Puja de Pascuas, “El Perdón”

Temple of All Faiths, Hampstead (England)

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Puja de Pascuas, “El Perdón”,Temple of All Faiths, Hampstead (Inglaterra) 22-04-1984

Hoy estamos celebrando la resurrección de Cristo. Con ello también tenemos que celebrar la resurrección de los seres humanos, de los sahaja yoguis que han resucitado como almas realizadas. Tenemos que entender que entramos en una nueva consciencia. Cristo no necesitó entrar en ninguna nueva consciencia. Tuvo que venir de nuevo para mostrar a este mundo que vosotros sois la vida eterna, que lleváis una vida espiritual que nunca perece. Tenéis que ascender a ese nuevo reino que es el reino de Dios Todopoderoso, que vosotros llamáis el Reino de Dios. Él se lo dijo muy claramente a Nicodemo: “Tenéis que nacer otra vez”, y cuando este le preguntó: “¿Tengo que volver de nuevo al vientre de mi madre para nacer otra vez?” Él lo dijo tan claramente. Está muy claro. Aquellos que no quieran ver pueden seguir ciegos pero Él lo dijo muy, muy claramente “No, eso quiere decir que cualquier cosa que nace de la carne es carne, pero cualquier cosa que nace del Espíritu es el Espíritu”. Nada podría estar más claro que eso: se tiene que nacer del Espíritu.

Desde luego los seres humanos tienen una especial capacidad para retorcer todo. Para ellos el Espíritu podría ser un libro, algunas palabras, alguna organización, una iglesia o cualquier cosa de estas que ellos hayan hecho. Pero cualquier cosa que está hecha por el hombre no es el Espíritu. Esta es la afirmación clara de Cristo que la gente quería evitar, y así comenzar sus propias organizaciones, sus propias ideas. Y crearon muchas cosas míticas en su nombre. Ha llegado el tiempo de acabar con todo eso. Es algo que ha estado en marcha durante miles de años, que ha capturado a mucha gente inocente que todavía sigue en ello. Pero cuando resucitáis y llegáis a ser almas realizadas, tenéis que entender que ahora vuestro movimiento es interior, os estáis moviendo hacia vuestras raíces y no hacia afuera. Por tanto, cualquiera que fuera el esfuerzo antes de la realización, este tiene que cambiar; hay que cambiar la dirección. Y este es un punto que la mayoría de las veces se nos escapa.

Esto es lo que hoy os estoy intentando explicar. Hasta ahora para la mente humana la diversión era importante; diversión para la mente, no para el Espíritu. La diversión para el Espíritu es absolutamente opuesta a la diversión para la mente. Como el otro día, que alguien me llamó y me dijo: “Madre, en Sahaja Yoga no hay excitación”. La excitación es demasiado. Nosotros vamos contra eso. Estamos yendo hacia la paz y no hacia la excitación ni hacia ese tipo de descargas eléctricas que requerimos constantemente. Observad a un borracho; está bien por la mañana, pero por la noche estalla, necesita una descarga, algún tipo de inyección en su cuerpo. Todas las iniciativas humanas han sido así; están para excitar vuestro cuerpo, porque si tratáis con lo muerto, tenéis que excitarlo. Pero algo que está vivo, que es eterno, tenéis que disfrutarlo y no excitarlo.

Así, la dirección tiene que ser una yuxtaposición, y eso es lo que muchos sahaja yoguis no consiguen entender. La cuestión es: ¿Cómo hacerlo? “¿Cómo hacer para que nuestra atención se mueva hacia dentro en lugar de hacia afuera?” Si comenzáis desde el momento en que volvéis a nacer es mucho más fácil, porque es una nueva aventura en la que entráis, y es la paz; la paz de vuestro Espíritu, el gozo de vuestro Espíritu, que es permanente. No necesitáis ninguna explicación de ello. Es permanente, es eterno. Así pues, lo primero que viene a nuestra mente es que cualquier cosa que estuviéramos haciendo antes de la realización no la debemos hacer ahora. Lo primero y más importante es que la Realización llega a vosotros sin ningún esfuerzo. Por tanto, el esfuerzo que se construye en vuestro cuerpo constantemente, la energía del esfuerzo “debo hacer esto, debo hacer aquello, tengo que hacer esto y aquello” crea tensión, ya os lo he dicho otras veces. Entonces, ¿qué hacemos?

intentamos no competir con otros, no fijar un tiempo determinado, ni citas ni relojes. Tampoco ponemos nuestra atención en ninguna empresa que nos haga esforzarnos, sino que relajamos esa actitud del esfuerzo. En sánscrito se llama “Prayatna Shaithilia”. Para una mente occidental, es muy difícil asimilar la idea, así que intentad entenderlo. Eso no quiere decir letargo. No deberíais confundir nunca con lo muerto la energía de lo viviente. Ahora estamos intentando transformar nuestras energías hacia la energía del Espíritu. Por tanto debéis permitir que el Espíritu tome asiento. El esfuerzo de vuestra mente debería reducirse, y la energía del Espíritu debería trabajar a través de vosotros. Ahora bien, ¿cómo lo hacéis?

Lo primero es el desapego. Desapego. El desapego comienza con el pensamiento. Vamos a observar el pensamiento. Se conoce como “Vichara Shaithilia” a la relajación del pensamiento. Por ejemplo, algún pensamiento viene a nuestra mente, como: “hoy es el puja de Madre, venga, debemos darnos prisa. No comprasteis las flores, ahora tenéis que ir al tercer mundo para conseguirlas. Debéis conseguir eso y aquello”. Lo segundo es:”¡No!, desapegaros. Sed testigo.

Dejádselo al Espíritu. Observad, lo conseguiréis”. Muchos de vosotros ya habéis notado eso, pero todavía esta mente, que es bastante tonta, intenta imprimir en vosotros que tenéis que usar el viejo y barato instrumento de la mente. E incluso afirma “es mejor que la uses”. Y cuando comenzáis a utilizarla, viene el ego y os apegáis a él. Lo que perdéis es vuestro progreso, y así es cómo el gozo disminuye. “¿Cómo os desapegáis?” Para una persona que está totalmente desapegada es muy difícil explicar cómo despegarse, ¿verdad? Lo intentaré. Yo no puedo apegarme, ese es el problema.

Y encuentro difícil explicarlo en palabras, que son palabras humanas pero, aun así, lo intentaré explicar ahora. Digamos que al principio intenté hacer algo como lo hacen los seres humanos, solo para ver cómo funcionaba, porque tenía que experimentar. Por ejemplo, cuando tenía que ir a un puja o algo así, les solía preguntar: “¿Cual es el momento auspicioso?” Y ellos me decían: “Este es el tiempo auspicioso”; entonces otro me llamaba y me decía: “Este es el momento auspicioso”. Así que yo decía: “¿Cómo puede haber dos tiempos auspiciosos?” Este es el gran problema con los seres humanos. Decían: “Hay cinco Pachangas en la India”, es decir, cinco libros para consultar el momento auspicioso. Eso es lo que han hecho los seres humanos. Dije: “Entonces, ¿por qué consultar? Es mejor no tener cinco libros auspiciosos, ¿no?”

Entonces el momento auspicioso tiene que estar más allá del tiempo. Pero está limitado en el tiempo por el modo en que los seres humanos lo han hecho; así que está atado en el tiempo. Esto ocurre mucho en India. Aquí en el Reino Unido es diferente. Para calcular tenéis un reloj. Como veis, para superar estas dificultades los seres humanos también fabrican ciertos aparatos. Así consultáis. Ahora bien, ¿cuál es el tiempo auspicioso aquí? Supone un gran dolor de cabeza. Al igual que hay cinco libros para consultar, los relojes pueden ir mal, esto podría estar equivocado, aquello también.

Pero si sois el Espíritu, entonces el Espíritu genera auspiciosidad. Es el Espíritu el que crea auspiciosidad. E imaginaos cuánta tensión se liberaría si pensarais así. En primer lugar tenéis que ser esclavos de vuestro reloj o bien de los libros; después tenéis que ser esclavos del mercado, del lugar que tenéis que arrendar. Pero suponed que permitís al Espíritu que lo solucione. Entonces todo funcionará y alcanzaréis el punto más auspicioso. ¿Cómo lo aceptáis? Simplemente aceptándolo. Así que, si justo ahora dejáis vuestro “satta” vuestro propio dominio, entráis en el dominio de vuestro Espíritu. Abandonáis vuestro dominio es decir, el dominio de vuestro ego o de vuestro superego.

Dejad eso e intentad ver cómo funcionan las cosas. Ahora bien, ¿qué es lo que ponéis a prueba ? ¿Cómo lo ponéis a prueba? Funciona, ese es el propósito de ponerlo a prueba. Permitid que funcione. No pongáis vuestra atención. La atención tiene la segunda parte, la tensión… Y no intentéis decir: “¿por qué no hoy? Debería haber pasado hoy, esperábamos que pasara. ¿Por qué no sucede en este momento?”. Ese es vuestro ego.

“Hágase tu Voluntad”. Por tanto, el pensamiento que empieza a moverse en vuestra mente constantemente, que crea tensiones, no es el pensamiento del Espíritu. Así que deberíais decir: “este pensamiento no” (neti,neti). “Este pensamiento no”, y ved cómo os relajáis. Ahora os estáis relajando. “Este pensamiento no, este pensamiento no”. Seguid rechazando el aceptar cualquier pensamiento. Así es cómo entráis en Nirvichara. En ese estado sentís el Espíritu Cristo ha hecho el trabajo más grande sobre esto, pero no lo entendemos porque su vida pública fue muy corta, solo tres años. Tenemos que desplegarla un poco y ver lo que Él hizo.

Él nos ha dado el arma más grande, el perdón. Cuando perdonáis a una persona, ¿qué hacéis? Para empezar, aceptáis la situación. Y en segundo lugar, perdonáis lo que vosotros creéis que os han hecho mal. Pero como al Espíritu no se le puede hacer ningún mal, simplemente perdonáis, porque sois el Espíritu. Y cuando perdonáis, descubrís que vuestra tensión desaparece. Incluso con vuestro pensamientos decid: “¡Vale! Perdono este pensamiento, perdono este pensamiento” . Porque no hay que castigar al pensamiento. Perdonad este pensamiento, perdónadlo todo.

No olvidéis, sino perdonad; porque si no, incluso olvidaréis que sois el Espíritu, “yo perdono todos los pensamiento que vienen a mí”; repetidlo constantemente. Esto es un mantra. ¿Qué es un mantra? Es el poder de la palabra que expresa el Espíritu. Por tanto, es algo muy importante que Cristo nos ha dado: el arma del perdón. Todo el mundo tiene esa arma, y todo el mundo puede usarla. Para ello no tenéis que poner ningún esfuerzo. No tenéis que pagar por ello, simplemente tenéis que decir: “Yo perdono”. Os sorprenderéis de cómo vuestros nervios se apaciguan. Esta tensión, esta tensión de los tiempos modernos se reducirá si repetís constantemente “yo perdono, yo perdono”.

Así, si por ejemplo veis algo muy sucio en relación al Espíritu, aunque quizás sea muy excitante para los seres humanos normales. Nosotros no somos personas normales y si vemos algo muy feo, lo mejor para superarlo es decir:”Yo perdono, porque ellos son ignorantes, están ciegos, todavía no están donde yo estoy. Yo soy quien está en la Fuente del Gozo, en la Fuente de la Paz, mientras que ellos no, por tanto, yo perdono”. Y os sorprenderéis de que este perdón que Cristo os da genere el Vichara Saithilia, la relajación del pensamiento. Así pues, este movimiento opuesto que tenéis que realizar debería empezar ahora, en este momento, hoy, desde el perdón. ¿Qué ocurre cuando perdonáis a alguien? Que no reaccionáis. El poder de reaccionar ante las injurias y los insultos de otros. ha terminado. Y cuando este poder está acabado, os convertís en una persona muy poderosa, porque nadie puede dominaros; nadie puede mataros, nadie puede heriros, nadie puede haceros nada.

Pero os repito que no se trata de falta de modestia. La gente puede pensar que consiste en ser descarado. Así, si alguien os dice algo cruel y algo es erróneo, no lo aceptéis. Pero si Yo grito a alguien, los bhoots salen corriendo. Lo habéis visto muchas veces, tengo que gritar a la gente para que los bhoots desaparezcan, porque estos reaccionan y simplemente echan a correr mientras el Espíritu brilla. Por tanto uno tiene que entender que en Sahaja Yoga es justamente este camino central, este equilibrio, lo que es importante y no el extremo de cualquier cosa. De modo que cuando decimos que perdonéis a todos, no se trata de ir al extremo en el que, si habéis hecho algo mal y alguien os lo dice, no aceptéis la parte que os corresponde. No se trata de eso. De nuevo la discriminación es el motor de vuestro movimiento. Así que tenéis que ver: “si ellos lo dicen, si dicen eso, ¿es realmente así?

¿He hecho algo contra el Espíritu? De otro modo, si yo os digo algo a vosotros, diréis: “vale , perdonad a Madre”. ¿Veis la cuestión? “Perdonadla a ella por haber dicho eso”. ¡No! A mí no me podéis decir eso. Este es el punto en el que empezáis a pensar: “¿por qué dijo Madre eso? ¿Qué he hecho?” Pensad en esa línea y así empezáis a moveros otra vez. Es la verdad.

Tenéis que caminar por una senda muy estrecha. En un lado está la inmensa y gran roca de Gibraltar, que es vuestro ego, y en el otro lado está el superego. En medio está el pequeño camino de la discriminación, desde el cual veis ambos lados. Tanto si os golpeáis contra la roca de Gibraltar, como si caéis en el valle del superego, deberíais ver que estáis utilizando vuestra discriminación. Por tanto, otra cosa que tenéis que recordar es que cualquier cosa que estuvieseis haciendo antes de la Realización es ir a los extremos. Por ejemplo, iniciáis ahora una especie de movimiento. Digamos que decís que tendréis cosas clásicas. ¡Vale! Entonces os volvéis tan clásicos que se convierte en algo mecánico. Luego decís: “lo dejamos; comenzaremos la anticultura”.

Así que os vais al otro lado en el que os hacéis primitivos. Hasta que no llegáis al final de todo ello y aprendéis una lección de vuestra vida, no regresáis. Pero en Sahaja Yoga avanzamos por un camino muy resbaladizo. Y en él tenéis que ver que no es ni vuestro ego ni vuestro superego. La discriminación y el equilibrio se deben usar mucho en este movimiento los cuales no usamos antes de la Realización hasta que no estamos absolutamente destrozados. Pero en Sahaja Yoga, tan pronto como dejáis vuestra discriminación, caéis en un lado o en otro. Aquellos que son sahaja yoguis de alta calidad consideran primero la discriminación: “¿hasta dónde hay que llegar?” Madre no necesita decíroslo, porque vosotros sois el Espíritu. Vosotros mismos sois el Espíritu. En primer lugar, asumid vuestra posición como el Espíritu y después, movéros con ella, de manera que digáis discretamente: “¿hasta dónde hay que llegar y hasta dónde no?”

Esa es una de las cosas, que tenéis que llegar a estar sin pensamientos al haceros personas que perdonan. La mayoría de los pensamiento desaparecerán al haceros personas que perdonan. Pero hay algunas personas a las que no podéis perdonar, de la misma manera que no podéis perdonar a Dios ni a Madre. Hay cosas determinadas que no podéis hacer; por tanto , se deben observar las maryadas. Si dentro de estos límites camináis apropiadamente, seguiréis adelante. Esto es lo que os proporciona “Vichara Shaithilya”, la relajación de la mente. Después tenéis que tener, “Vishaya Shaithilya”, que quiere decir que vuestros órganos de los sentidos siempre reaccionan a las cosas, porque sois seres humanos y habéis nacido con ello. Por tanto, ante cualquier cosa que pase reaccionáis. Por ejemplo, si veis una flor bonita, reaccionáis. Algún tipo de pensamiento aflora con ello.

Ahora debéis practicar el observar algo sin permitir que surja ningún pensamiento. Entonces, a través de vuestro Espíritu, comenzáis a observar la belleza, la gloria, la fragancia de una flor. Cada flor es una poesía; pero cuando empezáis a pensar en ella, se convierte en una cosa muerta. Intentad disfrutar simplemente. Sois las personas que estáis en esta tierra para disfrutar de vosotros mismos, no para preocuparos de nada. Simplemente disfrutad. Pero si todavía estáis acostumbrados a “Debo hacer esto tan especial, yo soy un sahaja yogui algo especial, yo soy un sahaja yogui altamente evolucionado”, entonces estáis acabados. Imaginad que todos vamos en una barca. Disfrutad de ella y también de las olas. Pero si alguien dice: “yo soy alguien especial, intentaré saltar”, entonces os encontráis de nuevo en la misma posición.. Así que, debéis tener una actitud de mirar las cosas.

Intentad desarrollar este hábito de mirar las cosas sin pensar en ellas. Intentad desarrollar vuestra mente en esa línea, de modo que no reaccionéis. Todo este asunto de la excitación o del mundo de las sensaciones, que es la manía de hoy en día, proviene de lo mismo: que vuestros órganos de los sentidos requieren un tipo de sensación, puesto que así reaccionan. Mientras que nosotros debemos hacer que los órganos sensoriales no reaccionen, porque solo deben reaccionan ante el Espíritu. Por tanto, tenemos que desarrollar un nuevo tipo de órganos de los sentidos o una nueva calidad de dichos órganos, de modo que no reaccionen a excitaciones externas. Si queréis que Sahaja Yoga sea excitación, ¿cómo puede ser? Es justamente lo opuesto. Lo que tenéis que hacer es ver si reaccionan vuestro órganos de los sentidos. Por ejemplo, ved si vuestros ojos reaccionan al mirar algo o si vuestros oídos reaccionan al escuchar algo. Si alguien quiere hablar, observad la reacción.

Hay expectativas. Pero como el Espíritu es activo en sí mismo. Habéis visto que la vibraciones no hablan, actúan. El Espíritu tiene el poder de actuar, por eso vosotros no tenéis que reaccionar. Si podéis reducir el poder de reacción, os eleváis mucho más. Esto es algo que tenéis que saber ahora que estamos celebrando su resurrección, porque esto es Tapas, la penitencia de Cristo. Cristo vino a esta tierra por penitencia. Sabéis que en el Gayatri mantra se dicen siete cosas, y a la altura de Cristo se habla de Tapas, la penitencia. Así pues, debéis tener la llamada penitencia para alcanzar el gozo. La penitencia es hacer retroceder los órganos de los sentidos hacia vuestro interior, de la misma manera que Krishna ha dicho que tenéis que meter hacia dentro todos los miembros de los órganos sensoriales, como lo hace una tortuga.

Así que la excitación que requieren vuestros órganos de los sentidos ya no se necesita más, porque ahora son en sí mismos la fuente de gozo, en el sentido de que ellos neutralizan toda excitación. Vais al punto donde todo comienza. Un río comienza con una pequeña, muy pequeña gota y luego se expande y se expande. Vais a la fuente, justamente al punto central. Allí apenas encontraréis una gota que caiga fuera. Otro buen ejemplo sería la rueda, que tiene su punto central. La rueda se mueve constantemente, pero el punto central tiene que estar fijo. De lo contrario, si el punto central también se moviera, la carreta no podría moverse, sino que también rodaría hacia abajo. Por tanto, tiene que fijarse el punto central, de lo contrario la rueda no se puede mover. De igual manera, vosotros vais al punto central, y el movimiento está en el punto central, donde en cierto sentido no hay movimiento, porque solo hay ascenso.

No hay giro, ya no gira más, solamente hay ascenso en el punto central. Espero que intentéis entender que todos los movimientos provienen de la ignorancia. Todos los movimientos exteriores se producen porque todavía no estamos en el punto central. Sin embargo, lograrlo no es difícil, porque ya habéis saltado dentro de él; pero salís de nuevo a la periferia, a la rueda. Ahora bien, ¿cómo mantenernos allí y ascender en esa línea? Digamos por ejemplo que hay unas ruedas traseras en las que el punto central está fijo. Cada vez que saltáis afuera, ¿cómo volvéis al punto central? Por medio del desapego, de tapas, de la penitencia. La penitencia es negar. No quiere decir un ascetismo exterior, sino un ascetismo interior.

En primer lugar, debemos aprender a dar. Dar a los demás. He visto que esto también, en ocasiones, la gente lo encuentra difícil. Incluso encuentran difícil dar una libra a Sahaja Yoga según dicen. Yo estaba asombrada. Entonces dar a otros va a ser incluso peor. Intentad dar a los demás con desapego. Así que un aspecto es tener perdón, y otro es la generosidad. Si trabajáis para Sahaja Yoga, decid: “yo no he hecho nada hasta ahora”. No es para que reaccionéis ante lo que habéis hecho: “¡Oh es un placer haberlo hecho!

Para mí es un auténtico placer”. No contéis: “yo he traído cuatro flores, ella trajo dos flores, a mí se me tiene que pagar por flor y media” Todos estos cálculos son de la periferia, de afuera, de cuando no erais almas realizadas. Ahora no contéis nada, excepto vuestras bendiciones. Así que sed generosos. He visto que ahora la gente tiene distintos apegos, más sutiles. He visto gente que tiene apego a sus hijos. Para los sahaja yoguis, una vez que sus hijos han nacido, el mundo entero se convierte en sus hijos. Los echáis a perder y os echáis a perder vosotros mismos. Vosotros sois simplemente sus cuidadores. Pero para vosotros se convierte en algo muy grande porque habéis concebido un hijo.

Cualquiera puede tener un hijo, incluso un perro. ¿Qué hay tan grande en ello? Me refiero a la perra. Es una palabra divertida. Por tanto crear un hijo no es algo grande, sino que tengáis un hijo bajo vuestra responsabilidad, el cual tiene que trabajar para Dios. Vosotros solo sois responsables de él. Pero identificaros con “este niño es grande, una gran alma realizada” y todo eso, os estallará de pleno en la cabeza, porque es una explosión más sutil. Es como una bomba de hidrógeno. Las bombas ordinarias pueden destruir una parte, pero estas bombas más sutiles son incluso peores. Y esto echará a perder al niño y a vosotros en vuestro ascenso.

Por tanto lo que tenéis que hacer es ver que si tenéis un hijo, de acuerdo, está bajo vuestra responsabilidad, pero de la misma manera que están bajo vuestra responsabilidad todos los hijos de los demás sahaja yoguis, no solo los vuestros. Sed generosos. “Para la persona que es generosa, el mundo entero es su familia. Así que expandiros”. “Esta es mi familia, esta es mi mujer, ¿cómo puedo vivir sin mi mujer, sin mi marido o sin mi hijo?” Esto no os va a ayudar. Esto os atará totalmente. Esto es algo muy sutil que iniciáis, porque ahora os estáis retrayendo. Primero dejasteis vuestra familia, vuestros hijos; dejasteis todo, vinisteis a este extremo. Ahora estáis volviendo atrás.

Los hindúes se dan cuenta de que están muy metidos en esto, por eso saben que desapegarse de los hijos es algo muy importante. Ellos están muy apegados a sus hijos. Al principio solían decirme siempre: “mi hijo es así, mi madre es así, mi padre es así, mi hermano es así”, y todos eran bhoots, a cual peor. Sin ninguna discriminación, me meten a todos esos familiares en mi cabeza y me sienta fatal. Incluso me traen a un remoto pariente, porque es pariente de otro remoto pariente: “pero mira, es que ella es mi pariente”. En la India es muy importante el que seas pariente de esa o aquella persona, y puede que ni siquiera tengas nada que ver con esa persona. Pero es un pariente. Así pues, tenemos que entender que tenemos que renunciar completamente a nuestros parentescos y nuestras identificaciones. Ahora somos seres universales. Si vuestro hijo es una fuente de gozo, todo niño debería ser una fuente de gozo para vosotros.

En ese sentido, los solteros o los que todavía no están casados son mejores; ellos pueden disfrutar alegremente de los niños de todos. Pero cuando no sois padre o madre y estáis disfrutando ¿qué es tan loable? Cuando os convertís en los padres y entonces disfrutáis de los demás niños tanto como de vuestro hijo, entonces vuestra generosidad ha empezado. Generosidad de amar a otros, generosidad a través de la compasión. Compasión no quiere decir que debéis sentir pena por alguien. Compasión significa compartir la personalidad, compartir la personalidad del amor. Y esto es lo que no entendemos. Creemos que compasión quiere decir que se tiene que ayudar a alguien. La compasión de Sahaja Yoga no es eso, la compasión de Sahaja Yoga está en compartir. Ahora la cuarta cosa que tenéis que recordar.

Lo que os he dicho: lo primero es el perdón, para mí lo primero es el perdón lo segundo es la compasión o el desapego que conduce a la compasión. Así que podéis decir que: lo primero es el perdón, lo segundo el desapego, y lo tercero la compasión. Estas son las ruedas del carro que os mueve. Estas son las ruedas que deberíais conocer. Ahora Si lleváis el desapego más allá, suponiendo que funciona dentro de vosotros, os volvéis incluso compasivos. Incluso eso ocurre. Sin embargo, ¿cuál es el punto en el que podéis juzgar? ¿Cómo sabéis que estáis bien? ¿Cómo lo medís? ¿Cómo descubrís que estáis bien?

Me refiero a lo que llamáis, tomar el rumbo de la nave. ¿Cómo lo sabéis? Debéis tener paz. Deberíais ser una persona en paz. La agitación debería estar fuera, y vosotros deberíais estar absolutamente en paz. Si no sois una persona que está en paz, entonces estad seguros de que todavía no estáis donde deberíais estar. Ahora bien podríais decir que Cristo también se enfadó, cogió un látigo y azotó a la gente, y por eso vosotros también podéis hacer lo mismo. Vosotros no sois Cristo. No sois una encarnación, debéis saberlo. Vosotros sois almas realizadas.

Así que no tenéis que coger un látigo y pegar a los demás. No podéis. Este es el error que han cometido los discípulos de Mahoma, que ellos nunca pensaron que Él fue una encarnación. Todas las encarnaciones han matado. Krishna ha matado, Rama ha matado, la Devi ha matado. Pero vosotros no sois la Devi ni sois Krishna. Así que no tenéis que matar a nadie. No tenéis que mostrar vuestro temperamento. Por tanto, si todavía tenéis genio, sabed que vuestro progreso es muy lento. Tenéis que ser personas pacíficas.

Imaginad a los sahaja yoguis teniendo una ” Yihad”. ¿Qué decís a eso? Yendo con lanzas y espadas en la mano pegando a otros. Este es un punto que quiero dejar muy claro, porque mientras yo esté aquí os lo diré a todos, pero cuando ya no este aquí, no quiero que cojáis espadas y empecéis a luchar. Lo que ha escrito William Blake es para la encarnación. Las encarnaciones dicen “dame mi…” No sois vosotros los que deberíais decir “dame las Ayudhas de Rama”. No podéis. Vosotros no sois una encarnación. Porque la discriminación de aquellas son efectivas, la vuestra no. Así que no tenéis que tomar ningún arma en vuestras manos ni siquiera el mal humor.

Es algo que no le incumbe a ningún sahaja yogui de ninguna manera, a menos que yo os diga que estéis enfadados. Así que este es el criterio, que tenéis que ser personas pacíficas y no agresivas. Distintas personas tienen un diferente tipo de agresividad. Por ejemplo, los hombres no discuten, simplemente os dan una bofetada y se acabó. No les gusta discutir; en un momento dado os darán una bofetada y listo. Pero a las mujeres se les da muy bien la discusión, y son muy agresivas. Discuten muy acaloradamente. Así pues, el que no discutáis es el segundo punto. Si todavía discutís, sabed que aún no estáis donde deberíais estar. Una persona pacífica va al grano y lo soluciona razonadamente.

Si tendéis a discutir, vuestro progreso no va bien. Por tanto, una persona tiene que ser absolutamente pacífica, y estar en paz es lo más efectivo. Estamos buscando la Paz del Universo. No la podéis alcanzar a través de una de esas bombas. Solo la podéis lograr a través del Espíritu, que es la fuente de toda paz. Así que os pediría que dejaseis todo el mal genio y el mal humor. La paz es lo más poderoso y grande que hay en esta tierra. Hay una interesante historia china sobre esto. Había dos gallos de pelea muy buenos; eran conocidos como los mejores (Y ahora tienen de nuevo este entretenimiento de gallos en China. Podéis tener cualquier cosa en este mundo, cosas absurdas como el rugby, el fútbol, esto o aquello, una lista sin fin).

Estos dos gallos iban a participar en una especie de lucha internacional. Entonces dijeron: “hay un gran santo que vive aquí y que hace a todos muy poderosos”. El propietario de los gallos fue a él y le dijo: “¿Podías hacer que estos dos gallos míos fueran muy poderosos para que puedan luchar y ganar?” Él contestó: “De acuerdo es muy sencillo. Dámelos”. Después de un mes, cuando volvió a recoger los gallos, estos no reaccionaban a nada, se quedaban simplemente así, de pie y observando todo. Él se llevó el susto de su vida. Dijo: “¿Cómo van a luchar?” El santo contestó: “Tú llévalos y verás”. Así que, los llevó a la arena y los dejó allí.

Y todos los gallos se abalanzaron entre sí, lucharon, y estos dos simplemente observaban. Y todos los demás se asustaron tanto de estos dos gallos que salieron corriendo y ganaron. Así pues, la persona que es pacífica es poderosa; el que no reacciona ante nada, es el más poderoso. Tenéis que entender que la paz es el criterio para saber que estáis totalmente en el punto en el que tenéis que estar. Pero de ninguna manera paz quiere decir cobardía porque, ¿sabéis? Yo sé lo que es la discriminación, indiscriminación humana. Y por eso piensan que es cobardía. ¡No! Vuestra postura ha de ser recta, erguida y no encorvada y sumisa. La diferencia entre una persona cobarde y una persona pacífica es que la cobarde actúa para las fuerzas negativas, y la pacífica crea fuerzas positivas, genera fuerzas constructivas.

Así que no tenéis que ser cobardes, sino pacíficos. Y una persona pacífica es como un imán, muy tranquilizadora. Podéis ver que nos estamos moviendo hacia las cualidades dulces del Espíritu. Tenéis que tranquilizar a otros, no excitarlos, sino tranquilizarlos. Y esa cualidad tranquilizadora decimos que es como el “gui”. Cuando vuestro cuerpo está quemando y arde completamente, ponemos un poco de “gui” en él para que se suavice. Como un lubricante. Una persona así es un lubricante. no provoca fricción, sino que la reduce. Es un temperamento lubricante.

Así deberíais juzgaros: “¿soy una personalidad lubricante?” Por ejemplo, veis a dos personas peleándose. Uno va a hacer las paces y otro va a excitar todavía más; él se les une. El que va a hacer las paces es bendecido, es el que se mueve hacia Dios, porque es quien hace la paz. “Bienaventurados aquellos que hacen la paz”. Todas estas cosas que os estoy diciendo hoy son realmente lo mismo, pero en un lenguaje distinto, eso es todo. Es lo que Cristo dijo. Para entender a Cristo, tenéis que esclarecerle más, porque Él dijo con palabras muy simples, las cuales tienen un significado muy profundo que solamente un sahaja yogui puede entender. Por tanto tenéis que hacer la paz. He visto a gente que se le ha dado el Premio Nobel de la Paz que no tienen paz en su interior en absoluto.

Tienen mal humor, son gente horrible, ¡y se les ha dado el Premio Nobel de la Paz! Son el mal genio personificado, siempre malhumorados, ¿y a eso llamáis paz? ¿Cómo podéis tener paz con una persona que tiene tan mal genio? Y esto es posible. En este empeño humano cualquier cosa es posible. Algunas veces es tan absurdo. He visto gente recibiendo un diploma de “doctorado en enseñanza” que ni siquiera ha ido a la escuela o que no sabe leer libros. Cualquier cosa es posible, porque todo es una maniobra, es artificial. Por eso, la lubricación de vuestro amor, el amor que disfrutáis, no es el que se os otorga a vosotros, sino lo que otorgáis a los demás. La idea del amor también es curiosa.

Es justamente lo contrario a lo que habéis visto hasta ahora. Escribirán: “te quiero”, y la segunda frase será: “me quiero divorciar de ti”. La moda de hoy en día es así. “Te quiero. Me quiero divorciar de ti porque te quiero mucho; porque quiero dejarte libre”. Es muy moderno, muy sofisticado. Por tanto, el amor que hiere a otros, que tortura a los demás, el amor que espera algo, no es amor. El amor que simplemente fluye, sencillamente perdona, es compasión. Es la cosa de la que más se puede disfrutar. Es radiante como los rayos del sol.

Como Cristo, que perdonó incluso a aquellos que le crucificaron. Imagináoslo. Porque Él sabía que Dios no lo perdonaría Ni siquiera Dios los perdonaría. Intentó perdonarlos. Pero aquellos que se llaman cristianos, que se supone que son cristianos, son precisamente lo opuesto de Cristo justamente lo contrario en cualquier sentido. Entonces llegáis a un punto en el que entendéis que os convertís en el Amor. Y cuando es una relación de amor puro, en la que no hay ni lujuria ni avaricia ni nada parecido, solamente amor y su pureza; no la queréis porque en realidad queréis algo de lujuria de la otra persona. Simplemente ved lo opuesto. Por ejemplo, esa chica es muy atractiva. ¿Qué es tan atractivo?

A mis ojos parecen mosquitos; son horribles, a veces parecen brujas. Sus uñas y toda esa apariencia, para mí parecen brujas, tan artificiales. A veces son como máquinas. ¿Qué hay tan atractivo en estas mujeres? ¿O en estos hombres? Para mí a veces parecen calaveras. Algo parecido a Frankenstein; no sé lo que parecen, algo horrible. La manera en la que caminan, la manera en la que intentan impresionar; no brota nada de ellos, excepto miedo. Lo que emite vuestro amor a otros es un sentimiento de seguridad, un océano de seguridad. Todo el mundo se siente seguro; siente seguridad.

Y esa seguridad la sentiréis vosotros. ¿Confiad! Confiad en los demás. Debéis confiar. Eso es muy importante. Confiad para todo. He visto que mucha gente es muy seria con el dinero, otros con las posesiones, otros son así. Sé que a veces son personas débiles. Podrían ser débiles en cuanto al dinero o a las posesiones, incluso podrían ser ofensivos hacia ciertas cosas. Eso no debería ser así.

Pero no perdáis vuestra paciencia, tened perdón hacia ellos, y dejadles sentirse seguros, Absolutamente seguros. ¡Confiad! Como sabéis, yo nunca les pido ningún informe a los administradores. No quiero que me den ninguna cuenta de nada. Yo no entiendo de cuentas para nada. Nunca sé cuántas cuentas o dinero tenéis. O por ejemplo, Gavin dice: “Madre, te mando ahora este dinero por tal cosa que recibí”. ¡Vale, ya está! Yo no sé si él manda recibos o no, no se nada. Si él lo dice, ¡muy bien!

; lo dejo en sus manos. Sea lo que sea, él tiene que crecer. Es su responsabilidad. Si no ha crecido lo suficiente todavía, crecerá. Por tanto, confiad en los demás, porque debéis saber que en Sahaja Yoga todos estamos creciendo, todos nos estamos transformando. Por tanto, debemos crecer, y para nuestro crecimiento lo más importante es la seguridad. Si un árbol no tiene seguridad, nunca crecerá. Así que todo el mundo debería sentirse seguro en compañía de sahaja yoguis. Si alguien genera alguna inseguridad, se debería informar a la colectividad; y se debería ver que todos estos casos que crean inseguridad o que generan problemas, deberían ser apartados un poco por un tiempo. Porque debería haber un crecimiento sano.

Y el crecimiento debe tener lugar, y para eso tenéis que confiar. Alguien podría cometer errores. Bueno no importa. Alguien puede ser deshonesto, no pasa nada. Pero dadles seguridad. Sin embargo, lo que hacemos es dar seguridad a los bhoots. Lo he visto. Es muy común. Confiarán antes en una persona que tiene bhoots que en una persona que es un poco deshonesta. ¿Qué es la deshonestidad?

Suponed que alguien no paga los impuestos. No tiene importancia, es de este o aquel gobierno, ¿qué nos importa a nosotros? Mientras esa persona sea honesta con Dios, es suficiente. Nuestra honestidad está a un nivel diferente. Pero nos enfadamos con esa persona, nos molesta. No hay nada por lo que enfadarse. De hecho, mi sistema es que yo sé la gente que ha manejado mal el dinero o que no ha hecho algo bien. De alguna manera lo sé, sin conocer los sucesos pero simplemente digo: “perdona, perdona, perdona”. Yo lo sé todo pero simplemente me digo: “perdona, no importa”. Entonces con vuestra racionalidad me podríais decir: “Madre, es que tal persona va a seguir haciéndolo”.

No, no lo hará, intentadlo y confiad. ¿Por qué? Porque ellos están creciendo, están viniendo a la luz, y cuanta más luz ven, mejores se vuelven. Esta confianza tiene que estar ahí; la confianza de que Dios les dará el camino correcto. Por tanto, este entendimiento de vuestro crecimiento está dentro de vosotros y lo podéis ver. Y lo más alto es la colectividad, no la fraternidad de bhoots sino la colectividad. De nuevo se debe utilizar la discriminación. ¿En qué medida sois colectivos? Si una persona piensa que es alguien muy grande, que puede castigar y corregir a todos, y puede hacer lo que le parezca, entonces no es colectiva. Pero también tenéis que entender que incluso con personas que tienen bhoots tengo que inclinarme para conquistarlos, para hacerles comprender.

No os volváis como ellos; intentad elevarlos en lugar de bajar a su nivel. Y si podéis conseguirlo, entonces habéis alcanzado lo que queríais hacer a través de vuestra colectividad. Y una persona tiene que ser colectiva. Si no es colectiva, entonces debéis saber que algo va mal en esa persona definitivamente. Lo que tenéis que hacer para el desapego de las cosas es la parte de penitencia. Para conseguir esto, tenemos que hacer algo de penitencia. Por ejemplo, si estáis apegados demasiado a una cosas, digamos que a la comida. Yo sé que mucha gente lo está: la lengua es lo peor de todo. Si podéis controlar la lengua, entonces tenéis control sobre un cincuenta por ciento de vuestros órganos de los sentidos. En caso de que estéis muy apegados a la lengua; estos días voy a entrar en penitencia, voy a tomar solamente comida hervida sin nada de sal, sin añadir nada, simplemente comida cocida.

Tengo que estar en penitencia durante nueve meses. No me importa. Para mí no es penitencia, porque no tengo lengua ni papilas gustativas. Puedo apañarme. Así que con cualquier cosa que os guste mucho decís: “¡Ah, me gustaría tomar…!” ¿Veis? Especialmente aquí, he visto gente que cuando ve buena comida lo primero que dicen es “¡mmm!” Por tanto, lo que tenéis que hacer ahora es establecer una disciplina dirigida a vosotros mismos, dirigida a vuestro interior, no hacia los demás. “¿Medito por las mañanas? ¡No!, no lo hago.

¿Qué pasa conmigo? Se supone que soy un sahaja yogui”. Nadie tiene que decíroslo, deberíais hacéroslo a vosotros mismos. Estáis apegados a la comida, “vale, no importa. Ayunaré dos días”. En Sahaja Yoga no está permitido el ayuno, de acuerdo; pero ayunar para el desapego está bien. No lo hacéis en atención a Dios, sino en atención a vosotros. “Me gusta un tipo de pastel en particular. Muy bien, no lo tomaré No lo comeré en un año”. Pero no, la gente, cuando tiene que dejar algo, deja algo como el ruibarbo.

No deberíais ser astutos en esto; no deberíais ser astutos con vosotros mismos. Lo que tenéis que hacer es ver: ¿adónde va esta mente? ¿Qué es lo que le atrae? Incluso ahora sigo viendo algunas personas que son como Romeos y Julietas, todavía viviendo en ese mundo de Romeo y Julieta. Salid de ahí. No tiene sentido. Salid de ese tipo de cosas. Eso no significa que os convirtáis en personas secas. El otro extremo puede llevaros a ser como palos. No se trata de eso.

Pero no deberíais ser indulgentes en ese tipo de cosas. Todas ellas son artificiales. Por tanto, debéis establecer “tapas”, autodisciplina en vuestro interior. Aquellos que hablan mucho deberían dejar de hablar. “Mauna” es el tratamiento para gente así. No habléis. Hay otros que no hablan; la mayoría de los hombres ingleses no dicen nada, pero las mujeres hablan mucho. Es un hecho: en cualquier entrevista la mujer hablará primero. Sobre esta mujer policía que murió, su madre estaba hablando. En India, la madre no estaría en situación de hablar.

El padre estaba sentado y callado. No os lo podéis imaginar. En India, si un niño muere, la madre estaría llorando y armando un escándalo. Pero no hablaría. Aquí la mujer estaba hablando y estábamos muy sorprendidos Las mujeres hablan demasiado, los hombres no. Creo que se supone que ellos no tienen que hablar y se quedan muy callados. Como mucho podrían dar alguna bofetada. No sé lo que hacen. Así que lo que tenemos que hacer es enseñarnos a nosotros mismos que si nuestra lengua habla demasiado deberíamos permanecer callados. Si no hablamos, es mejor que hablemos.

Deberíamos aleccionarnos sobre cómo hablar. Id y hablad al mar, hablad a algún árbol y luego id y hablad así a alguien. O mejor, habladme a mí, a mi fotografía. Así es como adquirís cierto control sobre vuestra lengua para hablar con dulzura. Algunas personas tienen que pasar por la penitencia para conseguirlo. Para ellos hablar dulcemente es como tomar ruibarbo otra vez. No pueden hablar con dulzura, es que no pueden. Usan el sarcasmo. En este sarcasmo encuentran un placer especial. Intentad decir algo dulce.

Podéis estar de broma sin ser sarcásticos. El humor es el mejor camino. ¿Qué necesidad hay de ser sarcásticos? No hay ninguna necesidad. Creo que el sarcasmo es un signo de cobardía. Es una señal de que queréis herir a otros, pero no estáis siendo honrados. Evitad hablar con sarcasmo. Si sois sarcásticos, mejor decidle a vuestra lengua que sepa comportarse. Por tanto, lo que tiene que funcionar es un poco de disciplina hacia vosotros mismos, lo que vosotros llamáis castigo, tapas o penitencia. La gente tiene muchas formas de ver las cosas.

Algunos hombres quieren ver a las mujeres todo el tiempo, y algunas mujeres quieren ver a los hombres todo el tiempo, o ropas o cualquier cosa. La diferencia ahora es que cuando veis algo, eso reacciona. La diferencia entre mi mirada hacia algo es que ese algo reacciona. Cuando os miro a vosotros, vuestra kundalini reacciona. Cuando miro esto, se vibra. Kataksha: Kataksha cualquier mirada hace que la cosa reaccione. Y Nirikshana significa: “yo sé lo que es”. Sé lo que es. Simplemente mirando a una persona, sé lo que es. Al mirar una cosa, sé lo que es.

Eso es Nirikshana. Todo está ahí, en la memoria. Como por ejemplo: íbamos caminando y dijeron, “aquí solo hay piedras negras”. Yo dije: “No, también tenéis rojas”. Él dijo: “Dónde? ¿Lo sabes?” Y les dije el lugar exacto donde podrían encontrarlas. Él preguntó: “¿Cómo lo sabes, Madre?” Yo le contesté: “Pasamos por allí hace ocho años y sé que hay piedras rojas”. Por tanto, todo lo que veo queda vibrado, y también noto lo que hay allí.

Y todo está ahí listo para ser usado en el momento adecuado. Pero, ¿qué hago yo? ¿Qué es lo que hago? No hago nada, nada, No pienso, no planeo. Todo lo que vosotros hacéis, yo no lo hago. Cuando tengáis esa clase de temperamento, os sorprenderéis. La cantidad de dinamismo que hará que todo funcione. No tenéis que crear una dinamo, está dentro de vosotros. Dejadlo funcionar. Hoy le dije a Gavin que más que tener un puja largo, hablaría.

Porque un puja está bien, habla por sí mismo, pero quería hablaros, porque ahora ha llegado el momento de que vayamos más allá. Como resultado de todo esto y de todo lo que hacéis, os convertís en la verdad. Os transformáis en la verdad. Así pues, concentraros en cada chakra, y utilizadlo para desapegaros de la cualidad particular del chakra. Como por ejemplo, el Nabhi chakra hace la digestión.. Entónces no os preocupéis de lo que coméis para digerir. Desapegaros de eso, ved con las vibraciones y comed. Sea lo que sea, lo digeriréis Y entonces os convertís en la verdad. Verdad que es amor, que es Dios. Que Dios os bendiga.