del hogar es la mujer. Pero hoy día la situación se está volviendo muy extraña. Me sorprendió, cuando fui a Italia, el modo en que las mujeres se han vuelto tan vulgares. Quieren parecer atractivas a todos los hombres. ¿Qué necesidad hay? Es un empeño, que no da ningún gozo, en el que están cayendo los hombres. Y las mujeres se están volviendo ellas mismas muy ordinarias. Esta vulgaridad de las mujeres no les va a aportar ninguna fuerza, ningún gozo. Yo sé que se sienten muy infelices por el modo en que las tratan los hombres, pero debéis tener vuestra propia personalidad. Debéis tener vuestra propia comprensión de que sois mujeres. Sois la Shakti y nadie puede reprimir a la Shakti. Pero si no mantenéis vuestra propia personalidad o vuestra propia castidad, entonces no podréis alcanzar el destino de vuestra vida. Y vuestro destino en la vida es dar poder a vuestro hijo, a vuestro esposo, a toda la sociedad. La mujer da el poder.

Como sabéis, yo también soy mujer y también tengo una familia. Con todos los poderes que yo tengo, nunca les he mostrado que los tengo. Siempre he escuchado a mi marido, le he obedecido, aunque algunas veces era muy poco razonable. Él también procede de una sociedad que estaba más influenciada por el Islam. Pero para mí era como una broma, porque yo pensaba que era como un niño y debía ser muy paciente con él. Él siempre decía que a causa de mis poderes consiguió todo en la vida. Siempre -en presencia de los demás- solía decir esto. No conozco esta parte pero, definitivamente, me siento muy satisfecha con mi propia vida de casada. Nunca pensé -como lo hacía otra gente- que tenía que intentar dominar a mi marido, que tenía que luchar con él, que tenía derecho a hacer esto. Nuestros derechos están en nuestro interior, dentro de nuestros poderes.

Los hombres también tienen que darse cuenta que tienen que respetar a las mujeres. Quiero decir, no hasta tal punto que las mujeres os digan algo equivocado y vosotros lo sigáis ciegamente. Esta no es la manera. Esto es esclavitud. Los hombres tienen que ser hombres. Esto de ningún modo significa que las mujeres sean dominadas por los hombres. Yo nunca he dicho esto, porque si vosotras tenéis vuestros propios poderes finalmente, sea como sea el marido, tendrá que entender lo que sois. Él tendrá que saber lo que sois. He visto muchas veces en mi propia vida que esto funciona así.

Yo nunca digo nada. Suponiendo que él se enfade, yo me mantengo tranquila. ¿De acuerdo? Después de todo él tiene que luchar fuera y tiene que sacar su genio conmigo. ¿Qué se puede hacer? Si él hiciese esto con otra persona le pegarían, así que es mejor que se enfade conmigo. Y yo nunca, nunca siento que él me esté dominando por ello. Lo único que pienso es: “Está sacando su genio”. Pero he visto que, siempre que le he dicho algo, él lo ha tomado en consideración. En toda nuestra vida yo solo he tomado once decisiones. Y todas esas decisiones aún las recuerda una a una y sabe que fueron muy, muy importantes. Respecto a otras cosas yo nunca le digo lo que hay que hacer. Solo aquello que es muy importante. Ahora él se ha dado cuenta de que tengo una misión muy importante. Así que, me da dinero, me da tiempo, me da toda la libertad. Pero antes de nada yo debía establecerme a mí misma como una esposa muy sensata y devota.

Los hombres en general son muy diferentes, debéis tratar de entenderlo. Ellos son extrovertidos y no se preocupan por lo mismo que las mujeres. Esto está bien. Porque las mujeres y los hombres son complementarios. Igual que Alí, que estaba fuera haciendo funcionar todo, mientras Fátima estaba en la casa, en el hogar del que nunca salió. Pero él sabía de dónde venía la fuente de su energía.

A causa de que las mujeres nunca fueron respetadas como la Shakti, empezaron a ir a la deriva con estas ideas modernas de: “Tenemos que luchar contra los hombres, ellos son los problemáticos, nos están causando problemas y debemos vengarnos”. Así es cómo nunca puede funcionar la sociedad. La responsabilidad de las mujeres es mucho mayor que la de los hombres. Los hombres solo tienen que ir a la oficina, trabajar y volver. Las mujeres, durante toda su vida, tienen que generar la energía para el crecimiento de los niños, para la protección del marido y para todas las cosas sensatas que tienen que hacer. Por eso en India decimos: “Una mujer ha de ser totalmente respetada y, al mismo tiempo, ella ha de ser respetable”. Además, no es solo en India; he visto en todas partes que las mujeres siempre son respetadas si son amas de casa.

Por ejemplo, yo voy con mi marido a algunos actos sociales. Yo soy tan respetada como lo es él. Por ejemplo, su ayudante no es tan respetado como lo soy yo. La secretaria no es respetada. Nadie. Yo, como esposa suya, soy respetada por el hecho de ser su esposa. Nadie me mira con desprecio por ser la esposa de alguien. En todas partes es así.

Os contaré el caso de una mujer que conozco. Ella solía pensar que era una mujer muy elegante, ya sabéis, siempre cuidaba de su cuerpo, de estar delgada y todo eso. Quería atraer a todos los hombres y todo eso. Se vestía con vaqueros aunque era una mujer bastante mayor. Su esposo era un gran hombre, el jefe del gabinete del primer ministro, y era mucho mayor que nosotros. Un día fuimos todos invitados a una cena. Pero ella no estaba allí. Entonces mucha gente empezó a preguntar: “¿Dónde está tu esposa? ¿Dónde está tu esposa?” El dijo: “No sé dónde está. Se supone que debería estar aquí. Yo también estaba pensado dónde estaría, a dónde habrá ido.” Porque había un sitio especial para ella, un lugar especial. Así que, antes de sentarme para la cena fui al baño. Y allí estaba la pobre sentada en un rincón. Yo dije: “¿Por qué estás sentada aquí?” Y contestó: “Me han hecho sentarme aquí. No sé qué hacer”. Así que, la saqué de allí y dije: “¿Por qué habéis hecho que se siente allí? Y ella pensaba que era muy elegante, que se había arreglado muy bien y que parecía una actriz. “¡Oh! ¿Es ella la esposa?” Yo dije: “Si”. “¡Oh, Dios mío! Nosotros pensamos que era la secretaria”. ¿Cómo es eso? Ella no mostraba dignidad por el modo en que se había vestido, tan ridícula. ¿Cómo podíamos saber que era la esposa? No tenía la dignidad de la esposa de un caballero indio de una posición tan elevada. Además, fumando durante media hora. ¡Fumando! No podían creerlo. Entonces me preguntaron: “¿Estás segura de que ella es la esposa?” Incluso cuando llegó a la mesa, nadie se levantó para saludarla. Y el resto de la gente aún continuaba pensando que la que había llegado era la secretaria. Tuvimos que decirles a todos que ella era la esposa. Ella pensaba que era una mujer joven y elegante, y ya veis. A esa edad avanzada y comportándose estúpidamente.

Incluso en Occidente la mujer es respetada si es una buena ama de casa. Es respetada en todas partes.

Me sorprendió que incluso a una persona muy bien situada, un ministro en el gabinete de Inglaterra -que se suponía era un poco perverso- nadie le hizo ni caso. Nadie. “Ni siquiera lo miraron”. Yo no sabía nada de los escándalos que ocurren en los círculos diplomáticos y pregunté: “¿Por qué nadie habla con ese hombre?” “No, no lo merece”. “¿Por qué?” “Es horrible. No es un buen hombre”. Yo dije: “¿Por qué? ¿Qué ha hecho?” “Flirtea, mira a otras mujeres y hace todo tipo de cosas, se cuentan muchas historias de él”. Un alto cargo como un ministro. ¿Por qué se comporta de este modo? Como un burro estúpido. Nadie le daba la mano. Ni siquiera los hombres le miraban.

Hoy día se está creando una nueva sociedad de este tipo de gente estúpida. Es algo nuevo y diferente. Pero si un sahaja yogui visitase estos lugares, se sorprendería de lo estúpidos que son. Podría verlo claramente. Todos ellos tienen una obstrucción en el Nabhi izquierdo, tanto las mujeres como los hombres. Pero es aún más peligroso para los hombres, si es que tienen una mujer de este tipo. ¿Qué os sucederá si se bloquea el Nabhi izquierdo? ¿Qué enfermedades desarrollaréis? La primera y más importante es el cáncer de sangre. Con el Nabhi izquierdo desarrolláis cáncer de sangre. Las mujeres piensan que pueden dominar a sus maridos, que pueden hacer cualquier cosa a su marido, que pueden corregirlos, pero no saben que están causando una enfermedad tan seria como el cáncer de sangre.

Yo conocía a alguien que sufría de cáncer de sangre, le curamos y después descubrimos que su Nabhi izquierdo aún continuaba mal. Una y otra vez se desarrollaba el cáncer de sangre. Entonces descubrimos que era a causa de su esposa. Era una mujer muy peligrosa para él. Y él no la quería dejar, no la dejaba. Entonces le dije: “Si sigues con ella no volveré a curarte de nuevo. Es mejor que la eches o que la envíes donde sea. Pero si sigues viviendo con esa mujer, no voy a curarte más”.

Él la llamó y yo se lo dije a la cara: “Eres muy dominante, horrible, una arpía y si intentas torturar a tu marido, no podrá curarse”. Pero él se perdió y de nuevo…. El resultado fue horrible, horrible, horrible. Desarrolló un gran bazo. Después de extirpárselo, los doctores dijeron: “Morirá en seis meses”. Así que, en ambos casos, yo diría que la mujer intenta dominar al marido y el marido está apegado a la esposa. Este es un caso reciente.

Nosotros somos marido y mujer porque nos amamos, somos complementarios. La mujer es mujer y el hombre es hombre. El hombre no debería esperar que la mujer fuera como él, muy rápida. Y la mujer no debería esperar que el hombre fuera como es ella, muy noble. Hay cualidades de mujer y cualidades de hombre. Pero el mayor poder de la mujer es su castidad. Si su castidad es perturbada, entonces ella se vuelve una persona peligrosa, muy peligrosa. No solo puede dañar a su marido, también a sus hijos y a toda su sociedad.

Nosotros venimos de una cultura que también está muy orientada a la cultura islámica. La cultura india es así. En la cultura india, las mujeres respetan su castidad más que cualquier otra cosa en este mundo. Pueden renunciar a cualquier cosa excepto a su castidad. En cierta ocasión…. Hay una historia que tengo que contaros -que es muy interesante- acerca de una mujer muy bella llamada Padmini. Ella era la esposa de un rey. Había un rey musulmán horrible que quería ver a esta mujer porque había oído que era muy bella. Veis, esto es muy extraño. Fue al reino de ella y dijo: “Debo ver a esa mujer si no, destruiré todo el reino”. La gente dijo: “No podemos hacer eso, ella es nuestra reina. No puedes ver a nuestra reina de este modo”. Ella pensó: “Muy bien. No es necesario que me vea, puede ver mi reflejo”. Entonces se colocó frente a un espejo y él vio su reflejo. Sin embargo, se volvió aún más loco y dijo: “Debo tener a esa mujer. Si no me la dais, entonces, os destruiré a todos vosotros”.

Imaginad un rey haciendo todo este sinsentido por una mujer. Esto muestra la persona tan inútil que era. Entonces trajo a todo su ejército, se asentó cerca del fuerte donde estaba esa gente y les envió un mensaje: “Si no me enviáis a esa mujer, os atacaré”. Ellos no estaban preparados, no sabían qué hacer, así que, dijeron: “Vayamos y luchemos contra él. No podemos permitir que nuestra reina sea entregada. Es una cuestión de prestigio”. Cogieron cien palanquines. ¿Sabéis lo que es un palanquín? Cogieron cien palanquines y en cada uno había cuatro guerreros sentados con sus armas y otros dos llevándolos. Y dijeron: “Muy bien. La reina viene con sus cien sirvientas”. En aquel momento el rey musulmán había bebido algo, ya que estaba muy contento de que la reina acudiese. Entonces aquellas personas saltaron de los palanquines y empezaron a luchar. Ellos les habían dicho a las mujeres que, en caso de que vencieran en la batalla, a las cinco en punto de la mañana encenderían un fuego de modo que, cuando lo viesen, podrían saber que habían vencido. Y si no vencían, entonces definitivamente lo sabrían también. Eran solamente cuatrocientos o seiscientos hombres, mientras que con el otro hombre había miles, además tenía cañones y pistolas. Así que, empezaron a luchar. En esta lucha el rey musulmán venció porque tenía mucho poder. La mayoría de los otros hombres murieron. Incluso el rey murió. De modo que no hubo fuego a las cinco y las mujeres vieron que no lo había. Entonces hicieron una gran pira, la encendieron y saltaron al fuego, muriendo todas ellas. Tres mil mujeres murieron porque no querían que otro hombre las tocara. Si cualquier otro hombre las tocaba significaba que habían perdido su castidad.

Hay muchas, muchas historias de este tipo en India. ¡Cómo respetan su castidad! Como sabéis, es muy fácil caer en cualquier tentación. Pero si este es vuestro poder, ¿por qué deberíais rebajaros a algo que es tan inútil? En Sahaja Yoga tenemos que darnos cuenta; los hombres también tienen que saber que, si sus mujeres son castas y buenas, ellos tienen que respetarlas.

También tienen que entender que tenemos las hermanas rakis, que es algo muy casto. Nosotros respetamos la castidad de la hermana raki y no queremos, de ningún modo, aceptar a nadie que no respete la castidad. De este modo los hombres también se vuelven castos. Cuando las mujeres son castas los hombres también se vuelven castos. Y esta castidad es vuestro poder principal. Esta castidad es el poder de Shri Ganesha. Y cuando obtenéis el poder de Shri Ganesha, sabéis lo poderosos que os volvéis con la inocencia que se despierta en vuestro interior. Sin castidad la mujer no puede conseguir nada en Sahaja Yoga. Uno debe abandonar todas las ideas del pasado, todas las cosas del pasado y también todo eso con lo que somos bombardeados por los periódicos, por los medios de comunicación, etc.

Recientemente he leído un libro muy bonito que acaba de aparecer. Se llama: “Los medios de comunicación empeoran América”. En este libro se describe cómo los medios han metido ideas en la cabeza de la gente para que los hombres y las mujeres piensen que la vida matrimonial no es útil. Cómo han destruido la vida matrimonial. Se casan y a continuación se divorcian. De nuevo se casan y se vuelven a divorciar. Y así continúan todo el tiempo.

En Sahaja Yoga, por supuesto, no está tan mal. Tuvimos ochenta y seis matrimonios esta vez. Y de los ochenta y seis solo uno estuvo a punto de romperse, aunque ahora también está estable. En Sahaja Yoga estamos mucho mejor. La gente entiende la importancia de la vida matrimonial. A veces es un drama y también una penitencia. Es una penitencia a través de la cual entendéis vuestros propios poderes. Yo diría que el hombre es como el Sol y la mujer es como la Madre Tierra. La diferencia es de este modo: El Sol brilla, da luz y también -en cierto modo- nutre a la Madre Tierra, y la Madre Tierra da todo. Soporta muchas cosas. Soporta todos nuestros pecados. Así que, el ama de casa es como la Madre Tierra. Da gozo a todo el mundo: a su esposo y a sus hijos. No piensa en ella misma. No piensa: “¿Cómo podría yo conseguir grandes cosas: a través de mi belleza o quizás a través de mi cuerpo o de mi educación o de los poderes que tengo?” No, no hace esto. Lo que ella piensa es: “¿Cómo puedo hacer a los demás poderosos? ¿Cómo podría darles poder? ¿Cómo podría ayudarles?” Esta es la ideología típica de una mujer. Si no es así, entonces, no es una mujer. Por ejemplo, cuando alguien le dice: “Quisiera ir a tu casa”; ella se siente feliz y piensa: “¿Qué debería cocinar? ¿Qué podría preparar? Esta es la actitud de una mujer.

Por ejemplo, teníamos un grupo de veinticinco personas que iban a venir a verme. Yo estaba sentada con ellos al aire libre. Entonces le envié un mensaje a mi hija: “Están aquí y quizás se queden hasta tarde, así que, mejor prepara algo de cena para ellos”. Al terminar de charlar les dije: “La cena está lista para vosotros, vayamos a cenar”. Ellos dijeron: “¿Cómo?” Yo les dije: “Vamos”. Ella estaba muy gozosa y había preparado todo tipo cosas. Sus amigas también vinieron a ayudarla. Y todos estos extranjeros estaban sorprendidos: “¿Madre, por qué está tan feliz con esto? Si al comienzo de Sahaja Yoga yo le dijese a mi esposa que incluso solo tres personas iban a venir a cenar, ella se pondría a dar vueltas como loca. Y diría: “¿Por qué?” Y empezaría a protestar y a gruñir, se enfadaría mucho. Es muy sorprendente.

En Sahaja Yoga es de este modo. Nosotras queremos dar amor y los hombres han de apreciar este amor y este gozo, ya seáis un hermano, un marido o un hijo, lo que sea. El amor de la mujer es para vosotros. Ella os da este amor, que no solo os hace absolutamente gozosos, sino también religiosos. Porque está relacionado. Si la mujer empieza a comportarse mal, es lo peor que le podría ocurrir a la sociedad. Entonces el hombre también empezará a portarse mal. Los hombres son extrovertidos. Así que, para controlarlos, para mantenerlos en el hogar, las mujeres deben saber cómo dar amor. No es fácil llevar una casa ni llevar una familia, ni es fácil cuidar de vuestros hijos. Es muy difícil. Las mujeres que tienen estas cualidades son las mejores y realmente lo conseguirán.

Quiero decir, podéis pensar en vuestras madres, cuánto os han amado; todos podéis hacerlo, los hombres y las mujeres. ¿Por qué? ¿Por qué pensáis tanto en vuestras madres? Porque sacrificaron todo sin dar señal alguna de que se estaban sacrificando. Ellas hicieron tanto por vosotros. El potencial de amor de una mujer es tremendo, tremendo. Esto es lo que tenemos que aprender de Fátima. Ella entregó a sus dos hijos para que fueran asesinados. Sabía que sus hijos morirían. Lo sabía porque Ella era Vishnumaya. Era la encarnación de Vishnumaya. Sabía que sus hijos iban a morir, pero aun así, los envió: “¡Vale! ¡No importa! Incluso aunque sepa que van a morir, está bien”. ¡Qué valor!, ¡qué coraje!, ¡qué comprensión del deber de sus hijos!

Hoy los recordamos como Hassan y Hussein. Suponiendo que Ella hubiese dicho: “¡No!, ¡no!, ¡no!, ¡no!, ¡no vayáis a la guerra! ¡Quedaos en casa!” Si les hubiese obligado a no ir, no habrían ido. En ese caso hoy no estaríamos hablando de ellos. En cualquier caso tenían que morir en algún momento, pero la muerte de un héroe la consiguieron gracias a su madre. Por supuesto ellos eran un tipo de encarnaciones, pero de qué modo les alentó Ella: “¡Id y luchad por lo correcto!” Porque los fundamentalistas estaban intentando establecer el fanatismo.

Así que, hoy es el día en el que tengo que decir, también a los hombres, que deben aprender a respetar a la mujer que es casta. Por favor, entended que si vuestra mujer es casta entonces de ningún modo tenéis derecho de causarle problemas. No solo ha de ser respetada, sino que debéis ver que todo el mundo la respeta, que nadie la insulta y debéis permanecer a su lado. Debéis estar identificados con ella.

Pero si ella no es una mujer casta sino todo lo contrario, entonces es mejor que la echéis fuera. Yo no tengo tanto coraje como para decir: “Está bien. Seguid con ella y yo cuidaré de todo”. Es muy difícil. No sé qué complicaciones podrían venir. Con todas estas experiencias uno aprende una cosa segura: “Que la mujer es más profunda, tiene más poderes y es mucho más sabia que otra gente, si es que mantiene su castidad”. Este es el punto alrededor del cual gira todo su movimiento y toda su personalidad. Ella podría ser cualquier cosa. Tuvimos una mujer que solo tenía diecisiete años y se quedó viuda. Siendo viuda a la edad de diecisiete años luchó contra un rey horrible llamado Aurangzeb, dejándole paralítico.

Tenemos algunas mujeres en India con diferentes personalidades, diferentes modos de actuación, pero antes de nada ellas eran amas de casa. Todo su poder era el de ama de casa. De modo que no miréis despectivamente al ama de casa. Cuando yo viajo en avión me preguntan: “¿Madre, cuál es tu profesión?” “Ama de casa”. Mi profesión es ama de casa. Soy ama de casa de una gran familia. Yo cuido de mis niños, les amo y ellos me aman. Esta es la mejor profesión posible, porque da mucho gozo. Es tan bella. Es el amor. Da tanta energía. A pesar de mi edad, yo nunca siento que soy mayor, porque soy madre de todos vosotros. Nunca me viene a la cabeza que soy mayor y que debo descansar o que no puedo hacer algún trabajo por vosotros. A causa de este sentimiento de amor por mis niños, tengo que nutrirles, tengo que cuidarles, porque todos mis poderes están con ellos. Yo nunca trato de mostraros mis poderes, de ningún modo. Lo único es que vosotros debéis impregnaros de todos mis poderes. Este es el único deseo que tengo, que seáis tan poderosos como yo. Aunque vosotros descubrís que tengo poderes, esto es algo diferente. Pero en lo que a mí concierne, yo quiero que olvidéis los poderes que tengo, y que vosotros los desarrolléis en vuestro interior de modo que podáis salvar al mundo. Eso es lo único que quiero daros. Y quiero asegurarme de que todos vosotros tengáis todo lo que yo tengo. Solo debéis entender algo muy simple en la vida: “Que debéis ser gente correcta”. No podemos jugar con esto. No podemos comportarnos mal. Hoy día muchas cosas están apareciendo, muchas cosas que hacen los hombres y las mujeres. Pero nosotros no.

En el proceso evolutivo podemos decir que hubo monos, chimpancés, que se volvieron seres humanos. Pero no es así, entre ellos aparecieron otros seres humanos que se adaptaron. Muy pocas personas se convertirán en sahaja yoguis y serán salvados. El resto desaparecerán, no serán ni monos ni seres humanos.

Todo esto son cosas autodestructivas que matan la familia, destruyen la castidad en nuestro interior y entonces nos quedamos atrás, así no vamos a ninguna parte. Tenemos enfermedades, tenemos complicaciones, tenemos problemas. Así que, tened cuidado, tened mucho cuidado. Este Puja a Fátima es especial, porque es un Puja a Vishnumaya. Incluso la culpa, que se desarrolla en el Vishuddhi izquierdo, puede ser curada si desarrolláis vuestra castidad. Nunca os sentiréis culpables, porque tenéis virtud. En vuestra virtud nunca, nunca os sentiréis culpables y podréis permanecer en cualquier situación absurda, porque estáis en la verdad de la castidad.

Hoy es un día muy especial en el que adoramos a este gran ideal de castidad que es Fátima.

Que Dios os bendiga.