Cuarta noche del Navaratri: Programa musical en la noche anterior al Navaratri Puja

Campus, Cabella Ligure (Italy)

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Programa musical en la noche anterior al Navaratri Puja

Cabella 4-10-1997

Hoy nos habéis dado un trato muy especial, no sólo por el espectáculo, sino porque nos habéis mostrado la dirección que hemos de seguir en el futuro.

Es increíble, pero toda la dinámica alrededor de los bancos suizos ha estado captando mi atención todo este tiempo. No sé cómo pueden digerir tanto y tan bien. En estos tiempos modernos, en los que la gente habla de democracia, de grandes ideales, ¿cómo es posible que exista abiertamente un sistema tan ilegal? He pensado hacer algo al respecto, tengo que exponer o sacar a la luz todo esto. En lo que se refiere al materialismo, algo ya está funcionando. Todos los países que se supone, son “avanzados”, sufren una terrible recesión; y esta recesión les va a dar una buena lección respecto a la superproducción de artículos inútiles.

El materialismo surge como consecuencia de la avaricia. En Inglaterra estuvimos viendo casas porque Yo quería comprar una, y todas las que vimos estaban llenas de cosas de plástico; pasabas por una puerta, y cualquier cosa caía sobre ti. No sólo en Inglaterra, también en París. He visto que la gente acumula tantas cosas que luego no sabe qué hacer con ellas, ni dónde ponerlas. Esta locura es algo incesante.

Yo he encontrado la solución para los sahaja yoguis. Deberían fomentar la artesanía. En todos los países en los que he estado, he comprado cosas hechas a mano, tanto en Checoslovaquia, como en Inglaterra. No puedo entender cómo compráis con tanta facilidad cosas de plástico, que además, son inútiles. Cuando estuve en Checoslovaquia, la gente que tenía tiendas muy pequeñas, se me acercaba y me decía: “Madre, cómpranos algo, no vendemos nada”. Tenían cosas realmente preciosas, y sin embargo, todo el mundo anda comprando cosas absurdas.

Así que, los sahaja yoguis deben prometer que sólo comprarán cosas hechas a mano. No necesitáis tener mucho, podéis vivir con pocas cosas, pero que estén hechas a mano. Por ejemplo, si compráis un vestido, que sea bordado a mano o que tenga algún trabajo manual añadido.

Es muy penoso ver cómo la gente persigue cosas que son extremadamente baratas, pero tremendamente problemáticas. Yo no puedo soportar el nylon, ni nada que sea artificial. Ni siquiera los calcetines; cuando llevo calcetines de fibra un rato, enseguida me empieza a doler el cuerpo. Es cierto que hay pocas cosas hechas a mano, pero utilizadlas en la medida de lo posible.

También se hacen vasijas con la Madre Tierra, preciosas piezas de terracota. Cuando las vi, sentí un fuerte deseo de exportar únicamente estas vasijas. La terracota es algo muy bueno, relaja y tiene muy buen olor; pero la gente tiene el concepto de que cualquier cosa hecha en América, y con máquinas, es mucho mejor. Así que sólo compran cosas así.

Me sorprendió ver que, incluso en América, se venden cosas preciosas en pequeñas tiendas que llaman Southlets (?). La mayoría son prendas de algodón, seda o piel. Sin embargo, la gente acude a los grandes almacenes a comprar cosas ridículas a precios mucho más altos, lo que muestra que no tienen ninguna sabiduría. Y lo que ocurre finalmente, cuando no hay sabiduría, es que la sociedad se deteriora. Pues la sabiduría demuestra por sí misma lo absurdo que es comprar tantas cosas ridículas.

También habréis observado que ahora la gente prefiere la medicina ayurvédica y la homeopatía, antes que las horribles medicinas tradicionales hechas aquí. ¿Sabéis lo que hacen los suizos? Hacen grandes ofertas a los médicos de la India para que vengan. Y además, cuando han confeccionado un medicamento, elaboran otro rápidamente, variando solamente un poco el anterior, y dicen: “este es mucho mejor”. Casi todas estas medicinas son muy peligrosas y causan muchos problemas. Mi familia me dio por error unos antibióticos que me causaron muchos problemas en las piernas. Ahora ya estoy mucho mejor.

¿Por qué hacemos todo esto? Otro gran problema es la polución que genera tanta maquinaria. Gandhi ya nos advirtió que no era necesario usar tantas máquinas, motos, coches… ¡Caminad! Podemos caminar, utilizar el tren, etc. Pero la gente va en moto hasta para ir a la vuelta de la esquina. No quieren caminar, por eso el nivel general de salud ha empeorado. Cuando Yo iba a la escuela tenía que caminar unos 7 km., a pesar de tener coche y caballos en nuestra casa. Teníamos que ir andando por la mañana y por la tarde nos recogían en coche. Todos íbamos andando, y en el camino, teníamos que atravesar una pequeña montaña. Así conocimos la naturaleza. ¿Qué aprendéis o conocéis desde el coche? Como mucho veis farolas. No podéis ver la naturaleza. Hoy día caminar por la naturaleza parece algo anticuado. La gente apenas camina. Por eso no somos gente que haya avanzado, más bien, hemos retrocedido en algunas cosas. Dios nos ha dado estas piernas para caminar, pero lo evitamos constantemente. Por eso hay tantos coches. Sé de familias que tienen hasta cinco coches, porque en casa son cinco. Especialmente en España, hay una inmensidad de coches, y me sorprendió ver, que en cada uno de ellos, iba sólo una persona.

La polución y muchos otros problemas han surgido porque hemos perdido el hábito de depender de nosotros mismos. Ved lo que ha sucedido en Koala Lumpur y lugares así, donde no pueden ya soportar el humo. Ahora le piden a Alá que, por favor, llueva; le piden agua. ¿Por qué debería concederla cuando no dejan de cometer barbaridades? ¿Por qué tienen tanto humo? Porque han cortado los árboles. Y, ¿por qué los han cortado? Por que quieren dinero a cambio. Eso es todo. Envían la madera a la India, donde también han talado los árboles. Si seguís así, habrá más y más polución, es decir, fuerzas negativas que harán que os detengáis. Para esto no hay que rezar, funciona automáticamente, y de hecho, está ocurriendo ya en todas partes.

Por tanto, intentad tener sólo cosas hechas a mano, incluida la ropa. Tampoco necesitáis tener mucho. Esta es una de las cosas que los sahaja yoguis podéis hacer. Tampoco necesitáis mandar dinero a los bancos suizos. Yo estoy realmente enfadada con ellos por una razón más: prometieron que devolverían el dinero a los judíos y no lo han hecho. ¿Acaso se lo van a llevar con ellos a la tumba? Tendrán que pagar por todos estos errores.

Estoy contenta de haber hablado de la banca suiza aquí y en la conferencia que di en China. Hablé con muchos magistrados y con el miembro principal del Ministerio de Justicia y les dije que por qué no organizábamos una conferencia para exponer abiertamente, que la dinámica que llevan a cabo los bancos suizos es algo absurda. Personas muy indeseables se están aprovechando del sistema e intentan ganar dinero a toda costa, aunque exteriormente dan la imagen de personas responsables. Mucha gente ha perdido su dinero con ellos. ¿De qué sirve guardar allí el dinero para que después, cuando uno muera, su familia no pueda cobrar nada?

El problema es la avaricia que crece dentro del ser humano. Se hace avaricioso porque se desvía del Dharma. Cree que puede obtener placer de las cosas, pero no es así. Y se dedica a comprar y a acumular más y más cosas. También vuestra Madre compra cosas, pero Yo sólo compro cosas hechas a mano, y luego las regalo. También vendo cosas, incluso las joyas que me regaláis, ¿qué haría con ellas? Tengo que comprar muchos ashrams y terrenos. También estoy vendiendo las joyas de mi familia. Pensad en ello, ¿para qué todo esto?, ¿Qué placer nos proporciona? Puedo comprender que queráis regalar algo a alguien, que queráis darle alguna satisfacción o alegría a alguien, está bien. Pero comprar cosas para uno mismo sin cesar… ¿Cuánto más vais a poder digerir? Es mucho más gozoso dar a los demás. Acumular cosas no ayuda, en absoluto, a comprender los principios fundamentales de la vida. Y uno de ellos es que vosotros sois el Dharma. Está en vuestro interior, es vuestra valencia, y el materialismo va totalmente contra él; genera todo tipo de gente indeseable: mafias, bancos suizos, estafadores. Es sabido por todos que hay montones de organizaciones que son abiertamente materialistas. No tienen ningún sentido de la espiritualidad.

Así que, al menos vosotros, sahaja yoguis, no deberíais volver a comprar cosas que no estén hechas a mano. Intentadlo. Que por lo menos haya en una prenda algo bordado o algún detalle manual. Casi todas las cosas actuales perjudican la salud. Tenéis que caminar, ver la naturaleza. Muchos de vosotros desconocéis completamente los nombres de las flores. Hay uno muy original: “Kiss me quick” (bésame rápido). Deberíais conocer incluso pequeños detalles como, por ejemplo, la procedencia de un sari, o de un tipo de bordado. En esto, los hombres hindúes son los peores, no saben nada de nada; aunque los hombres occidentales tienen el mismo problema. Debéis empezar a sentir interés por cosas que, hasta ahora, no os han interesado. Por ejemplo, los indios no saben cocinar. En un principio, mi marido me dijo que sabía cocinar. “¿El qué?”, le pregunté. Dijo “Chapatis, rotis”. Y cuando los preparó, parecían todo menos chapatis. Dijo “Me rindo. Al fin y al cabo, no paro de viajar”. No sabía cómo preparar algo australiano, europeo…

Está muy bien aprender cosas nuevas, porque aporta una visión sutil de las cosas. Si paseáis, observad la naturaleza, los árboles, los animales…, os sorprenderéis al ver la cantidad de cosas que se pueden aprender. Os pasáis la vida leyendo el periódico, ¿para qué? Al día siguiente se os olvida. Se dice de la diosa que, con cada una de sus miradas, conoce todo a la perfección. Cuando posa su mirada sobre un hombre o una mujer, los conoce perfectamente, y si vosotros sois mis hijos, deberíais intentar esto también. Antes, la gente solía huir a los bosques, y Yo acudía a todos esos lugares; disfrutaba muchísimo de la Madre Tierra y de su hermosa naturaleza.

¿Os habéis dado cuenta de que la decoración de fondo, que eligieron los rusos, tiene un color idéntico a esto que han colocado aquí después otros sahaja yoguis? Esto sucede por la fuerza de la colectividad. En la naturaleza ocurre igual. Todo es armonía, no hay colores que desentonen. Este tono rojizo pega muy bien con el verde. La Madre Tierra lo sabe todo, comprende todo, y lo hace todo. Ahora bien, ¿qué hacemos nosotros por la Madre Tierra? Correr como locos a por cosas artificiales, todo tipo de máquinas, y ahora, la novedad: los ordenadores. Está bien si queréis escribir una carta a alguien, pero si no, es una locura, van a reducir vuestro cerebro a cero, os incapacitarán para pensar, al final ni sabréis cuánto es dos y dos.

Por tanto, todo aquello que queráis utilizar, debe tener también sus maryadas. No vayáis más allá. Si decidís hacer natación, os ponéis a nadar hasta caer enfermos. Si queréis montar a caballo, lo hacéis hasta que os caéis. Comportarse así, es como llevar una vida sin maryadas; la avaricia no tiene maryadas, por eso es tan frecuente la actitud de decir “a mí sólo me gusta esto o aquello”. Sois un ser humano, no deberíais hablar así. Al contrario, deberíais pensar “tengo que aprender esto y aquello…”. Es muy importante, si no, no desarrollaréis vuestra personalidad.

Finalmente, llegamos al dinero, cuestión que ni siquiera entiendo. Yo ni siquiera podría contar 200 rupias, no sé de dinero, aunque las Matemáticas se me dan muy bien. Todo el dinero que vosotros dais, va directamente a la persona que se encarga de ello. A veces me preguntan ¿cuánto costó esto? Y les contesto “no lo sé”. Porque no me interesa. ¿Por qué hay que tener tanto interés en el dinero? Al mismo tiempo, he de deciros que nunca tengo problemas de dinero. Vendí una de mis joyas, y me dieron por ella tres veces más de lo que pagué por ella. Quizás penséis que esto ocurrió debido a las vibraciones, quizás. En cualquier caso, desear constantemente más dinero, hace que os hagáis esclavos de él.

Entonces, ¿cuál es la solución a la avaricia? Dar y dar a los demás y experimentar el gozo que esto os hace sentir. Compartid, dad a los demás; seréis felices.

Gregoire no está aquí, pero me gustaría que estuviese porque recuerdo ahora una ocasión en la que fuimos a una tienda donde vi un sari que me gustó mucho, pero era carísimo. Pensé ¿qué necesidad hay de gastar tanto dinero? Y lo dejé. El día de mi cumpleaños, él me lo regaló y sentí una gran alegría. Había vuelto a la tienda al día siguiente, lo compró y lo guardó hasta aquella ocasión. Estos pequeños detalles pueden daros mucho gozo, el comprar para los demás, no para vosotros. Creo que Yo no he llegado nunca a comprar algo para Mí. Incluso aún cuando vamos de compras y estoy muy cansada, tampoco me compro una coca-cola. La gente lo sabe, nunca me compro nada; sin embargo, vosotros me dais muchas cosas y creo que a partir de este 75 cumpleaños, os lo voy a prohibir definitivamente. Los líderes insisten que, al menos por agradaros, acepte los regalos nacionales e internacionales, nada más. Pero incluso los nacionales… !Si vosotros sois gente internacional¡. ¿Qué necesidad hay de traerme regalos? Ni siquiera tengo tiempo para verlos. Estoy muy ocupada con muchas otras cosas, pues hay muchísimos problemas en el mundo.

Así que, os sugeriría que observarais bien lo que estáis poniendo de vuestra parte para superar todo esto. Estoy segura de que, al menos, no tendréis dinero en el banco suizo. ! Gracias a Dios¡. No ansiéis más dinero del que tengáis o necesitéis. Sea la que sea vuestra situación, está bien. Si os dedicáis al arte o a algún tipo de creatividad y ganáis dinero con ello, está bien. Pero no os dediquéis a compraros cosas sin cesar, o a esconder el dinero aquí o allá, no hay necesidad. Siendo honestos os sentiréis muy felices y estaréis más allá de cualquier problema.

También tenemos que hablar de la mafia, que sólo puede ser controlada realmente por el gobierno, pues exige impuestos muy altos. Por ejemplo, en este país, que podríamos llamar pobre, en el que la gente padece por el peso de los impuestos, un artista tiene que pagar al menos, doscientos sesenta y cinco tipos distintos de tasas. Los italianos son famosos por su arte, saben hacer cosas preciosas, pero al final no se lo pueden permitir debido a los impuestos. Sólo ganan dinero los diseñadores, y además, a costa de engañar a todo el mundo.

En cierta ocasión, mi marido fue al Cairo y me trajo una bufanda. Me dijo “es auténtica, es de marca”. “¿Ah, sí?, pues parece de la India, creo que es una prenda india”. Y efectivamente, en la etiqueta ponía “hecho en India”. Pagó 25 libras por ella, cuando en la India le habría costado 2. Y hacemos cosas así sólo por competir en “elegancia”, en “exclusividad”. Por ejemplo, estas gafas me las compró mi yerno. Le dije “¿Qué tienen de especial?”. Yo no entendía de marcas, pero él me dijo que eran buenísimas. Y luego, en un viaje que hice a EEUU, al entrar a una tienda, alguien me dice: “¡señora, señora!”. Yo pensé, ¿por qué me llamarán con esa insistencia? Y me dijeron “Ah, ¿no lo sabe?; esas gafas que lleva son de Cartie, son buenísimas”. Les dije “¿Y quién es ese?”. De modo que pensé, les pondré el distintivo de Kartikeya. Hay muchas ideas, tan absurdas como esta, en la mente de la gente. Otro caso fue cuando me trajeron un reloj de marca Patek Philippe. Nunca iba bien, o se atrasaba o se adelantaba; quizás mis vibraciones estaban jugando con la situación. Le di el reloj a alguien y le dije “toma, llévalo a la casa Patek Philippe y diles que no funciona”. Esta persona me contestó “se van a sentir muy ofendidos porque creen que son la mejor marca”. “Es igual, hay que descambiarlo porque no funciona bien”. Le dije a mi hija que se lo quedara, pero tampoco lo quería, prefería algo más sencillo. Así que este fue otro caso relacionado con los artículos de “marca”. Curiosamente, la mayoría de los diseñadores actuales están ahora en prisión. Conocí a algunos cuando volví de Rusia; son personas realmente inútiles, cogen cualquier idea absurda, luego la venden a un precio desorbitado, y vosotros, como tontos, vais y lo compráis. Como cuando me dijeron “¿Se ha dado cuenta de que es de Cartie?”… ¡Qué ridiculez! Esto también son mafias que intentan engañaros constantemente. He escrito sobre todo esto en mi libro, espero que lo leáis.

Es mucho mejor que llevéis un vestido sencillo, incluso hecho a mano, que no cualquier cosa que os haga sobresalir de forma exagerada. No hay necesidad de todo esto, es algo que alimenta únicamente vuestro ego. Algunas personas tienen el hábito de no contener su curiosidad en absoluto. Por ejemplo, supongamos que invito a alguien a cenar y cuando está ya en la mesa me pregunta “¿Oh, estos platos de donde son? Y directamente les dan la vuelta para ver si hay algo escrito detrás. Les contesto, “pues no lo sé, alguien me los regaló”. “Ah, pues tienes que averiguarlo porque son realmente preciosos”. Y al día siguiente, recorren toda la zona para ver si encuentran la misma vajilla. Sahaja Yoga funciona completamente al revés, pasáis a depender plenamente del Paramchaitanya. En cierta ocasión, mi marido quería comprar un juego de té. Como sabéis, Londres tiene tiendas enormes (y algunas horribles); caminamos muchísimo, pero no lo encontrábamos. Dijeron que nos lo conseguirían en unos seis meses, y en otras tiendas, que en unos siete u ocho. Al final nos dimos por vencidos y abandonamos la idea. C.P. me dijo “¿Pero, qué les ha pasado a sus fábricas?” Le dije que ya no tenían de nada, lo exportaban todo. Más adelante, fui a Australia, y curiosamente, encontré una propaganda o más bien una oferta de este juego de té en concreto, que lo vendían a un precio especial. Así que finalmente, lo compré allí a la mitad de precio.

Así que, si no sentís avaricia por nada, conseguís todo lo que queréis, se os pone casi delante. Pero si sois avariciosos, entonces Dios os hace danzar un poco; es tan sencillo como eso. Obtendréis cualquier cosa que deseéis siempre y cuando no sintáis avaricia o ansiedad por ello. La avaricia es algo que nos aprisiona, nos hace esclavos. Podría daros miles de ejemplos en los que se cumple totalmente el hecho de que si no deseáis nada, acabáis teniendo todo lo que necesitáis. Cualquier cosa que os resulte necesaria, la tendréis. Pero si vais como locos buscando algo, yendo a mil sitios, al final os perdéis. Por eso es mejor desarrollar el desapego hacia todo “si encuentro esto bien, y si no, da igual”. Si adoptáis esta actitud, vuestra atención se hará muy sutil. Por ejemplo, creo que ninguno de vosotros ha reparado en estas flores, en el bordado y el trabajo que tienen. ¿Cuantas manos han participado en esto? Catorce personas levantan la mano. Al final cuento veintiocho. Lo que os quiero transmitir es que os percatáis de muy pocas cosas.

Vuestra atención ha de hacerse más sutil, es decir, acercarse más a Mahamaya. Una atención que no necesita de explicaciones porque todo lo ve con una claridad absoluta. Y este tipo de atención, es la que os conduce al lugar adecuado para obtener exactamente lo que queréis. ¿Sabéis de donde proceden estas alfombras? La mayoría son de Rusia. Cuando estuve en Rusia, vi una fábrica de alfombras. Ellos no suelen exportar nada. Les pregunté cuanto costaba una y me dijeron que 20 dólares. Pensé que era demasiado porque teníamos que comprar muchas, así que les pregunté el precio en caso de exportación, y me dijeron que 200 dólares. Les dije que en la India funcionaba al revés; cuando se quiere exportar algo, el precio es mucho menor. Les dije que teníamos que encontrar una solución, porque necesitaba las alfombras. Al final les pedí a veinte sahaja yoguis que fueran a comprar una cada uno, y conseguimos pagar por cada dos alfombras, 20 dólares.

Por tanto, debemos buscar soluciones en lugar de problemas. La avaricia es un problema. ¿Cómo podríamos librarnos de ella? Cuándo compremos algo, debemos pensar ¿para quién debería comprar esto? O bien “esto sería perfecto para tal persona”. Si conseguís entrenar vuestra mente de esta manera, os sorprenderéis al ver cómo la avaricia comienza a desaparecer. Y tendréis gozo. Comprendo que queráis darme cosas a mí, Yo siento el mismo deseo hacia vosotros. Pero mirad alrededor, todas estas personas son vuestros hermanos y hermanas de otros países; entablad amistades. Si tenéis una actitud generosa con los demás, la avaricia desaparecerá por completo. Y además, conseguiréis siempre lo que queráis.

Es increíble, pero a pesar de todos los milagros que habéis visto, aún no comprendéis que, todo lo que necesitamos, sencillamente, viene a nosotros. Eso sí, siempre que no se trate de cosas absurdas. Me ha gustado mucho este espectáculo que habéis hecho sobre la banca suiza; de hecho, mi país sufre a causa de ellos.

La representación de los ingleses también ha estado muy bien. “El Peregrinaje” es una obra muy antigua que Yo leí hace mucho tiempo. Pero aquí han mostrado una peregrinación muy real, en la que el buscador va tropezando en sitios distintos, y en la que, hasta un sahaja yogui, cae en diferentes pozos. Así que, como sahaja yoguis, tened cuidado de no caer de esta manera, ni tampoco en el ego y el superego.

En occidente, se da más un problema de ego que de superego. La única manera de librarse del ego es admitir que uno tiene mucho ego, entonces éste desaparece por sí mismo. Es muy simple. La gente desarrolla un gran ego por cualquier cosa. Había una señora terrible, muy egoísta y pregunté por qué era así. Me dijeron que se sentía muy orgullosa de sí misma porque sabía hacer muñecas. Increíble, Yo no lo entiendo, ¿qué tiene de especial saber hacer muñecas? Por pequeñeces así la gente desarrolla un ego terrible. Toda la dinámica de los “diseñadores” no es más que un juego basado en vuestro ego, acabáis comprando todo sólo por alardear abiertamente de vuestro ego. Así que intentad ser humildes y comprended que todas estas cosas mundanas nada tienen que ver con vosotros. No os estoy pidiendo que renunciéis a nada, ni que os hagáis sanyasis. Sólo quiero que entendáis que estas cosas no son nada comparadas a lo que sois vosotros. Cuando el ego entra en escena, la idiotez le acompaña. Pensáis que por llevar ciertas cosas modernas vais a ejercer una influencia especial en la gente. Quizás, pero entonces las personas influenciadas también dejarán mucho que desear.

Recuerdo una ocasión en la que fui de compras, y Yo llevaba un anillo especial. En las tiendas, que jamás me habían tratado bien por el hecho de ser india, de repente se dirigían a Mí con un respeto increíble. Entré concretamente a una, en la que la dueña me conocía. Me dijo “Perdone, ¿es auténtico?” “¿Auténtico? ¿A qué se refiere? Es muy antiguo, pertenecía a mi familia”. “¡Ah, entonces, ¿su familia es muy rica?!”. “No, qué va, en realidad ha ido pasando de una generación a otra”. “Vaya, pues, hoy día, debe valer muchísimo” “Pues no tengo ni idea, se compró hace mucho tiempo”. “¿Y usted me podría conseguir uno?” “¿Y para qué quiere uno? Quédese con este si quiere”. Así son las cosas, por un objeto tan pequeño la gente puede engrandecerte enormemente, como si fueras alguien especial. Pero esto no es así. Lo único verdaderamente grandioso en nosotros es el espíritu. Y deberíamos sentirnos orgullosos de él. Si lo respetáramos, no haríamos cosas absurdas.

Vosotros sois todos almas realizadas; estáis más allá de ese estado de peregrinación. Lo más grandioso es saber que somos personas espirituales, y como tales, vosotros, hasta podéis dominarme a Mí. Si todos vosotros desearais algo en particular, Yo no podría contradecirlo, tendría que aceptarlo, tengo que manteneros satisfechos. Muchas de las cosas que hago, las hago sólo porque vosotros las deseáis. A Mí no me importa, porque no juzgo las cosas con la cabeza, pienso que cualquier cosa que quieran hacer mis niños está bien. Pero hay una cuestión seria y es que este ego debe estar totalmente bajo control.

Hay algo más que me gustaría deciros hoy, pues mañana, en el puja, me veré limitada por otras cosas. Es referente a los matrimonios, especialmente las mujeres. Algunas son extremadamente dominantes y tontas. ¿Qué es el matrimonio? Una luna de miel. Miel significa esencia y la luna representa la paz. Si las mujeres son problemáticas, discuten con frecuencia y además son sarcásticas, el matrimonio se convierte en un infierno para el hombre. Si la mujer conociera la esencia…, la miel… Debería saber cómo agradar al marido y cómo generar una atmósfera de paz en la familia. Algunos maridos son bebedores o algo así, pero no en Sahaja Yoga. Entonces, ¿qué es lo que le agrada al marido? En cierto sentido este es el truco de un alma realizada, el saber agradar a los demás. ¿Qué hacemos con nuestros maridos? ¿Le agradamos? En primer lugar, averiguad lo que le agrada. Por ejemplo, a mi marido (que ya se ha ido, menos mal), no le gustaba que Yo llevase flores en el pelo. Pero en Maharashtra, todas las mujeres casadas se adornan el pelo con flores. Sin embargo, desde el día que me lo dijo, Yo jamás me he puesto una flor en el pelo. No importa, él no sabía quién era Yo. Me dijo que sí debería llevar pulseras porque veníamos de una familia muy tradicional. Y toda mi vida he llevado pulseras. Si a él le agrada, el resto no importa. Tened pequeños detalles con él y enseguida empezará a pensar que él también querría tener algún detalle con su mujer. Pero el primer paso lo ha de dar la mujer, pues ellas son las responsables de la sociedad.

En la cultura occidental no se enseña cuáles son los papeles o funciones de cada uno. La función del hombre es la política, la economía, el trabajo remunerado. Se han hecho un lío con todo ello. El papel de las mujeres es crear la sociedad, y para ello deben primero saber agradar a sus hijos y a sus maridos. Sin embargo se dedican a dominar; ese no es vuestro trabajo. Vuestro papel es neutralizar la dominación que ejercen ellos, con métodos muy sencillos. Os daré un ejemplo de mi marido (menos mal que no está aquí). Él sabe que, en algunos aspectos, Yo soy muy inteligente. Normalmente Yo nunca intervengo en su trabajo, pero, en cierta ocasión, un empleado suyo se despidió para ir a trabajar a una empresa privada, porque ganaría más dinero. Sin embargo esta empresa no le gustó y decidió volver. Mi marido es muy meticuloso en cuestión de normas o reglas y le dijo que no podía volver. Entonces este hombre vino a verme a Mí, y me pidió que hablara con mi marido para ver si a Mí me escuchaba. Le dije, no, a Mí no me escuchará, pero sé cómo resolver esto. Le dije “ha venido a verme este hombre”. “Vaya, ha ido justo a la persona adecuada, ¿ahora te vas a entrometer y me vas a crear problemas?”. “No, no. Sólo quiero que pienses por qué ha venido a mí”. “¿Por qué?”. “Porque piensa que soy más generosa que tú”. Inmediatamente su sentido de competitividad se puso en marcha. Al final, este señor consiguió su trabajo, fueron grandes amigos, e incluso en Londres, mi marido le ayudó muchísimo.

Cuando pensemos que tenemos que controlar a nuestro marido, debemos hacerlo de una forma muy sencilla. En cuestiones verdaderamente importantes, podéis afirmaros por encima de él. Pero si estáis dominándole constantemente, por detalles insignificantes, os aseguro que fracasaréis en vuestra función. ¿Para qué os habéis casado, para perder el tiempo en tonterías o para proporcionar paz? En occidente, especialmente en Italia e Inglaterra, hemos tenido muchos problemas con las mujeres. Las mujeres inglesas me han causado muchos problemas, ahora no casaré a más inglesas; no puedo evitarlo. Una chica de Shilong se casó con un americano. Imaginad, un sitio como Shilong, donde hay 30 asesinatos al día. Para ella era una buena oportunidad, aunque Estados Unidos tampoco sea una maravilla. Empezó a comportarse con él de forma muy infantil. Él me dijo que siempre que la llamaba le contestaba con mucho sarcasmo. Es increíble, luego me contó las cosas que solía decirle; a ningún hombre le agradaría escuchar cosas así. Y ella pensaba que hablar así era simplemente usar un tono amistoso, bromista o algo así. Estas cosas no funcionan en un matrimonio. A un marido no le gustará nunca que su esposa vaya subida a un caballo y que además le dé con el látigo. ¿Para qué se casa una persona? Para ser feliz, para tener gozo, dulzura.

Esto es algo muy importante y os lo quería decir, porque hay ciertas mujeres que se creen muy especiales. Quizás porque tengan dinero, trabajo…. Pero vuestro primer trabajo es mantener a la sociedad contenta y conseguir que vuestro marido sea feliz. Esa es vuestra primera obligación. Si una mujer no puede hacer que su marido sea feliz, a nosotros no nos es de ninguna utilidad. No es una buena sahaja yoguini. Es como si un empleado no pudiera mantener contento a su jefe, sería inútil, y le echarían. Una mujer debería pensar en su marido en los mismos términos y con mucha dulzura. Porque este es su trabajo, para eso se ha casado; y si no lo quiere hacer, entonces que no se case.

Es difícil convencer de todo esto a las personas, porque además, los hombres son del lado derecho y tienen mal genio. Pero ya os he explicado cómo podéis aplacar su mal humor. He visto que en muchas películas se da una imagen de esposo romántico, amable y adorable que no tiene mucho que ver con la realidad. En la vida las cosas no son así, y vosotros esperáis tener un Clark Garble o alguien así. Vosotras sois las que tenéis que amar, y las que tenéis que poner a vuestro marido en el corazón en primer lugar. Es vuestro deber. Si no, ¿a qué os dedicáis? El caso de esta chica de Shilong es increíble. El chico me dijo “Madre, no vuelvo con ella ni aunque me maten, porque no me aporta ningún gozo”. Y es verdad.

Ahora me dirijo a los hombres: si vuestra mujer es así, intentad comprender porqué ella es así. ¿Cuál es su problema? ¿Por qué os está dominando? O ¿acaso sólo creéis que os está dominando? La mayoría de los hombres que se quejan constantemente de la esposa, son muy dominantes. ¿Por qué os domina? ¿Qué problema tenéis vosotros para que os domine? Si hacéis introspección, os daréis cuenta de que le prestáis muy poca atención o tiempo. Había una mujer que quería divorciarse porque su marido siempre estaba fuera y nunca podía estar con él. Yo le dije “pero si te divorcias ya nunca estarás con él, así que ¿para qué quieres el divorcio? No tiene lógica. Las mujeres no deberían carecer de inteligencia como para decir cosas así. Es absurdo querer divorciarse por una razón como esa.

Es importante que los hombres concedan algún tiempo y atención a sus esposas, y que les den lo que ellas piden. De nuevo os daré un ejemplo de mi vida. Mi marido nunca me ha traído flores, no como vosotros que me ofrecéis tantas. Ni siquiera en mis cumpleaños. Enseguida me di cuenta de que este hombre no tenía ni idea de flores; no sabía ni lo que era una rosa. En caso de traer alguna flor, quizás me hubiera traído un cactus o algo así. Entonces pensé que era mucho mejor que no trajera nada. Un día admitió que no conocía ni un tipo de flor, excepto la rosa, e incluso esta, a veces, hasta la confundía también. Por tanto, una situación así demuestra ignorancia y no una falta de consideración. Pero los hombres deberían intentar saber lo que le agrada a su mujer, lo que quiere.

Los hombres tienen una manera muy particular de pensar. Lo mejor es daros un ejemplo. Mi marido siempre compra cosas muy caras. Le dije que no las comprara. “¿Es que no te gustan?”, me preguntó. “Si que me gustan, pero no hay necesidad de gastar tanto”. Le gusta comprar este tipo de jerseys escoceses, que son muy caros, cada uno vale unas 250 libras, y tengo muchísimos. Le dije que los compraría Yo en Suiza mucho más baratos. También le gustan los abrigos de Cachemira. Bueno, si le gusta regalar eso, está bien. Yo se lo voy pasando todo a mis hijas. ¿Qué le voy a hacer? No lo hace con mala intención, es que no sabe hacer otra cosa. En cierta ocasión, estábamos en India, y antes del Puja, fue a comprarme un sari. Entró a una tienda y dijo “Deme el sari más caro que tenga”; enseguida se dieron cuenta de que no entendía nada sé saris. Le dijeron “este es él más caro y cuesta 45.000 rupias”, que en aquellos tiempos era más de lo que es hoy. Lo pagó con tarjeta y luego me dijo, “te lo tienes que poner para el puja”. Aquel sari pesaba…era terrible, me lo puse y caminando parecía un gigante. Hay una descripción de vuestra Madre como la más dulce, y al mismo tiempo, la más terrible. Pero, con ese sari…, Cuando llegué a sentarme, me quedé completamente encajada, sin poder moverme (risas). Era incapaz de levantarme con tantísimo peso. Cuándo llegué a casa, lo guardé bien en una caja y él me dijo “¿cuándo te lo vas a poner otra vez?” “Por favor, no te preocupes, cuando tengamos una boda me lo pondré”. Se lo prometí, y lo guardé. El no entiende nada de saris, y Yo lo sé; por eso acepto cualquier cosa que compra. Además gastó tantísimo dinero…, y en aquel tiempo… No distingue un sari natural, del que no lo es. Pero no importa. Sólo hay que ver la intención y el amor que ha puesto en ello. Si no entiende de saris ¿qué le va a hacer el pobre?

Yo siempre le compro a él chalecos o zapatos. Una vez me dijo, esta vez me los voy a comprar Yo. Se compró algo tan horrible, que cuando fue a la oficina, todo el mundo le dijo “Señor C. P., este no es su estilo”. Así que me dijo, “es mejor que me lo compres todo tú”. Lo ideal es que la mujer se tome el interés de saber qué color le gusta al marido, etc. Para los hombres también es muy importante la opinión pública, lo que la gente opina. En cierta ocasión, pinté el comedor de un color precioso, con una mezcla de rosa y negro, da sensación de acogimiento, calor hogareño. Me dijo “¿pero qué color es este? Deberías haber elegido otro, etc”. Le contesté “bueno, mañana tenemos una fiesta, así que lo cambiaré pasado mañana”. Cuándo la gente empezó a llegar al día siguiente, decían “vaya color tan bonito, ¿cómo lo has conseguido? Es precioso”. Mi marido se me quedó mirando, le dije “¿lo cambio?” “No, no”, contestó.

A los hombres les importa mucho la opinión pública y es importante que, en su presencia, deis una buena impresión general a los demás; os apreciará por ello. Todo esto son sólo trucos; los hombres son muy simples pero debéis comprenderlos. A veces se enfadan, no importa. Probablemente están enfadados con alguien y lo vierten sobre vosotras. Mejor así, porque si se desahogaran con los demás, quizás recibirían “palos”, cosa que con vosotras no. Si comprendéis ciertas cosas de los hombres, la relación con ellos puede funcionar. Por supuesto hay personas extremadamente miserables (hombres y mujeres); en estos casos se permite el divorcio en Sahaja Yoga.

Quería deciros especialmente que debéis ser buenas Gruha Laxmis. ¿Por qué? Porque Yo estoy padeciendo mucho de este chacra, del Nabhi Izquierdo, y todos los doctores dicen que la razón es que el Gruha Laxmi colectivo es muy pobre y está muy deteriorado. La razón es que no sois buenas amas de casa.

Las mujeres suizas, por ejemplo, son muy buenas, pero excesivamente adictas a la limpieza. No podéis hablar con ellas ni cinco minutos. Si estáis charlando, no paran de recoger esto, aquello…, limpiando, limpiando. Alga me dijo que las mujeres de Eritrea son suizas. No importa si la casa está un poco desordenada o si algo se ha caído. En India ninguna mujer se comportaría así. Aquí, tenéis a los invitados sentados en el salón y la mujer sigue con el aspirador en la mano. Si algo se rompe, como el termómetro, en India dicen: “mejor, seguro que así nadie tiene fiebre”. Pero he visto que en occidente, si algo se cae, como el café o algo así, la mujer vendrá enseguida a limpiarlo en presencia del invitado. Si se rompe un vaso o una copa, da igual. Creo que esta actitud que mantenéis aquí es un tipo de materialismo muy sutil. Si vuestro invitado está con vosotros ¿por qué os ponéis a hacer eso en su presencia? Las mujeres occidentales son incapaces de entender esto.

Otra cuestión es cuando vais a casa de algún indio. Sus gustos por los colores son distinto al vuestro. Si vais más al sur, también varían los colores que usan. Todo el mundo tiene su gusto personal. Pero las mujeres occidentales, tan pronto como entran en una casa así, dicen “Madre mía, ¡qué color han puesto aquí!”. Inmediatamente critican lo que ven en presencia del dueño o ama de casa. Así que, es muy importante que consideréis los sentimientos de los demás. El papel de la mujer es, precisamente, desarrollar la capacidad de comprender los sentimientos de los demás, y sus maneras distintas de pensar.

Otra cosa que hacen las occidentales, es ir a una casa de hindúes a comer y ponerse a oler la comida. Ellas comen lo mismo, y además les gusta lo que les han preparado, pero haciendo este gesto de oler muestran que se trata de una comida inferior a la de ellas. Esto es muy típico de los occidentales. Si alguien lleva un vestido muy bonito, enseguida alguien lanza una crítica y la pasa a los demás. ¡Muy occidental!

No encontraréis a un buen indio haciendo algo así. Quizás los que son más modernos sean capaces de hacerlo también. Pero un occidental enseguida suelta algo que hiere a los demás. No es así como debería ser una mujer. Al contrario, deberíais alabar constantemente, ¿qué tiene de malo eso? No vais a perder ningún negocio por eso. “¡Qué bonito! ¡Qué sari tan bonito!” Gozaréis de vuestra dulzura. Tampoco es cuestión de decir mentiras, no es necesario llegar a ese extremo. Cuando algo no os gusta, sentís la necesidad de decir “no me gusta”. Pero esta frase debe desaparecer de Sahaja Yoga. Si Yo me dedicara a decir “esto me gusta, esto no me gusta”, ¿cuántos de vosotros os quedaríais en Sahaja Yoga? Es muy importante que acabéis con esa actitud; ¿quiénes sois vosotros para estar todo el día diciendo esto me gusta y esto no? ¿Y vuestro espíritu? ¿Qué hay de vuestro corazón? Así que, de nuevo llegamos al mismo punto, y es que las mujeres necesitan tener un gran corazón. Vuestro Guru es una Madre, por tanto, vosotras debéis ser también madres extraordinarias, y esposas extraordinarias. Debéis tener un gran corazón para que desaparezca todo el egoísmo; si fuerais así, hasta la codicia de los bancos desaparecería. De hecho, todo esto existe porque tenemos un corazón muy pequeño; si lo agrandamos, todo esto caerá por sí sólo.

He hablado de todo esto porque he recibido muchísimas quejas de las mujeres casadas; también de las mujeres hindúes. De las que mejor se habla es de las mujeres rusas. Son almas muy satisfechas; desean muy poco para ellas; no son avariciosas. Es sorprendente, pero el comunismo les ha hecho mucho bien. El extremismo del comunismo ha llevado a toda esta gente a no tener ningún sentido de posesividad. El gobierno les ofrece un piso y no lo quieren. A los funcionarios se les ofrece un coche oficial y no lo quieren. Saben que el hecho de poseer el coche es, en sí, un dolor de cabeza, prefieren que lo tenga el gobierno.

Ni siquiera son conscientes de este sentimiento de posesividad. También tienen gente rara, como este ministro de economía, que no me acuerdo cómo se llama. Estuvo en Ginebra, donde aprendió muchos “trucos” de comercio e introdujo muchas reformas en Moscú y Leningrado, lugares que ahora son carísimos. Todo gracias a la influencia suiza. No obstante, la gente, en general, sigue siendo muy buena. En especial las mujeres que vienen de allí; también las rumanas son muy respetadas. En las bodas, la mayoría de los hombres prefieren rumanas o rusas. También de Kiev, es una pena que no estén aquí hoy, las echo mucho de menos.

Por último, quiero hablaros de un libro muy bueno que ha escrito Arún Apate. Deberíais comprarlo todos. Sólo quedan cinco, pero podéis pedir más. Con él aprenderéis y entenderéis la música india. Se dice que esta música procede del Omkara. Es música llena de sensibilidad e inteligencia. Creo que todos los músicos que habéis cantado antes canciones occidentales, lo habéis hecho muy bien, pero falta algo, y es la melodía. Hacéis subidas y bajadas de tono, gritáis y luego paráis. Piensan básicamente, que se tiene que cantar desde el corazón. Que hay que expresar los sentimientos del corazón. Por ejemplo, si alguien es rechazado, canta este rechazo. Otro puede que cante un tema de amor, aunque él no esté enamorado, es decir, aunque no sean situaciones reales. Quieren producir artificialmente ese efecto. No hay necesidad de cantar así, palabra por palabra, no hay fluidez en ello, no hay melodía. Sin embargo, las canciones de los rusos eran muy melódicas, a pesar de ser temas folklóricos. Aunque, desafortunadamente, los américanos también están llegando hasta allí, donde ya se puede escuchar su horrible música. El propósito de la música es agradaros, debería entreteneros y no deprimiros o poneros tristes. Si estos sentimientos están dentro de vosotros, debéis decir “vale, puede que tenga problemas, pero los solucionaré”. Porque vosotros sois sahaja yoguis y debéis mostrar una actitud de victoria en la música. Hablo de vosotros, no de los demás, que se dedican a cantar gimiendo y llorando, y además, sin ningún tipo de melodía. Incluso las orquestas hacen esta música tan partida, unos hacen “tan, tan, tan” y otros contestan “tun, tun, tun”. Sin embargo, la orquesta india es muy melódica, fluye como un río. Esta diferencia es muy grande. Así que tengo que pediros varias cosas a los que cantáis: no utilicéis palabras que nadie pueda entender, las palabras han de pronunciarse con claridad, y debe haber melodía. En las ragas indias, lo que importa es la melodía, no las palabras, de forma que uno disfruta de la música a pesar de no conocer la lengua. Pero cuando podáis combinar la melodía, con las canciones occidentales, veréis qué gran diferencia. Este libro os ayudará a conseguirlo. Comprenderéis cómo la música os puede curar, os puede dar mucho gozo, y también entenderéis cual es la esencia de la música. Después os fluirá con facilidad. Si los músicos indios acaban haciendo música occidental, el resultado será mucho mejor que la música occidental tal y como es ahora.

No puedo entender la fama que tiene mucha gente en América. Allí cualquiera puede ganar dinero cantando de cualquier manera. Pero para conseguir una buena música, creo que debéis adquirir la base musical india. Y después expandirla a vuestro gusto. Así que, por favor, comprad este libro, no costará más de lo normal. Para el Diwali Puja traerán más. Leedlo, porque en él encontraréis toda le esencia de la música.

Hoy es el cuarto día del Navaratri y se me atribuyen nombres realmente horribles. Quizás fueron personas que sufrían mucho y me pedían “Madre, por favor, mata a esos horribles raksasas”. En cierta manera todo se destruye de forma natural, lo sé. Pero si vosotros sois sensatos, y no caéis en acumular cosas que, en realidad, no queréis, es decir, cosas innecesarias, si reducís todo este consumismo y optáis más por las cosas naturales, amáis más a la Madre Tierra, estoy segura de que todo funcionará. De hecho, la Madre Tierra, ya está solucionando las cosas. Ya habéis sabido de este terremoto; ahora nadie entra en la iglesia. Pero Yo no he hecho nada, es cosa de la Madre Tierra. Lo lamento por el arte que se ha perdido, pero daros cuenta de cómo actúa la naturaleza. La gente islámica de Indonesia padece seriamente por el humo del ambiente. Yo no he hecho nada. La cuestión es que, cuando uno hace algo malo, le acaba volviendo. Cada acción tiene una reacción.

Otra cosa es que vuestras caras deben tener una energía sahaja, fresca. No deberías parecer personas estresadas. Mantened una personalidad sahaja.

Siento mucho haberos ocupado tanto tiempo, pero mañana no podré hablaros de todas estas cosas. Deberíais pensar en todo esto, en que nuestra Madre nos quiere y desea que tengamos una buena familia, quiere que cuidemos bien de nuestros hijos. Por eso he dado consejos para los hombres y para las mujeres. Es mejor ser atentos y agradar a la esposa, ¿qué hay de malo en ello? Pero no en el caso de que ella esté dominando. “Me voy a casa de mi madre, o a casa de mi padre”, esto no debéis permitirlo. Las mujeres deben entender que su familia es mucho más importante que su padre, su madre, e incluso más que Mataji. Porque yo sólo seré feliz cuando vea a la familia feliz y unida.

Muchas gracias.