Puja de cumpleaños

New Delhi (India)

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Puja de cumpleaños

India, Delhi, 21 de Marzo de 1998

Me ha llenado de gozo ver cómo habéis preparado esta hermosa bienvenida. Es vuestro amor el que os muestra formas tan distintas de expresar vuestro corazón y de disfrutar de Sahaja Yoga. No puedo entender cómo llegan a vosotros ideas tan especiales. ( Se hicieron banderas de todos los países que estaban representados en el Puja). Vosotros representáis cada uno a vuestro país. Deseo que, cuando volváis llevéis con vosotros estas banderas, junto con el mensaje de que el tiempo de resurrección ha llegado, y de que tenemos que ascender desde este nivel humano a otro superior. Si esto ocurre, vuestra vida cambiará mucho, seréis felices. Abandonaréis toda idea absurda que conlleve odio, y todo deseo de herir a los demás. Todas estas cosas sólo tienen el propósito de proporcionar un placer sádico a muchas personas que disfrutan destruyendo el gozo y la felicidad de los demás.

Para conservar la felicidad, los sahaja yoguis tenéis que soportar mucho, tolerar muchas cosas absurdas, de hecho, ya lo habéis hecho y, gradualmente, a medida que Sahaja Yoga se vaya estableciendo en vuestros países como algo hermoso y puro, como algo muy importante, el resto de las personas se animará a seguir el camino que vosotros ya habréis recorrido. Vuestras vidas reflejarán la belleza de vuestro ser interior y de Sahaja Yoga.

Ayer os hablé de las carencias de la consciencia humana. Os dije también que la atención no está en el Espíritu. Lo que os ocurre cuando ponéis vuestra atención en el Espíritu es que os convertís en lo que, en sánscrito se denomina GUNATIT, es decir, vais más allá de las tres gunas. Dejáis de ser Tamogunis, personas con montones de deseos y auto-indulgencias. Desde ahí, la atención se mueve hacia el lado derecho, convirtiéndoos en un Rajoguni, es decir, una persona del lado derecho que quiere conseguir o demostrar algo, que quiere competir con otros, llegar a tener una condición distinta de la que tiene. Toda esta batalla también desaparece; ATIT significa más allá de… Luego nos encontramos con Satwa Guna, en la que la persona es buscadora, intenta averiguar qué hay de malo en actitudes extremas, rechaza ese estilo de vida y comienza a buscar la “verdad”. Sin embargo, esto también desaparece; por eso se dice que la persona es GUNATIT, está más allá de las Gunas. Y esto sólo ocurre cuando la atención está en el Espíritu, en lugar de tenerla en algún condicionamiento o idea egoísta.

Por tanto, os convertís en una persona que está más allá. Esto es algo admirable para una vida considerada, en términos generales, “normal”. Pero para vosotros no lo es, simplemente ocurre de forma espontánea. Gozáis de vosotros mismos; deja de preocuparos vuestra comodidad, vuestra conveniencia y vuestras “pequeñeces”. Lo que ocurre es que vais más allá de estas Gunas, que de una forma u otra, os han estado dominando.

Así es cómo cruzáis los límites de la consciencia humana. El segundo paso es llegar a ser KALATIT, es decir, más allá del tiempo. Sé que hoy, Yo he llegado tarde, pero las cosas funcionan así. Sin embargo, vosotros no habéis perdido el tiempo. Podía ver desde la casa que todos estabais con un estado de ánimo muy alegre y gozoso a pesar de no estar Yo presente. Ya no estáis limitados por el tiempo. El tiempo está a vuestro servicio, porque vivís en el presente. Vuestra atención no se proyecta al futuro pensando en lo que haréis mañana, en el avión que cogeréis o algo así. Aquí estáis en el presente, y sólo en el presente reside la realidad. Si estáis pensando en el futuro o en el pasado, no estáis en la realidad. Ya os he dicho muchas veces que el pasado ya pasó y que el futuro no existe. Por tanto, ahora solo disfrutáis del presente, esperáis a que Yo llegue, pero llenos de gozo y disfrutando de cada instante de vuestra estancia aquí.

Este gozo que sentís no puede ser descrito, es algo que no podéis explicar. Si no lo sintierais, estaríais mirando el reloj, preguntándoos por qué Madre no ha llegado todavía, pensando qué es lo que pasa…, por qué no ha llegado…, todo tipo de ideas vendrían a vuestra mente. Por tanto, ayuda muchísimo llegar al estado Kalatit (más allá del tiempo). Recuerdo, que en el pasado, tuve que trabajar muchísimo porque ningún sahaja yogui se atrevía a dar un paso adelante a la hora de ayudar; sentían mucha timidez y estaban siempre preocupados. Afortunadamente (o quizás tendría que decir desafortunadamente), nuestro coche se estropeó de camino a un programa. Durante una hora, no pasó ni un sólo coche que fuera en la misma dirección, no tenía ninguna posibilidad de llegar hasta allí, y nos quedamos en la carretera. Finalmente, cuando conseguimos llegar al lugar del programa, nos sorprendió ver que los sahaja yoguis habían asumido la situación; estaban todos muy ocupados dando la realización a la gente. Si no hubiera sido por una razón así, jamás lo habrían hecho. No podían creer que realmente tenían el poder de dar la realización, a pesar de que se lo repitiera muchas veces. Y todo ocurrió gracias al factor tiempo, pues había mucha gente esperando y vieron que Yo no llegaba; al final, concluyeron que era responsabilidad suya sacar adelante el programa.

Por tanto, cuando conseguís estar más allá del tiempo, asumís la responsabilidad de cada instante. Se trata de una responsabilidad colectiva. Esto significa que todos os hacéis responsables. Por ejemplo, sorprende el hecho de que aquí seamos tantos y no hayan discusiones, peleas, nada. Estamos más allá de estas absurdas ideas de molestarnos unos a otros. Y esto ocurre porque estamos más allá del tiempo; el tiempo no consigue ataros. En el ejemplo anterior, cualquiera podría haber reaccionado lanzando piedras a mi coche pensando “con lo tarde que es, y nosotros aquí asándonos en el sol”. Pero gente que está más allá del tiempo no reacciona así; sólo goza de cada momento mientras los minutos van pasando.

Después, llegáis al estado de DHARMATIT, en el que estáis más allá del dharma, más allá de la naturaleza humana. Esto significa, que cualquier cosa que hacéis, está bien hecha; que cualquier proyecto que tengáis, es correcto. Es decir, si tenéis un negocio, negociaréis de una forma dhármica, porque estáis más allá de la religión. No os preocupa seguir un patrón determinado o un ritual concreto de alguna religión. Estáis más allá. Aquellos que no están más allá del dharma, deben cumplir con sus rituales, se tienen que levantar muy temprano, están totalmente atados a sus rituales, y si no pueden cumplir con alguno de ellos, se sienten muy infelices y también molestos. No es vuestro caso; vosotros siempre estáis en un estado meditativo; si algo va mal, inmediatamente entráis en consciencia sin pensamientos, donde obtenéis la solución. Y no os perturba lo más mínimo el que algo vaya mal.

Una naturaleza muy ritualista os convierte en personas excesivamente rígidas, muy dóciles también, y en algunos casos muy agresivas. La gente tiende a molestar muchísimo a los demás a causa de su ritualismo. En cierta ocasión, una señora, que se suponía era amiga mía, vino a comer a mi casa. Me dijo que era vegetariana, pero que, además, tampoco podía comer algo cocinado en cazuelas o sartenes en las que se había cocinado comida no vegetariana. De modo que tuvimos que comprar utensilios nuevos para ella. Luego añadió que tampoco podía utilizar cucharas o tenedores usados por no vegetarianos; así que compramos también cubiertos nuevos para ella. Lo mismo nos dijo de los vasos. Tuvimos que comprar de todo. No sólo eso, sino que entró a la cocina y al cocinero no le permitió preparar nada para nosotros, le dijo: “yo cocinaré primero y después tu puedes preparar lo que quieras”. Armó tal escándalo con todo esto, que en lugar de ser una invitada, se convirtió en alguien totalmente indeseable. Esto es lo que ocurre con la gente ritualista, porque son muy exigentes y se justifican diciendo que están cumpliendo con su dharma.

En Bombay me contaron otra historia como la de esta invitada que tuve en mi casa. Se trataba de una mujer que, al parecer, tiene algún antiguo parentesco con alguien especial. La mujer que me contaba el suceso me dijo que era peor que su tatarabuela. No podía creer que en India todavía vivieran personas así. Se ve que al llegar a casa de esta mujer, dijo: “yo no puedo beber agua del grifo, sólo puedo beber agua de pozo”. Resulta que en todo Bombay sólo hay dos pozos. Tuvieron que ir hasta uno de ellos a traerle agua. Pero además, el cocinero debía estar empapado de agua a la hora de cocinar, si no, ella no podía comer de esa comida. No paró de exigir cosas así. El cocinero enfermó con neumonía, y uno de sus ayudantes cogió un buen resfriado. Pero a ella no le importaba en absoluto, dijo “siempre lo hago así”. La mujer que me lo contaba me preguntó “Madre, ¿qué deberíamos hacer con estas personas?”. Le contesté: “a esta persona le deberíais haber dicho: “esto es lo que hay, si te gusta bien, y si no, no lo comas. Ayunar también es muy sano””. Para personas tan egoístas y tan problemáticas para los demás, esta es la única solución.

Este egocentrismo se desarrolla en nosotros porque pensamos que estamos cumpliendo con nuestro dharma, por tanto “¡tenemos derecho a.. !, ¡Todo nos pertenece…!, ¡Cómo se atreven a no hacer lo que pedimos!…” Nunca nos paramos a pensar si estamos causando problemas a los demás, si les estamos poniendo en un aprieto, o si estamos haciendo sus vidas miserables. Nos dedicamos simplemente a exigir. “Si este es mi dharma, qué le voy a hacer, no tengo opción”. Esto es un terrible condicionamiento en la mente. He visto muchos casos en Sahaja Yoga parecidos a estos.

Una mujer francesa entró en Sahaja Yoga y su madre era extremadamente ritualista y problemática. Cada domingo tenía que acudir a misa a toda costa. Se vestía muy bien, iba a la iglesia y volvía a casa. Un día desapareció y pidieron a la policía que la buscara. No dieron con ella, dijeron “a saber donde puede estar”. Entonces la hija dijo “búsquenla en la iglesia”. Y efectivamente, allí estaba sentada. Volvió a desaparecer de la misma manera, dos o tres veces más, y finalmente, la policía dijo “ya no la vamos a buscar más, si quiere, llévela a un asilo”. Al final la llevaron, y esta sahaja yoguini me contó que era increíble, que todas estas personas del asilo se reunían y hablaban y hablaban de cosas absurdas; todas padecían demencia senil. Sin embargo, cuando llegaba el domingo todas se vestían muy bien e iban a la iglesia. Este era el único momento en el que todas ellas parecían cuerdas o sanas. Es sorprendente cómo funciona un condicionamiento.

En otra ocasión, una persona que se quedó en nuestra casa un tiempo me dijo “soy muy buen conductor”. La cuestión es que sabía conducir, pero no conocía Londres. Si Yo tenía que ir al norte, él me llevaba al sur, y si tenía que ir al este, me llevaba al oeste. Le dije “pero ¿qué te pasa? ¿No me dijiste que sabías conducir?”. “Sí, si que sé conducir, pero no conozco las calles”. Un día la policía le paró, Yo iba también en el coche, le preguntaron “¿a dónde va?” “voy a tal dirección”, contestó. La policía le dijo “ya has pasado por el mismo sitio seis veces, y otra vez vuelves ahora al mismo punto”. Siempre he sabido que este tipo de cosas genera un tipo de hábito en las personas mayores, pero hoy día también podéis ver a gente joven muy condicionada por su propia manera de hacer las cosas. Esto es lo que podríamos llamar el aspecto humano al que uno se apega a la hora de hacer algo.

Al final vivimos en una locura, en la que todo el mundo exige cosas, a uno no le gusta esto, a otro no le gusta aquello, no tiene fin. Es muy común decir “a mí no me gusta esto, me gusta aquello”. Es sorprendente, llegan incluso a decir en casa ajena “no, no, a mí no me gusta esta alfombra”. Si no es tuya, si no la has comprado, si pertenece a otra persona ¿qué derecho tienes a decir nada?, ¿Quién eres tú para decir que no te gusta? Si a la persona que ha pagado por ella le gusta, no hay nada más que decir. Así que, ¿por qué ese interés en lanzar la crítica a toda costa? La cuestión es criticar. Si alguien lleva un tipo de peinado, alguien dice enseguida “a mí ese estilo no me gusta”, “¿por qué?”. “Porque no”, sin más. Y esto es extensible después a todos los aspectos de la vida. Pero ¿quiénes sois vosotros para expresar así el que os guste o no una cosa? ¿Qué posición tenéis que os permita decir que algo os gusta o que no? Este tipo de comentarios (a mi no me gusta…) son muy comunes en occidente. “No me gusta la India”; muy bien, pues quédate en casa, ¿para qué has venido? “No me gusta Turquía”, “¿Por qué?”. Si alguien lleva una falda larga, otro dirá “no me gusta porque es de Turquía”. Así que para agradar uno tiene que ponerse faldas cortas. Sin embargo, si a nosotros no nos gustan, tampoco es necesario que lo digamos, porque decir cosas así, hiere a las personas, ataca directamente su dignidad.

Debéis saber, que vosotros, por el hecho de estar en Sahaja Yoga, no sois seres humanos normales, comparados con lo que se considera un nivel “estándar” de persona. Estáis por encima de ellos. Vuestros gustos son distintos. También lo que os produce rechazo es diferente. Vuestra actitud en general ha cambiado. A veces, he visto que sois como niños. Habláis como niños, con mucha inocencia. Y a veces, habláis de cosas muy profundas. Esto es algo desconocido para la gente normal, pues ellos generalmente son muy arrogantes. No dejan de decir Yo, Yo, Yo… Kabir dijo “cuando una cabra está viva, no deja de decir “mee, mee… (es decir yo, yo), pero cuando ha muerto, y sus intestinos se utilizan para hacer el instrumento con el que se separan las semillas del algodón, dice “Tu hi, tu hi”, que significa, “Tu eres, Tú eres”. “Tú eres todo”, cuando decís esto, vuestra atención se desplaza inmediatamente de los demás a vosotros mismos, dejáis de ver los defectos de los demás, dejáis de utilizar vuestro cerebro para criticar a los demás, para burlaros de los demás. Hay gente que hasta disfruta hablando mal de otros. ¿Por qué? Porque no saben que ellos mismos son exactamente igual que la persona a la que están criticando, y que por tanto no tienen ningún derecho a criticar nada.

Esta sabiduría “amorosa-afectuosa”, esta comprensión, no existe cuando uno es todavía un ser humano normal. A la más mínima cosa uno se enfada y se comporta muy agresivamente. Si aún caéis en ese estado con facilidad es porque todavía no sois un sahaja yogui. Un sahaja yogui es una persona que disfruta de todo. Si alguien, por ejemplo, se enfada mucho, él observa lo que está pasando y cómo se comporta esa persona. De hecho, no es dhármico enfadarse con nadie, gritar a otros o criticar lo que hacen, pensando que vosotros sois muy especiales, es de un nivel muy bajo. Y además tiene sus consecuencias: cuando os acerquéis al final de vuestra vida, veréis que no tendréis ni un sólo amigo, ni siquiera un vecino.

Otra cuestión es que cuando uno es muy egoísta, piensa a su vez que es alguien muy especial, y tiende a hablar y hablar sin límite alguno, mientras que la persona que le escucha se muere de aburrimiento, pero es lo mismo, el sigue y sigue “porque yo hice esto y aquello, y fui aquí y allá… Yo, Yo, Yo “. Puede llegar a cualquier extremo, y no sentir la más mínima vergüenza de lo que está diciendo. He conocido muchas personas que han adoptado actitudes muy inadecuadas con gente que es “normal”. Si alguien dice algo malo de otra persona porque hizo algo mal, enseguida entra en la mente de los demás y dicen “sí, sí, es verdad”. Esto hace que tengáis una mente enfermiza, es decir no-normal. Continuáis aceptando más y más cosas absurdas hasta que os convertís vosotros mismos en una persona enfermiza, literalmente enferma. Y este tipo de enfermedad es extremadamente peligrosa, no tanto para los demás como para vosotros mismos. Porque nadie puede soportar una personalidad así.

He visto gente que ha entrado en alguna religión y ha tomado la actitud de decir “yo soy una persona virtuosa”. Y ¿qué quiere decir? Que más vale que los demás lo seamos también, pasará el tiempo diciendo: “No puedes hacer esto, aquello…, no puedes comer de esto, o sí de aquello…”. Constantemente corrigiendo a los demás en lugar de mirarse a sí mismo. Cuando sois una persona normal, no podéis observaros a vosotros mismos, sólo veis a los demás, pero cuando recibís la realización sólo ponéis la atención en vosotros para averiguar qué problemas tenéis. Cuando llegáis a ser el Espíritu, os veis con claridad, veis vuestra manera de comportaros. Cuando sabéis cómo corregiros, gozáis plenamente de vuestro ser. Hay una gran dulzura en todo el proceso. Tenéis pequeños detalles muy amorosos, decís cosas preciosas.

Por supuesto también hay gente incorregible, y en casos así tenéis que daros cuenta de que son personas imposibles, no lo podéis evitar. Como el hecho de que en Sahaja Yoga siempre hay gente intentando ayudar a las personas equivocadas; como si hubieran asumido el papel de “abogados”. Así, si alguien hace algo mal o fuera de lugar, inmediatamente recibimos una llamada del señor “abogado” diciendo “por favor, comunicadle a Madre, que tal y tal persona deben ser cuidadas especialmente, y que se debería hacer esto y aquello”. Esto se ha convertido para ellos en algo habitual; tienen que informarme de estas cosas “tendrías que ayudar con esto, hacer aquello…”. Y ahora, es tan habitual, que ya sabemos hasta cuándo van a llamar. Directamente decimos “ahora nos van a dar toda una conferencia sobre tal suceso”. Es un tipo de naturaleza humana que refleja haber pasado por distintas complicaciones en la vida, y quizás también han nacido con unos genes muy particulares, de forma que no son personas totalmente normales. Porque este tipo de reacciones son muy absurdas, no hay necesidad alguna de llamarme a Mí para decirme que tal persona es así o asá y que me haga cargo de ello. Esto es interferir en los asuntos de los demás cuando no tenéis autoridad ninguna, cuando además no tenéis nada que ver con esa persona.

Podría daros muchos ejemplos más de estos condicionamientos que se generan en la mente humana. Sin embargo, con la realización, desaparecen. Son condicionamientos extraños, no sé de dónde los sacan, quizás es una cosa del país, de la familia o de los genes. Pero todo desaparece con Sahaja Yoga; incluso los genes cambian. Cuando os convertís en el Espíritu, toda cambia. Os convertís en una persona que sabe lo que es el gozo, que disfruta de este gozo, disfruta de la vida, y da gozo a los demás. Os convertís en una persona que hace felices a los demás, constantemente pensáis en cómo dar alegría a otros. Todo esto ocurre espontáneamente, a pesar de que hayáis recibido la misma educación que muchos otros; y con la realización vuestros condicionamientos desaparecen, os convertís en una persona sabia y llena de gozo.

Quizás habéis conseguido algo y no sois conscientes de ello. Ningún grupo podría haber disfrutado como vosotros en un campamento como este. Es increíble ver cómo disfrutáis de la compañía de otros. Y esto es sólo posible porque vuestro corazón está lleno del gozo que os proporciona el Espíritu que brilla en vuestro interior. Podéis observaros y ver por vosotros mismos si lo que estoy diciendo es verdad o no.

Por supuesto, todavía sigue habiendo gente que se cree muy especial y se hospedan en algún hotel, o en alguna habitación previamente reservada. Pero no están disfrutando; aún se creen especiales, por lo que deben buscar también un sitio especial para hospedarse. Es sorprendente, pero incluso algunos indios, cuando vienen a Cabella, quieren quedarse en algún hotel. Puede que en su propia casa sólo dispongan de un baño para toda la familia, pero cuando vienen a Cabella, quieren una habitación con baño incluido, con esto y aquello… Y son jóvenes; es increíble. Quizás esto les pasa porque nunca han visto un buen hotel, o porque siempre han vivido en muy malas condiciones. Pero un sahaja yogui, puede vivir y dormir en cualquier parte. Lo único imprescindible para él es que su Espíritu esté con él para hacerle feliz. Nada más. Esto es lo único que realmente os hace felices. El resto de ideas que tienen los seres humanos, sólo han creado problemas y más problemas.

Como sabéis, es muy común pensar que si uno pertenece a otra religión, entonces es un hombre malo. Si queréis saber algo de los cristianos, id a preguntárselo a los judíos. Si queréis saber algo de los judíos, id a preguntárselo a los musulmanes. Si queréis saber algo de los musulmanes, id a preguntárselo a los hindúes. Os sorprenderá ver cómo hablan de los demás. Como si todos los demás fueran horribles, y ellos los mejores. Esta actitud, en Sahaja Yoga, cambia completamente. Olvidáis quién es quién, de qué religión procede, de qué familia viene. Todos llegáis a ser uno. Gozáis de la compañía de todos los sahaja yoguis. Vais a un campamento y sabéis que estará lleno de sahaja yoguis, eso es lo que os importa, nada más. Esta es la verdadera Meca, el Kumba Mela, o como queráis llamarlo.

El gozo colectivo del que disfrutáis, ha llegado hasta vosotros porque habéis cruzado esa barrera que os impedía ver la verdad. Y la verdad, como ayer os dije, es que sois el Espíritu. Y al llegar a ser el Espíritu, sois también Gunatit, Kalatit y Dharmatit. Cuando cruzáis estas fronteras, llegáis a ser como una gota en el océano. Si la gota se encuentra fuera del océano, siempre está asustada de que el sol pueda secarla, no sabe en qué dirección moverse. Pero una vez entra en el océano, simplemente fluye, se mueve y goza, porque no está sola, se mueve con las olas de ese magnífico océano de gozo.

Esto es lo que vosotros habéis conseguido y de lo que sois conscientes, lo sabéis; pero al mismo tiempo, no lo tenéis presente, porque sois el Espíritu. Deberíais estar alerta y observaros a vosotros mismos; veréis lo mucho que habéis cambiado, os sorprenderéis. Veréis lo sencillos, sabios y sensatos que habéis llegado a ser.

Muchos de los problemas de occidente surgen sólo porque la gente es muy estúpida. Porque incluso un hombre mayor de 80 años, querría casarse con una chica de 20 años. Y ni siquiera sabe por qué. Es porque no acepta su edad, no acepta el hecho de que es un hombre mayor y que debería comportarse como tal. Quiere casarse con una chica que podría ser hasta su nieta. Esto es muy común en occidente. Cualquier hombre mayor ve una chica joven y piensa que debería casarse con ella. Puede que estén a punto de entrar en la tumba, pero no importa, quieren tener una mujer así. Este es el problema de occidente. ¿Cómo les vienen estas ideas a la cabeza? Les vienen porque no comprenden que son mayores. Hay que sentirse orgulloso de ser mayor. Cuando Yo tenía cinco años, jamás imaginé que hoy habría tanta gente aquí para felicitarme por mi cumpleaños. Ni siquiera vino tanta gente cuando cumplí los 50. Y ahora que cumplo 75, ved la cantidad de gente que ha venido. Cuando se es mayor, uno debe sentirse orgulloso de su edad, siempre que haya vivido con sabiduría. Ahora, si ha malgastado su vida de forma absurda, entonces no se puede evitar, la gente se reirá de una persona así; aunque después ellos harán lo mismo. Es una costumbre ya, en occidente, casarse una y otra vez, con los correspondientes divorcios.

En India esta cuestión funciona totalmente al revés. De hecho, no muestran mucho respeto por las mujeres; se supone que deberían haberlo tenido y que incluso deberían haber situado a la mujer al nivel de Sati (esposa de Shiva). Pero, no tienen ningún respeto hacia ellas, muy al margen de cómo sea cada una en particular. No sé de donde habrán sacado el que deben comportarse así. Algunos dicen que de los escritos de un poeta, que decían que la mujer debería ser apedreada. Creo que más valdría apedrearle a él, ¿quién es este poeta? Él nació de una mujer y, sin embargo, es capaz de escribir algo así.

Como veis, nos gusta aferrarnos a las cosas erróneas, absurdas. Esto ocurre porque no tenemos sabiduría. Una persona sabia, acepta únicamente aquello que es sensato. No aceptará cualquier cosa absurda. Por ejemplo, no paráis de leer libros, uno tras otro; ¿a qué os conduce? ¿Dónde vais a acabar? Hay libros que no os hace ningún bien el que los leáis, pero como os gusta leer, no paráis. Esta ausencia de sabiduría hace que no tengáis discriminación. Justificáis todo lo que hacéis diciendo que no tiene nada de malo. Y esto no es que sea ego, sino estupidez, una falta total de entendimiento. “Todo lo que hago está bien. Cualquier actitud que decida tener, está bien. ¿Cómo se atreve nadie a decirme que estoy equivocado?”. Y, a pesar de que la gente se ría de una persona así, a pesar de que esta persona sufra mucho, jamás admitirá que ha hecho algo equivocado.

Por tanto, cuando llegáis a estar más allá del Dharma (dharmatit), lo que ocurre es que el Dharma pasa a formar parte de vuestro ser. No hacéis cosas erróneas, que estén mal, y no porque alguien os lo diga, o porque cumplís con alguna norma u obligación, simplemente no os gusta hacer cosas malas. No os gusta decir cosas irrespetuosas, que no ayudan a nadie, que no son nada amorosas. Esta es una de las cualidades que distingue a un sahaja yogui; él es el Espíritu. Y no tiene que decírselo a nadie, es algo obvio, todo el mundo puede verlo. Cuanto más profundizáis en vuestro interior, más os dais cuenta de la belleza con la que se os ha creado, descubrís sentimientos cada vez más hermosos. Con todo esto, podéis superar fácilmente el ego de los demás.

Os contaré una visita que hice a un santo en la India. Los sahaja yoguis me decían, “pero Madre, no vayas a ver a estos Gurus, etc., etc.”, les contesté “venid conmigo, hay que subir una colina muy alta. Pero desde aquí ya se sienten las vibraciones “. Lo primero que debéis observar siempre son las vibraciones, y en este caso eran muy fuertes. Fuimos hasta allí, subimos la colina; se suponía que este hombre tenía poderes para controlar los elementos, y empezó a llover con mucha fuerza, me empapé por completo. Cuando llegamos arriba, vimos a este hombre sentado sobre una piedra un poco enojado. Yo entré directamente en su cueva y me senté, él vino enseguida y me dijo “Madre, ¿por qué no me has dejado detener la lluvia? ¿Para poner a prueba mi ego?”. “No, no, no veo tu ego por ninguna parte. El problema es otro: tú eres un sanyasi, y sé que me has comprado un sari, pero no lo puedo aceptar por el hecho de que eres un asceta, por eso tenía que empaparme, para poder ponerme el sari que me compraste”. Todo su temperamento se derritió en unos segundos, se transformó en una persona muy distinta.

Por tanto, con sabiduría uno puede tratar con personas muy distintas. Podéis decir cosas que derritan su ego. También se transforman sus condicionamientos. Ven en vosotros cómo se expresa el Espíritu. Por eso muchos santos, a pesar de haber sido torturados, también han sido venerados, respetados y amados. Los santos de tiempos pasados eran gente extraordinaria, aunque demasiado estrictos con la disciplina de sus discípulos, porque éstos no eran almas realizadas. Sus Gurus pensaban que si no eran estrictos con ellos, nunca ascenderían, nunca llegarían a ser algo especial. Y los que eran auténticos buscadores de la verdad, lo aceptaban todo “si nos pides que ayunemos, lo haremos, si nos pides que nos mantengamos sobre una sola pierna, lo haremos. Cumpliremos con todo lo que desees, en este punto no habrá ningún problema”.

Pero en Sahaja Yoga tenemos un estilo distinto. Y la razón es que sois almas realizadas, tenéis el Espíritu, y él os da luz para ver, con lo que podéis disciplinaros vosotros mismos. Yo no tengo que deciros nada. Ya sabéis que mucha gente ha dejado las drogas de la noche a la mañana, y Yo no les he dicho nada, de hecho, Yo nunca he hablado de las drogas. ¿Cómo lo consiguieron? Gracias a la luz, la misma luz que tenéis vosotros ahora. Con ella llegáis a ser completamente independientes, libres. Es imposible que hagáis cosas malas. Supongamos que hay mucha luz, y de repente se produce una gran explosión. Yo jamás correría hacia la explosión, y vosotros tampoco, porque tenéis ojos para ver. La luz del Espíritu es el guía más especial que podríais tener, y gracias al cual podéis alcanzar el estado de Gunatit, kalatit y Dharmatit.

Dejáis de ser esclavos de vuestro reloj, del tiempo, de las gunas. Ya no os interesa ver si estáis más en el lado derecho o en el izquierdo. Simplemente sois un sahaja yogui y como tal, estáis más allá de estas cosas. Sois Gunatit, Dharmatit porque el dharma pasa a formar parte de vuestro ser. No es necesario que cumpláis normas o reglas fijas. He visto que en algunos ashrams, la gente es muy estricta. Esto no debería ser así. Os lo he dicho muchas veces, nada de ser estrictos. Si alguien no se levanta a las cuatro, no importa. Dejad que se levante a las diez. Después de un tiempo, acabará levantándose por sí mismo a las cuatro. No intentéis disciplinar demasiado. A los niños tampoco habría que disciplinarles mucho. Si son almas realizadas, de por sí ya son muy buenos y muy encantadores. Y si no lo son, dadles la realización. Si os dais cuenta de que los que no son realizados cometen errores porque viven en la oscuridad, vuestra actitud hacia ellos cambiará completamente. Seréis pacientes con ellos, amables y amorosos. Sabréis que si una persona no tiene la realización, significa que no tiene ojos para ver, que está ciega, tampoco puede oír o sentir la realidad.

Por tanto, dejad que la gente sienta primero la realidad. ¿De qué sirve que les deis una conferencia con el fin de disciplinarles? Seguirán cometiendo los mismos errores y causando problemas a ellos mismos o a los demás.

Lo que vosotros habéis alcanzado con vuestro despertar es este estado, es decir, habéis conseguido estar más allá de todo esto. Desarrolláis una personalidad muy compasiva y que aporta mucho gozo a los demás. Podría daros miles de ejemplos de cómo en Sahaja Yoga se ha expresado este amor y afecto de las personas. No sólo hacia Mí, sino hacia todo el mundo. Podría comprender que fuera sólo hacia Mí. Pero no se puede entender fácilmente por ejemplo, que muchos sahaja yoguis hayan decidido ir a Israel, a Rusia sólo para ayudar. Yo nunca les dije nada; sintieron en su interior que tenían que ir, que tenían que hacer este trabajo para ayudar a la gente a salir de su ignorancia.

Hoy celebramos mi 75 cumpleaños. Habéis decorado todo con muchísimos globos; que llenan de color y de alegría este lugar, y expresan el amor que sentís por Mí. Veo vuestro amor en cada detalle. Con toda esta decoración demostráis lo amorosos que son mis niños. Yo no he hecho nada por vosotros, no sé qué es lo que os hace sentir tanta gratitud. Todavía estoy esperando averiguar qué os he dado yo. No he hecho nada por vosotros y a pesar de ello queréis expresar vuestro amor por Mí, es admirable. Lo único es que habéis conseguido es la luz de vuestro Espíritu, y quizás con ella podáis ver en Mí algo diferente. Pero la manera en la que mostráis vuestra gratitud me conmueve realmente. El otro día uno de los presentadores dijo que normalmente uno da todo por sentado con su propia madre; y es verdad, así debe ser conmigo, debéis saber que me tenéis con toda seguridad. Con vuestro sentimiento de agradecimiento, expresáis toda la inocencia de los niños, sentís gran entusiasmo y no comprendéis, que esto la gente no lo hace normalmente, en ninguna parte. Las personas no se detienen fácilmente a expresar con inocencia su amor. Esto es algo muy nuevo, este amor, esta paz, este gozo…, en un lugar tan apartado como este. No es nada fácil comprender cómo os ha sido posible todo esto, cómo lo habéis hecho.

Para la gente normal y corriente, no es fácil entender todo esto, se preguntan “¡cómo consiguen vivir así, con tanta alegría!”. En vuestras casas contáis con todo tipo de comodidades, pero aquí no. Y ya lo he visto muchas veces, podéis vivir en cualquier parte, mientras haya sahaja yoguis alrededor, lo demás no os importa. Y esta manera de gozar unos de los otros, sin expectativas, sin críticas, sin cotilleos, incluso bromeando acerca de vosotros mismos, gastandoos bromas…, es tan hermoso, y demuestra una gran amistad. Y no importa lo más mínimo si uno es de India, Inglaterra, América o cualquier otro sitio. Sentís una gran unidad, hay un entendimiento común. Como las olas del mar, una surge detrás de otra, de un modo continuo, eterno.

Esto es lo que debemos conseguir, y también para los demás Y para ello debéis recordar que vosotros tenéis la luz, los demás no. Por tanto, debéis ser muy considerados, tolerantes y comprensivos con todos sus problemas. Escuchadles, quizás os cuenten que su negocio no va bien, o que su esposa es muy difícil, o que su hijo no tiene trabajo…, os contarán cualquier cosa, pero escuchadles porque para ellos es importante. Y poco a poco veréis cómo se tranquilizan, porque vosotros estáis emitiendo amor, gozo, seguridad. A través de vuestro despertar espiritual, tenéis todos esos poderes. Sólo por el hecho de estar presentes, podéis generar un clima de paz y alegría en un lugar determinado. Por tanto, no perdáis vuestra seguridad, tened confianza.

También, vuestra sabiduría a la hora de entender a la gente, hará que otras personas se sientan convencidas de lo que hacéis; verán que no os enfadáis, que no tenéis ansiedad por nada, verán que sois personas muy equilibradas. Y no es algo que debáis practicar para llegar a conseguirlo, es algo que ya tenéis en vuestro interior y deberíais sentiros muy orgullosos de ello. No deberíais pensar que aún está por lograr todo esto, pues insisto que ya lo tenéis. Lo único que tenéis que hacer es observaros a la luz del Espíritu. Es algo muy sencillo y que funciona.

No es fácil que los demás os entiendan. Sin embargo, a vosotros sí os debería resultar fácil comprenderlos a ellos, porque antes de vuestra realización, erais como ellos. Ahora ellos os ven a vosotros y llegarán a ser como vosotros. Es curioso, pero Yo comencé Sahaja Yoga con una sola mujer, y ved ahora cuántos somos. Y, ¿qué he hecho Yo? Nada, no he hecho nada. Aunque vosotros sentís mucha gratitud.

Así que, es importante que recordéis esto que os he dicho, que debéis ser conscientes de vuestro ser, de vuestro Espíritu. Sois el Espíritu y por ello estáis más allá de todas estas cosas. Cuando comprobéis esto por vosotros mismos, os sorprenderéis al ver vuestra gran personalidad.

(Comienza la charla en Hindi).