Matrimonios, El día después de Shri Ganesha Puja

Campus, Cabella Ligure (Italy)

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Matrimonios, el día después de Shri Ganesha Puja

Cabella, Italia 23-9-2001

Charla a las novias:

Os vais a casar. Simplemente voy a… [Se ajusta el micrófono]… y con una profunda comprensión.

Es muy importante entender vuestro papel en Sahaja Yoga como mujeres casadas. Hemos tenido algunos casos raros de mujeres que se han casado porque lo deseaban, pero luego han conseguido que el matrimonio no funcione. Me han causado tantos problemas que no entiendo por qué, antes de casarse, no ven lo que tienen que hacer.

Tenéis que lograr que vuestro matrimonio funcione en Sahaja Yoga. No es un matrimonio corriente. Para ello, no se trata de sacrificarse sino de una comprensión gozosa. Quizá tengáis que soportar muchos problemas. Quizá algunos hombres no tengan mucho dinero. Puede ser que vuestro marido, aunque sea una buena persona, no cuide de vosotras a nivel económico, no os dé dinero o sea muy dominante, es posible. Todo es posible. También vosotras podéis ser así.

En Sahaja Yoga os hemos seleccionado para que os caséis y creemos que formaréis unos matrimonios muy, muy felices.

De alguna manera, la responsabilidad del matrimonio recae más sobre la mujer; el matrimonio es responsabilidad suya y tiene que lograr que sea un matrimonio feliz. Si alguna de vosotras no quiere casarse con determinada persona, podéis decir que no. Pero si os casáis, por favor, pensad como una sahaja yoguini que se va a casar. Es responsabilidad vuestra que Sahaja Yoga tenga buena reputación. No hemos organizado vuestras bodas para que sean un acto social, no, sino porque sois sahaja yoguinis, porque sois mujeres sensatas y porque traeréis mucha gloria a Sahaja Yoga.

Debo decir que hasta ahora el noventa y nueve por ciento de los matrimonios han funcionado, el noventa y nueve por ciento. Vuestro grupo es nuevo y tengo que ver qué tal funciona.

Si tenéis ideas en la cabeza o modelos, olvidadlos. Tenemos que vivir en la realidad. Tenemos que ver cuál es la realidad, no nuestras ideas imaginarias. Por tanto, nada debería sorprenderos, ni a vuestro marido tampoco. Pero supongamos que hay algo que a él le resulta extraño, entonces sois vosotras las que debéis mostrar comprensión. La capacidad de comprensión debe estar en vosotras, no esperéis eso de los hombres.

Los hombres tienen la responsabilidad de ganar dinero. Tienen otras responsabilidades, pero las mujeres tienen la responsabilidad de comprender, repito, comprender al marido, la vida familiar y todo lo que esta conlleva.

Es el espíritu de comprensión de la mujer lo que hace que una familia sea muy buena. Es la mujer quien hace todo lo necesario para suavizar las relaciones familiares. Comprende al marido y, con esta comprensión, también le ayuda. Una vez que el marido se convence de que sois sensatas, de que os ocupáis de Sahaja Yoga, de que tenéis dignidad, todos vuestros problemas se solucionan. Es muy importante tener una comprensión muy, muy, profunda de vuestra responsabilidad. Y estoy segura de que todas tendréis éxito porque todos sois sahaja yoguis.

Nunca hay que dominar; no hay necesidad de dominar. Si sois inteligentes, podéis mostrar a vuestro marido los errores o los malentendidos. Pero para ello, tenéis que tener una cualidad femenina especial, diría yo, una comprensión femenina especial. Os daré un ejemplo de mi vida. Hay muchos, pero puedo daros este: Una vez vino a verme un señor de la oficina de mi marido. Dijo: “Lo siento, cometí un error al marcharme de esta organización para trabajar en otra. Pero ahora siento que no puedo ser feliz en el otro sitio y quiero volver”. Mi marido le dijo: “Aquí no hay sitio para ti. No es correcto. No está bien. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué te fuiste a trabajar a otro sitio?” Él dijo: “Señor, pero ahora quiero volver. Se lo suplico”, le rogaba todos los días. Pero cuando a los hombres se les mete algo en la cabeza no cambian inmediatamente. Así que el señor vino a mí y me dijo: “Quiero volver a trabajar en la organización”. Yo conozco muy bien a mi marido, así que le dije: “De acuerdo, a ver qué puedo hacer”. Cuando volvió mi marido, le dije: “¿Por qué no admites de nuevo a este hombre?” “Vaya, así que ahora ha acudido a Ti, ¿verdad? Siempre sabe a dónde es mejor acudir”. “¡No!”, le dije yo. “Quizá piensa que soy más generosa que tú”. (Eso fue demasiado desafiante). “Por eso ha acudido a mí. Deberías ser generoso”. Entonces le admitió. Y debo decir que este hombre ayudó mucho a mi marido durante toda su vida.

De eso se trata, hay una forma especial de hacer las cosas. Tenéis que aprenderla, dominar esa técnica, para hacer cosas buenas sin herir a nadie, sin decir nada duro, sin ser maleducado con nadie. Esa es la habilidad que tenéis que desarrollar. Es algo especial que tenéis que aprender y se acabarán todos los conflictos, ¿de acuerdo?

Que Dios os bendiga.
Os bendigo a todas desde mi Corazón.

Charla a los novios:

Ya he hablado con las novias y les he hecho comprender cuál es su deber y lo que este conlleva. Concretamente les he dicho que los hombres son un poco… están siempre nerviosos. Así que tenéis que ser más sensatos y ellas también lo serán, estoy segura; todas parecían chicas muy sensatas. Aun así, debéis saber que os casáis en Sahaja Yoga no simplemente por casaros, sino para que vuestro matrimonio sea sahaja. Es muy importante, muy importante, que demostréis que vuestro matrimonio es feliz.

Por supuesto, la responsabilidad del cuidado de la casa y de los niños es de las mujeres; y digamos que estoy de acuerdo en que  las novias hagan ese trabajo. Pero vuestra responsabilidad es cuidar de ellas y que nunca estén desatendidas; porque soléis justificaros con que estáis ocupados. Tenéis que dedicarle cierto tiempo a vuestra esposa. No debéis ser negligentes. Esto es lo primero. Por ejemplo, cuando volvéis del trabajo, sé que estáis cansados, pero interesaos por lo que está haciendo. Preguntadle. Si está ocupada, intentad ayudarle. Creo que lo más importante para un hombre es cómo demuestra su amor. Si no, daréis vuestro matrimonio por sentado y las cosas no son así. Así que al llegar a casa, lo primero de todo es hablarle con cariño, preguntarle qué ha estado haciendo, si necesita algo, etc.

En Sahaja Yoga tenemos la costumbre, o más bien la norma, de que la esposa debe guardar todo el dinero que ganáis; que no debéis gastar nada sin preguntarle y que ella tampoco puede gastar nada sin preguntaros. El dinero es un gran problema. Si necesitáis dinero, tenéis todo el derecho de tenerlo. Es una propiedad común. Pero la esposa debe saber cuánto dinero hay y no puede gastarlo sin preguntaros ni vosotros podéis gastarlo sin preguntarle a ella.

Esto debe basarse en una comprensión mutua. Debéis entender perfectamente todo lo relativo al amor, al amor que estáis expresando. Está mal dudar de ella. Tampoco debéis pensar: “Todo esto es mío, ¿quién es ella para pedir?” No me gusta que las mujeres trabajen, pero si tienen que trabajar que lo hagan. Pero ya les he dicho que tienen que tener cuidado y, en primer lugar, ser amas de casa. No queremos solo “matrimonios”, queremos sahaja yoguis que se casen, que tengan niños hermosos y formen bellas familias. Queremos construir familias hermosas.

Por eso, dominar a la esposa o al marido es una idea equivocada. Si lográis enamoraros el uno del otro, será algo celestial. La gente se pelea por cosas muy pequeñas como, por ejemplo: la ropa, la comida, esto y lo otro. Pero cuando amáis a la otra persona, vuestra vida se vuelve muy bella. Todas estas cosas insignificantes no sirven para nada.

No las juzguéis. No seáis dominantes. Si os piden consejo, está bien. Pero si les decís todo el tiempo: “Haz esto, haz lo otro”, entonces os volvéis aburridos. Intentad no convertir vuestra vida ni la suya en algo aburrido, porque hay muchas formas de disfrutar de la vida. Podéis hacerlo sencillamente sentándoos juntos, charlando juntos… Pero si no comprendéis ese arte, podéis tener problemas, tanto vosotros como ellas.

Si ella presenta un problema serio entonces, por supuesto, se cancelará el matrimonio. Veremos de qué se trata. Pero normalmente, intentad comprender que, aunque ella trabaje en la casa, es igual de importante o incluso más importante que vosotros. Si miráis el matrimonio desde ese punto de vista, como la unión de dos almas que representan el lado izquierdo y el derecho, entonces debería haber una perfecta comprensión. Creo que en los matrimonios no se comprende muy bien el aspecto emocional. Si ella se siente triste o llora, lo mejor son unas palabras de amor: mostrar vuestro amor por la otra persona es lo más grande. No hay nada mejor que amar a otra persona.

Aquí no os casáis para experimentar un matrimonio corriente, sino para disfrutar del amor. Amar es una gran bendición, es algo divino. Si podéis hacerlo, no veréis ningún fallo. Encontraréis la forma de gozar de vuestro matrimonio.

Os he llamado aquí para deciros que tenéis que disfrutar de vuestro matrimonio. Pero para eso debéis recordar algo. No podéis hacerlo solos, no podéis. Ella es vuestra compañera, vuestra amiga, lo es todo para vosotros. Disfrutad de esa sensación. Algunas personas son demasiado románticas y otras no lo son en absoluto. No hay necesidad de ir a ningún extremo más bien, como sahaja yoguis, deberíais apreciar las cualidades de vuestra esposa y de un matrimonio sahaja.

Lo mejor es confiar el uno en el otro, no dudar. Otro problema que tienen muchos matrimonios es que empiezan a dudar y se separan. Por tanto, no hay nada de qué dudar, nada que temer de la vida matrimonial. Estáis entrando en algo bello. Compartir vuestra vida con otra persona es un hermoso paso en vuestra evolución. Pero hay mucha gente que fracasa. ¿Por qué? Porque piensan que son hombres y que ellas son mujeres. Pero se puede unir a ambos de forma muy bonita y pueden vivir juntos muy felizmente.

He visto a maridos muy buenos, que trabajan mucho y que no tienen tiempo para sus mujeres, así que las llaman por teléfono con frecuencia. Les preguntan qué tal están. Os pondré el ejemplo de Lal Bahadur Shastri. Le tenía mucho cariño a su mujer. Era una mujer sencilla, sin estudios, de una familia muy normal. En una ocasión, estuve en su casa y sobre las diez de la mañana, le envió una carta que decía: “Como de costumbre, me he levantado muy temprano. Me he bañado y todavía estabas dormida, así que no he querido molestarte. Como ayer no pudiste dormir, no he querido despertarte. Lo siento mucho, pero todavía no he tomado té. ¿Puedo ir a tomarlo contigo?” Éramos muy buenos amigos. Mirad qué conmovedor. Él llegó y, cuando lo vi, me sorprendí mucho. Nada menos que el Primer Ministro de la India y ved lo mucho que se preocupaba por su mujer. Vino a casa a tomar el té con ella. Yo me alejé pensando: “No quiero interferir”.

¿Veis? Todas estas cosas tan dulces ayudan mucho; y aunque el Sr. Shastri era un hombre muy ocupado, siempre pensaba en ella y en su familia. Cuando estuve allí, me sorprendió que le dijera a sus hijas: “Cuidad vosotras de vuestros hijos. Mi esposa no va a ser una criada. No voy a hacer de ella una niñera. ¡Tened cuidado!” Con cuánto respeto se la trataba, en comparación con los niños. Así debería ser. Así es cómo se aprende a vivir con otra persona. Si siempre estáis pensando en vosotros mismos, en cuántas comodidades tenéis, en que la comida no es buena, etc., entonces no estáis viviendo como sahaja yoguis.

Un sahaja yogui vive para los demás, no para sí mismo, empezando por su propia esposa. Por supuesto, si tenéis cualquier problema, se puede buscar una solución. Podéis escribirme una carta, podemos descubrir qué pasa. Pero lo primero que tenéis que hacer es tener equilibrio emocional. Esto hay que comprenderlo. Si vuestra esposa no es feliz, deberíais preguntarle: “¿Por qué? ¿Qué te ocurre?” Poneos siempre de su lado. Siempre, ya se trate de vuestra madre, de vuestro padre o de quien sea, estad siempre de su parte y, después, decidle qué es lo correcto. Pero si os oponéis a ella no lo entenderá. Por el contrario, poneos de su parte y decid a todos que vais a averiguar qué ha pasado.

Entonces consolidad su amor propio. Haced que sienta que nadie la puede insultar. Siempre que alguien insulte a vuestra esposa, debéis defenderla. Más tarde, podéis aclarar las cosas. Nadie debe atreverse a decir nada a vuestra esposa ni a hacerle nada, tenéis que apoyarla constantemente porque, después de todo, ella es una sahaja yoguini. Más tarde, podéis hablar con ella y averiguar qué es lo que pasa. Podéis llevarla a vuestra habitación y preguntarle: “¿Cuál es el problema? ¿Qué ha pasado?”

Pero delante de otras personas no deberíais gritarle ni corregirla. Es más, un marido no debería gritar nunca a su esposa. No entiendo por qué los maridos tienen que gritar. Es de muy mala educación. Todos sois sahaja yoguis y habéis sido educados por mí. Yo soy vuestra Madre. Por favor, nunca gritéis a vuestras esposas, nunca mostréis vuestra ira. Sencillamente, hay muchas cosas que se pueden arreglar con amor. Igual que me amáis a mí así os amo yo y, si pasa algo con vosotros, nunca os gritaré, nunca. Lo que haré será orientaros con mucho amor.

Tenéis un gran poder de amor y compasión. Si no podéis amar a vuestra esposa, ¿a quién vais a amar? Debéis amarla más que a vuestros hijos, más que a ninguna otra persona. Compartid vuestro amor y os sorprenderéis.

También he observado que los sahaja yoguis se enfadan con sus esposas por cosas muy pequeñas. Por ejemplo, por supuesto que yo soy vuestra Madre, pero si vuestra esposa comete un error en el puja, intentad comprender que a mí no me molesta. Más tarde podéis explicarle que ha sido un error y que no debería haberlo hecho, puesto que se trata de vuestra Madre. Ellas lo entenderán. Pero si empezáis a gritar, ellas se alejarán.

Si les habláis así, toda su vida cambiará. Sed amables con ellas. Sed corteses. Sed muy amables, es necesario. He visto que, especialmente en Occidente, a los hombres no se les enseña cómo relacionarse con sus esposas. No se hacen preparativos al respecto. En India sí los hacemos. Cuando alguien se encuentra por primera vez con su marido o con su esposa, se organiza una gran ceremonia en la que todo se lleva a cabo con mucha cortesía.

Por tanto, aunque la relación está ahí, tenéis que consolidarla. Debéis moveros lentamente, amablemente, con simplicidad, no saltando bruscamente sobre vuestra esposa. De verdad, no es lo correcto. Solo se han dado tres o cuatro casos de este tipo, no son muchos para tantos años de matrimonios sahaja. Pero aun así, tenéis que relacionaros con ella con amabilidad, habladle con dulzura. Habladle de tal forma que sienta que sois su marido y que ella es vuestra esposa. Es todo un arte.

Tenéis que mostrarle al mundo que vuestro matrimonio es muy feliz gracias a Sahaja Yoga. No le hagáis caso a vuestra madre. No le hagáis caso a nadie. Primero escuchadla a ella, y averiguad cuál es el problema. De lo contrario, el matrimonio fracasará. Una vez que estáis casados, no deberías mostrar interés por ninguna otra mujer, ningún interés en absoluto. Primero está vuestra esposa y esto descarta cualquier interés innecesario en otras mujeres. No hay ninguna necesidad. Ya tenéis a vuestra esposa. ¿Por qué habría de interesaros cualquier otra mujer?

A pesar de todo esto, si son problemáticas, hacédmelo saber. Estoy aquí para saberlo. Pero no os desesperéis. Todo puede ser mejorado, podemos corregirlas. Si no sois sensatos, habrá problemas.

Debo decir que, en comparación con los indios, los maridos occidentales sois mejores, sin duda. Pero a veces, algunos maridos, como en India, creo que… (Shri Mataji le pregunta a alguien que está cerca: “¿Hay algún inglés aquí? … Quiero decir para casarse”).

He observado que los hombres en Inglaterra son muy dóciles debido a las leyes. Las leyes son muy raras y por eso ellos están en el lado izquierdo. Son dóciles y, no solo eso, consienten demasiado a sus esposas, a causa de las leyes de allí. Pero ahora estamos celebrando matrimonios internacionales y además estamos en Italia, donde las leyes no están tan mal. Pero en cualquier caso, debéis recordar que todo lo que estáis haciendo es de acuerdo a las Leyes Divinas. Debéis obedecer las Leyes Divinas y así es como lograréis que vuestros matrimonios sean muy felices.

Espero con emoción que todos seáis muy felices con estos matrimonios, que sean muy especiales, algo excepcional, que tengáis las bendiciones del Divino y que gocéis de vuestro amor.

Que Dios os bendiga.